MANAGUA.- El secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, acusó este domingo al Gobierno de Nicaragua de incumplir con el desarme de los paramilitares, luego de nuevas ofensivas contra manifestantes opositores en varias ciudades del país.
"Sigue la represión en Nicaragua. Grupos armados progubernamentales apoyados por la Policía entran en las ciudades de manera masiva. Tiroteos y ráfagas de balas. Ayer Matagalpa. Ahora alrededores de Jinotepe y Diriamba", dijo Abrao en un tuit.
El "Estado está incumpliendo su deber de desmantelar a las turbas", añadió el alto funcionario de la CIDH, que acompañó su tuit con imágenes de paramilitares encapuchados.
En las últimas horas, al menos dos personas murieron y varias más resultaron heridas durante una fuerte ofensiva de estos grupos de choque en tres ciudades del norte y sur de Nicaragua contra manifestantes antigubernamentales, según medios locales.
Decenas de camionetas sin matrícula con civiles encapuchados fuertemente armados entraron este domingo disparando en las ciudades de Jinotepe, Diriamba y Dolores, situadas en la sureña provincia de Carazo.
"En nombre de Dios detengan los ataques contra la población en Jinotepe y Diriamba", dijo por la mañana el cardenal Leopoldo Brenes durante una misa oficiada en la Catedral capitalina.
El arzobispo de Managua envió su solidaridad con "el pueblo de Diriamba que en estos momentos sufre los embates de la violencia (...) No queremos muerte, no queremos guerra, queremos paz", dijo.
"¡Sigue la represión en Nicaragua! Jinotepe, sus alrededores, y Diriamba bajo ataque de fuerzas armadas en este momento. ¡A la población les ruego protejanse, salven sus vidas!", tuiteó por su parte el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez.
El portal oficialista "El 19" no se refirió a los hechos violentos y resaltó que el operativo permitió nuevamente la circulación de decenas de furgones de carga, varados en la ciudad de Jinotepe desde hace varias semanas debido a los bloqueos de carretera de manifestantes.
Los operativos de paramilitares contra los "tranques" (bloqueos de carreteras) que mantienen manifestantes antigubernamentales se arreciaron tras un discurso dado el sábado por el presidente Daniel Ortega, en el que además de lanzar epítetos contra sus opositores, pidió que "desaparezcan de toda Nicaragua" esos retenes.
Ante miles de simpatizantes, Ortega llamó "asesinos" a los manifestantes campesinos que protestan en los tranques pacíficos, a los que calificó de centros de tortura y terrorismo.
Ortega rechazó además adelantar las elecciones de 2021 como una salida a la peor crisis política de Nicaragua en las últimas cuatro décadas y fustigó duramente a sus adversarios, a quienes calificó de "asesinos" y "golpistas".
Los "tranques" han sido levantados en su mayoría por el movimiento campesino en las provincias del norte del país, mientras que en algunas ciudades cercanas a Managua los bloqueos eran liderados por los denominados "autoconvocados".
La opositora Alianza Cívica, que aglutina a campesinos, estudiantes, empresarios y sociedad civil, ha pedido a Ortega adelantar los comicios a marzo de 2019, como una salida a la crisis iniciada en abril.
La crisis comenzó con una protesta estudiantil el 18 de abril y se agravó tras la violenta acción de la Policía y paramilitares contra manifestantes civiles. El Gobierno solo reconoce 47 muertos, mientras organizaciones de derechos humanos independientes suman 309, en su mayoría jóvenes estudiantes atacados a tiros por policías y paramilitares.
FUENTE: dpa
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