viernes 26  de  diciembre 2025
NOBEL DE LA PAZ

Asdrúbal Aguiar: "María Corina Machado propulsa el renacimiento de la democracia"

Para el secretario general del Grupo IDEA, Oslo se ha convertido en “un faro vertebrador” desde la ejemplaridad de María Corina Machado, cuya lucha ha reinsertado a Venezuela en el centro del debate global

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

MIAMI — El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado ha marcado un punto de inflexión no solo para Venezuela, sino para el debate global sobre la democracia como fundamento indispensable de la paz.

Así lo afirma el secretario general del Grupo IDEA, Asdrúbal Aguiar, en una entrevista concedida al Observatorio Geopolítico de América Latina (OGAL) tras asistir a la ceremonia celebrada en Oslo en diciembre de 2025.

Para Aguiar —constitucionalista venezolano, exministro y exgobernador de Caracas—, el galardón no debe interpretarse como un hecho simbólico aislado, sino como un reconocimiento con profunda significación geopolítica en un contexto global marcado por el descrédito de la democracia liberal. “No se trata de un hito suficiente para cambiarlo todo, pero sí de un acontecimiento con honda relevancia para la lucha que libra Occidente frente a las corrientes que, durante más de tres décadas, han promovido la deconstrucción democrática”, sostuvo.

El experto subrayó que uno de los momentos más relevantes del acto en Oslo fue el mensaje del presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, cuando afirmó que “nos reunimos para defender a la propia democracia, el fundamento mismo sobre el que descansa una paz duradera. Cuando la gente se niega a renunciar a la democracia, también se niega a renunciar a la paz. Quien entiende profundamente esta verdad es María Corina Machado”.

Un referente vivo

Aguiar señaló que Machado trasciende la noción clásica de liderazgo político. “Al referirme a María Corina como arquetipo, preciso que es ella el referente vivo y activo alrededor de cuya trayectoria podremos rescatar la piedra angular del respeto a la dignidad de la persona”, afirmó. En su opinión, su figura emerge en un momento en el que “se han vuelto líquidas las bases de nuestra modernidad cultural”, ofreciendo una brújula ética en tiempos de incertidumbre.

A su juicio, la ejemplaridad de Machado constituye hoy “un símbolo mundial para el renacimiento de la democracia”, frente a una narrativa dominante que, desde finales del siglo XX, promovió el supuesto desencanto democrático y relativizó los valores de libertad, paz y derechos humanos.

El constitucionalista advirtió que la reacción adversa de los bloques autoritarios no es casual. A su juicio, regímenes y corrientes ideológicas vinculadas al comunismo residual y a potencias como Rusia y China han buscado vaciar de contenido moral los conceptos de democracia y paz, incluso utilizándolos como herramientas para legitimar la violencia o el autoritarismo mediante procesos electorales formales.

En ese sentido, Aguiar destacó la claridad del discurso de Frydnes al señalar que “la paz y la democracia no pueden separarse sin que ambas pierdan su significado” y que una paz duradera requiere Estado de derecho, participación política y respeto por la dignidad humana.

Crisis de los partidos

Consultado sobre la situación de los partidos políticos, Aguiar sostuvo que estos se han “pulverizado” en gran parte de Occidente y, en el caso venezolano, se han convertido en “franquicias ajenas a la vida cotidiana de la gente”. Ante ese escenario, consideró que el renacimiento democrático impulsado por Machado —con hitos en 2023 y 2024— parte de la revalorización del votante como sujeto moral y responsable, capaz de discernir y decidir en libertad.

Ese énfasis en la conciencia individual y en la responsabilidad cívica, afirmó, fue determinante para que el Comité Nobel reconociera a Machado con el Premio de la Paz.

Aguiar también abordó el llamado “dilema del diálogo” en contextos autoritarios, recordando que en Venezuela estos procesos han sido utilizados reiteradamente como mecanismos para ganar tiempo y dividir a la oposición. En ese sentido, destacó la postura de Machado, quien —según dijo— “nunca ha rechazado el principio de hablar con la otra parte, pero sí ha rechazado los procesos vacíos”.

Un cambio en la mirada internacional

El jurista subrayó que el discurso del Nobel introdujo dos ideas clave para la transición venezolana: que “la paz sin justicia no es paz” y que “el diálogo sin verdad no es reconciliación”, conceptos que, a su juicio, obligan a pensar en una justicia reparadora alejada de la venganza.

Finalmente, Aguiar sostuvo que el Nobel concedido a Machado representa un mea culpa internacional tras más de dos décadas de indiferencia frente a la crisis venezolana. Recordó como especialmente significativo el mensaje final del Comité Nobel dirigido a los venezolanos que aún “susurran el lenguaje de la libertad”, asegurándoles que el mundo ya no les da la espalda.

Para el constitucionalista, Oslo se ha convertido en “un faro vertebrador” desde la ejemplaridad de María Corina Machado, cuya lucha —afirmó— ha reinsertado a Venezuela en el centro del debate global sobre democracia, dignidad humana y paz duradera.

FUENTE: Con información del Observatorio Geopolítico de América Latina

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