SAN JOSÉ.-JOSUÉ BRAVO
Especial
Ante el rumor de la inminente derogación de la Ley de Ajuste, la oleada de inmigrantes procedentes de la isla alcanza cifras alarmantes
SAN JOSÉ.-JOSUÉ BRAVO
Especial
El ingreso de cubanos a Costa Rica por paso Canoas, en la frontera con Panamá, continúa abierto desde que el pasado viernes. El Gobierno costarricense decidió recibirlos y otorgarles visa de tránsito para que crucen a Nicaragua, pero este país optó por bloquearles el paso en su periplo migratorio hacia Estados Unidos.
Entre el domingo y el mediodía del martes últimos, 350 cubanos más ingresaron bajo esta modalidad a Costa Rica, para sumarse a unos 2.000 que han quedado varados en la frontera de Peñas Blancas, ante la negativa de Nicaragua de permitirles su ingreso, alegando que el Gobierno costarricense provoca una crisis migratoria en Centroamérica.
De este modo, Costa Rica reafirma su política de fronteras abiertas para esta ola de cubanos en un contexto humanitario, según San José, que le ha valido al Gobierno de Luis Guillermo Solís un nuevo conflicto con Nicaragua.
Nicaragua reaccionó con el envío de más oficiales de la policía y el ejército a Tablillas, otro punto de la frontera con Costa Rica, con la finalidad de impedir el paso de los cubanos.
Nueve días antes de esta polémica, todo funcionaba con normalidad. Un promedio de 40 migrantes cubanos, luego de hacer un largo viaje desde Ecuador, pasaban por Costa Rica guiados por las redes de tráfico de personas.
Todo ello a sabiendas de que los cubanos sólo utilizan a estos países como trampolín para cumplir su sueño americano, dejando a su paso miles de dólares a mafias que hacen con ellos un gran negocio.
Los cubanos llegaban de modo irregular a Paso Canoas, frontera con Panamá, donde se presentan a las oficinas migratorias costarricenses, quienes a su vez los dejaban libres pero les hacían una cita para presentarse al siguiente día en las oficinas centrales de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) en San José. Esto con la finalidad de ser deportados.
No obstante, los cubanos incumplían la cita y continuaban su periplo hacia Nicaragua con la ayuda de una red de coyotaje que los trasladaba de frontera a frontera.
Hacia Nicaragua, la mayoría cruzaban de modo irregular con la ayuda de traficantes que los llevarían a Honduras. O bien, pagaban una visa de tránsito de 80 dólares al Gobierno nicaragüense una vez que eran deportados de Costa Rica. De este último modo transitaron por el territorio nicaragüense 770 cubanos, durante lo que va de 2015, según la directora de la DGME, Kathya Rodríguez.
El tránsito de cubanos que huyen de la isla caribeña ha ido en ascenso desde 2012. Sólo en Costa Rica, 50 cubanos transitaron durante ese año. La cifra se disparó a 2,500 en 2013, 5,600 en 2014 y en lo que va de 2015, unos 13.000 han hecho lo mismo.
El incremento desde 2014, según describen los mismos cubanos, se dio ante el rumor de que a partir de enero próximo Estados Unidos cambiará la Ley de Ajuste Cubano, que les concede beneficios migratorios para vivir en ese país, como parte del proceso de normalizar las relaciones con Cuba.
El masivo éxodo también fue alentado por la flexibilidad del mismo Gobierno cubano tras otorgar pasaportes a sus connacionales, así como de Ecuador, país que el año pasado eliminó el requisito de visa para que los cubanos que ingresaran a su territorio.
Empero, esta dinámica cambió el martes 10 de noviembre. La Fiscalía Adjunta contra la Trata y el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Policía Profesional de Migración, detuvieron a 12 personas durante allanamientos en el centro y norte de Costa Rica, quienes eran parte de una red de traficantes de cubanos, asiáticos, africanos y nicaragüenses que dejó a la deriva a 2.000 ciudadanos procedentes la isla.
