jueves 28  de  marzo 2024
PANDEMIA

Crece mercado negro de vacunas contra COVID-19 en Venezuela

 La venta ilegal de las dosis que pueden prevenir a las personas de contraer esa enfermedad se realiza en los hospitales a la vista de autoridades y a precios que cualquier ciudadano común no puede pagar
Por EUGENIO G. MARTÍNEZ

ESPECIAL/CARACAS.- Al ritmo actual que se aplican las vacunas contra el COVID en Venezuela, tendrían que transcurrir 22.138 días (61 años) para que en esa nación se logre vacunar el 70% de la población, esto según los datos de la plataforma Time to Heard una calculadora creada por el investigador estadounidense Peter Griggs que, tras el cruce de datos poblacionales y cantidad de vacunados diariamente, permite estimar en cuanto tiempo un país pude alcanzar la anhelada inmunidad colectiva o de rebaño.

La falta de vacunas y la ausencia de un plan nacional de inmunización han facilitado la aparición de un mercado negro de vacunas en donde se pueden conseguir las dosis de Sputnik V hasta en 300 dólares.

En un país en donde el salario mínimo equivale 2,2 dólares mensuales el costo de obtener una vacuna en el mercado negro es un privilegio que solo está al alcance de un sector muy reducido de la población.

Quienes no pueden acceder al mercado negro para ser inmunizados contra el COVID-19 deben resignarse a intentar recibir su vacuna en medio del caos y el desorden en que se encuentran el sistema de salud pública del país, tal como relata el arquitecto y docente universitario Enrique Larrañaga.

“Regresamos a casa exactamente 12 horas después de salir hacia el Hospital José Gregorio Hernández, en los Magallanes de Catia, para vacunarnos con la Sputnik V, pero peor es nada -relató el arquitecto en sus redes sociales- La experiencia fue realmente una sobredosis de patria: abuso, intimidación, abandono de una instalación de buena calidad, desorganización, presiones de quien se siente con poder y una innecesaria complicación del procedimiento que lo alarga hasta la desesperación”.

Según Larrañaga “mucha gente habla de venta de cupos y vacunas, pero no vimos ningún caso que nos pudiera hacer pensar eso. Sí vimos "colas prioritarias" de funcionarios y otra de gente con batas de médicos o enfermeras a quien nadie le pidió más credenciales que la ropa (…) Lo que más alarma es que es un plan sin plan alguno; nos enteramos por una sobrina que fue porque se enteraron los suegros (…) No es un programa de vacunación; es un despelote que genera caos, angustia”.

La historia de Larrañaga es diferente a la de Hernán Merchán quien decidió acudir -junto a su esposa- al mercado negro ante el temor de no poder vacunarse. “Llegamos al apartamento que nos habían indicado un conocido. Ahí esperamos mientras entraban y salían personas de los cuartos. Cuando nos tocó nuestro turno, nos hicieron pasar y de repente entró una persona con una cava, como las que uno usa para ir a la playa. Ante nuestra cara de asombro nos dijo que debíamos preocuparnos porque recibiríamos la vacuna china (Sinopharm) y esta se puede almacenar en cavas comunes (…) Debemos volver en tres semanas para la segunda dosis, ahora me siento un poco más tranquilo, la gente que me lo recomendó es de confianza y estoy seguro de que ellos verificaron que se recibe una vacuna real”.

Mercado negro impulsado por el régimen

Según la diputada de la Asamblea Nacional electa en 2015 Desiree Barboza “hay hospitales en la ciudad de Caracas, donde venden las vacunas entre 300 y 600 dólares (…) Este mercado negro está impulsado por la dictadura quien se niega a diseñar un plan de vacunación para todos los ciudadanos”.

Por otra parte, la diputada María Teresa Pérez sostiene que el tráfico de las vacunas contra la COVID-19 ocurre “entre otras cosas por la opacidad sobre la información de la pandemia y el control social que el régimen quiere tener sobre todos los venezolanos”.

Una posición similar mantiene la diputada Dinorah Figuera, presidenta de Comisión Permanente de Ciencia Tecnología e Innovación de la Asamblea Nacional de 2015, quien sostiene que en el hospital Militar de Caracas “sí existe un mercado de compra de cupos exprés para las vacunas de la COVID-19 y lo hacen a la vista de militares que se pasean antes las personas que ellos saben que pagaron para vacunarse”.

La OPS presiona a Maduro

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) pidió el pasado 18 de mayo a Nicolás Maduro que suministre “información transparente y a tiempo” sobre el avance de la vacunación en Venezuela contra el coronavirus.

Según Ciro Ugarte, director del Departamento de Preparación para Emergencias y Desastres del organismo no se cuenta con “información actualizada sobre el avance de la vacunación en Venezuela. Hasta la última información que teníamos disponible, se habían aplicado 316.000 dosis a los grupos prioritarios, entre ellos el personal de salud. 79% de las vacunas que habían llegado al país (…) Esperemos que el Ministerio de Salud proporcione la información que ha sido solicitada y que sirve para las discusiones y los trabajos que existen en la Mesa Técnica Nacional sobre el plan de vacunación del acceso a la vacuna de Covax”.

Desafortunadamente la información que suministra Maduro en la Mesa Técnica Nacional -instancia integrada por representantes de Maduro, OPS y gobierno interino- es escasa y desactualizada, sin embargo, los datos suministrados sirven para concluir que Venezuela es el país de Suramérica que ha administrado menos dosis de vacunas contra COVID-19 en relación con su población.

Según los datos oficiales se mantiene una proporción de 0,8 dosis por cada 100 habitantes.

Hasta la fecha Venezuela ha recibido solo siete cargamentos de vacunas contra COVID-19, que en total acumulan 2,2 millones de vacunas.

Sin embargo, se espera que Venezuela comience a recibir entre julio y agosto vacunas del mecanismo Covax, alianza con la cual acordó la compra de 11 millones de dosis de vacunas contra COVID-19.

@Puzkas

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