BOLIVIA.- Un grupo de voluntarios partió el sábado a la zona más crítica de los incendios en la Chiquitanía boliviana, donde las llamas han devorado 744.000 hectáreas de bosques en los últimos 15 días mientras el avión cisterna estadounidense realizaba su segundo día de operaciones.
En medio de las montañas se veía el humo, los restos de árboles y los pastizales quemados. La Chiquitanía, en la región oriental de Santa Cruz al sureste de Bolivia, tiene bosques que en esta época están secos debido a temperaturas que a veces superan los 40 grados centígrados. Esta zona es fronteriza con Brasil y Paraguay, donde también existen focos de calor.
Los incendios están lejos de las poblaciones, por lo que no hay heridos, pero el sí hay familias afectadas, dijo a Associated Press el alcalde de la localidad turística de San José de Chiquitos, German Caballero.
El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, informó que ya son 1.817 familias afectadas en 11 municipios por causa de los incendios.
Caballero mencionó que el fuego está cerca del Pantanal, que es también compartido con Brasil y Paraguay el pantano de agua dulce más grande del mundo. Las autoridades bolivianas aún no lo confirmaron.
La veloz propagación del fuego elevó la temperatura, lo que no impidió a los jóvenes con tapabocas y camisetas de colores tratar de salvar sus hogares.
Ellos fueron los primeros en acudir, luego vieron llegar el apoyo del gobierno de Evo Morales, quien contrató el servició de un avión Supertanker de una empresa privada estadounidense que inició con descargas de agua el viernes, para continuar el sábado en las zonas más críticas. También ayudan tres helicópteros, alrededor de 1.000 bomberos forestales que se les unieron y otros 1000 militares y policías.
Según el alcalde, el fuego más fuerte está en el lugar montañoso de Ipias a unos 500 kilómetros de La Paz.
Roboré es otra localidad afectada que se ha convertido el centro de operaciones de las operaciones terrestres.
“La operación del avión ha sido buena, está ayudando, pero se tiene que mejorar y se va a continuar”, dijo el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.
En la nación andina los incendios forestales suelen ser consecuencia de la quema de pastizales para habilitar nuevas pasturas que en muchas ocasiones se salen de control. Estas quemas han afectado en lo que va del año 953.000 hectáreas, según la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras.
Bolivia pierde anualmente 350.000 hectáreas de bosque por la deforestación legal y clandestina, de acuerdo con un estudio del Centro de Documentación e Información Bolivia.
El gobierno de Morales decretó abrir la frontera agrícola en favor de las plantaciones de soja y caña para la fabricación de biodiesel. En julio también permitió el desmonte y quema controlada en las regiones de Santa Cruz y Beni.
FUENTE: AP