sábado 8  de  febrero 2025
DICTADURA

Censura en Venezuela: El silencio como herramienta de control

Desde el cierre de más de 300 medios de comunicación hasta la persecución a periodistas y usuarios de redes sociales, las restricciones se han intensificado bajo la dictadura de Nicolás Maduro

Diario las Américas | REYES UREÑA
Por REYES UREÑA

En Venezuela, la censura sistemática se ha consolidado como una de las herramientas más efectivas de la dictadura de Nicolás Maduro para silenciar la disidencia y controlar la narrativa pública. Las restricciones a la libertad de expresión se han profundizado desde la toma de posesión del gobierno de Hugo Chávez en 1999 y se profundizaron aún más durante el régimen de Nicolás Maduro, afectando a los medios, periodistas y ciudadanos.

El cierre de medios ha sido el pilar de la censura. Canales de televisión, emisoras radiales, periódicos y portales web han sido cerrados gradualmente en Venezuela. Según el Instituto Medios y Sociedad (IPYS Venezuela), más de 300 medios de comunicación han cerrado solo desde que Nicolás Maduro llegó a Miraflores.

Estos cierres suelen estar justificados por motivos administrativos o legales, como no renovar las licencias inalámbricas o imponer multas excesivas.

“Se está produciendo un apagón de información. Los cierres de medios no sólo limitan la información, sino que también intentan aislar al público de la realidad. Esto genera desinformación y una narrativa consistente de control gubernamental”, dice Marianela Balbi, directora de IPYS Venezuela.

El ejemplo más inusual es el cierre de RCTV en 2007, cuando el gobierno del entonces fallecido presidente Hugo Chávez, tomó la decisión de no renovar la franquicia del canal. Esta fue seguida por la salida de emisoras internacionales como CNN en Español, así como el cambio de política editorial de medios tradicionales como El Universal, Globovisión y Últimas. Los cambios se produjeron como resultado de la venta a empresas vinculadas al partido gobernante.

Ley resorte, un mecanismo de autocensura

La Ley de Responsabilidad Social de la Radio, la Televisión y los Medios Electrónicos (Ley de Administración Municipal) fue promulgada en 2004 Aprobada y modificada, la ley se ha utilizado en varios casos para controlar el contenido transmitido a través de medios tradicionales y digitales, un término vago que está abierto a la censura. La difusión puede resultar en castigo.

“Esta es una herramienta de control, y con la Ley del Boom no sólo restringen los medios tradicionales, sino que también amenazan a las personas que trabajan en redes sociales y portales digitales”, explica Carlos Correa director de la organización Espacio Público.

Al mismo tiempo, las plataformas digitales enfrentan ciertos obstáculos. Medios digitales como Efecto Cocuyo, El Pitazo y Tal Cual han reportado ciberataques y restricciones a sus portales mediante estrategias conocidas como “apagones digitales”.

Ataques y persecución a periodistas

El periodismo en Venezuela se convirtió, desde la llegada del chavismo, en una actividad de alto riesgo. Entre 2014 y 2023, organizaciones como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) han documentado cientos de ataques a periodistas, incluyendo detenciones arbitrarias, secuestros, desapariciones, destrucción de equipos y amenazas directas que llevan en muchas ocasiones a la autocensura.

“Hoy en día, los medios en Venezuela muestran poca resistencia. Está más cerca de una acción. Las amenazas no solo provienen de los servicios de seguridad, sino también de la autocensura por miedo a represalias”, dice el secretario general del SNTP, Marco Ruiz.

El último incidente se produjo con la detención del periodista Roland Carreño en 2021 por cargos de conspiración. Este tipo de acción envía un mensaje claro a quienes buscan informar de forma independiente.

Censura de las redes sociales

La audiencia se ha trasladado a las redes sociales. En vista de que el régimen no permite informar por los canales tradicionales, los periodistas y usuarios han tenido que migrar a aplicaciones como Twitter y Facebook con el fin de obtener información veraz. Sin embargo, esta práctica ha provocado arrestos por cargos que incluyen “incitar al odio”, que está protegido por una ley contra el odio promulgada en 2017.

“Las redes sociales son la última garantía de libertad de expresión en Venezuela. Se han convertido en un bastión. Por eso, el régimen lo monitorea e incluso persigue a quienes lo utilizan para criticar el sistema”, explica un periodista venezolano, que por miedo a represalias, solicitó mantener su nombre bajo resguardo.

El régimen sabe la capacidad que tiene los medios de comunicación y un mensaje bien estructurado, es por ello que no sólo han buscado en estas dos décadas controlar la narrativa; su intención también es desmantelar cualquier intento de exigir responsabilidades.

La censura en Venezuela no solo busca controlar la narrativa, sino también desarticular cualquier intento de rendición de cuentas. A medida que la represión se intensifica, la comunidad internacional, junto con organismos como la ONU y la CIDH, continúa señalando las violaciones a la libertad de expresión en el país. Sin embargo, el panorama para los periodistas y los medios sigue siendo sombrío, en un contexto donde la información se ha convertido en un campo de batalla esencial para la democracia.

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