La reciente presencia de comandantes militares rusos en Nicaragua y barcos de la armada de Moscú en puertos nicaragüenses, han causado preocupación al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, informó la Agence France Presse.
El mandatario costarricense le transmitió sus preocupaciones sobre la reavivada amistad entre Managua y Moscú a a los jefes de estado de Francia, Alemania, entre otros, en la cumbre UE-CELAC celebrada el pasado fin de semana en Bruselas.
Aclaró que sus preocupaciones se basaban en el riesgo de un desequilibrio regional como resultado de la introducción de armamento militar extranjero en la región, a lo que se le suma la historia de estrechas relaciones militares entre Rusia y el gobierno nicaragüense, reforzada en los últimos años por la afinidad política de sus jefes de estado, Vladimir Putin y Daniel Ortega.
A pesar que Solís señaló el desequilibrio militar regional como la fuente principal de sus inquietudes, Costa Rica afirma contar con razones legítimas para temer la presencia militar rusa en territorios vecinos. La razón primordial es la ausencia de un ejército armado y, por lo tanto, la dependencia del país en las instituciones de derecho internacional para defenderse. Por otra parte, San José Rica se ha visto involucrada en varios conflictos limítrofes con Managua, la mayoría de los cuales están siendo tratados en la Corte Internacional de Justicia en La Haya.
El Gobierno de Ortega ha expresado interés en comprar aviones MiG-29 a Rusia con el objetivo, afirman, de combatir el narcotráfico, así como barcos artillados de fabricación rusa. De hecho, buques rusos han recorrido junto a la fuerza naval de Nicaragua la costa atlántica de esa nación, que es considerada la ruta más común del narcotráfico a través del denominado “ombligo” de Centroamérica.
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