Era el primer gran golpe contra una organización como tal, aunque en Costa Rica y Nicaragua ya se han enjuiciado a personas por coyotaje y aún hay procesos judiciales abiertos.
“A nosotros lo que nos sorprende es que el miércoles (11 de noviembre) amanecen 300 personas salidas prácticamente de la nada, haciéndose notar. Pensamos que es gente que queda de alguna manera abandonada”, reconoció Rodríguez.
Así empezó a visualizarse una crisis que hoy tiene varados a 2.000 cubanos en la frontera de Peñas Blancas, más el resto que sigue llegando. En las oficinas migratorias centrales de San José, se aglomeraron 334 cubanos desde el miércoles 11. En Paso Canoas, 1.600 más clamaban el mismo día por el ingreso a Costa Rica.
Inicialmente, según Rodríguez, Nicaragua aceptó recibir deportados a los 334 que estaban en San José, a partir del jueves 12 de noviembre, como parte de la dinámica que había funcionado meses y años atrás.
“Lo único que Nicaragua pedía era el pase de una manera legal y entonces nosotros lo hacíamos bajo la figura de deportación. Incluso ellos les cobraban una visa de alrededor de 80 dólares para facilitarles el tránsito”, dijo Rodríguez.
No obstante, Nicaragua cerró el paso a los cubanos el viernes 13 de noviembre. Dos días después acusó a Costa Rica de provocar una crisis migratoria regional lanzando a los cubanos de modo ilegal a Nicaragua.
Sólo 82 de los 334 aglomerados en San José lograron continuar el viaje. El resto quedó varado en la frontera de Peñas Blancas y a ellos se sumaron el domingo 14 los 1.600 de Paso Canoas, a quienes Costa Rica un día antes les dio visas de tránsito.
El resto es la tragedia que muchos ya conocen. Con el cierre de la frontera nicaragüense para cubanos, ambos grupos se aglomeraron en Peñas Blancas y cruzaron el domingo de modo irregular a Nicaragua, país que los devolvió a Costa Rica con su Ejército y Policía Nacional en lo que sería “una emboscada”, según denunciaron los migrantes.
Este problema migratorio humanitario abrió una nueva fisura en las relaciones bilaterales entre Costa Rica y Nicaragua, como un preámbulo, según el canciller Manuel González, que acusa al Gobierno nicaragüense de iniciar la crisis, a inminentes fallos de la Corte Internacional de Justicia, sobre el conflicto por la disputa de un humedal en la frontera común y la construcción de una carretera tica fronteriza que al parecer, según Managua, contamina su río San Juan.
Sendas acusaciones las hicieron ambos gobiernos entre domingo y lunes. Nicaragua, que había guardado silencio mientras Costa Rica intentaba soluciones, el domingo acusó primero a su contraparte a través de su Primera Dama y Secretaria de Comunicación, Rosario Murillo; por violación a su soberanía nicaragüense y promover el gobierno costarricense ingreso forzoso de miles de inmigrantes irregulares cubanos.
Costa Rica, en voz de su canciller González, refutó tales acusaciones, recriminó el uso del Ejército, pidió colaboración para la apertura de fronteras que les permitiera su peregrinaje a Estados Unidos y acusó a Managua de politizar un problema humanitario dentro de los problemas bilaterales.
La divergencia continuó a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), foro en el que ambos países manifestaron sus posiciones. Costa Rica mantiene la idea de elevar el tema a la Organización de Estados Americanos (OEA), mientras que Nicaragua lo expuso en un foro de seguridad del Sistema de Integración Centroamericano.
El problema no está resuelto. Entre múltiples alternativas que maneja Costa Rica, la prioridad es que a nivel regional haya una salida humanitaria, que Nicaragua les permita el tránsito por su país, así como el resto de países centroamericanos y México.
A esta posición se sumaron organismos de derechos humanos de ambos países. El canciller González señala que la migración de cubanos por esta región debe abrir alternativas de cómo tratarlo a futuro, para evitar una repetición del problema.
Costa Rica acaba de anunciar que realiza esfuerzos para concertar una reunión de cancilleres de la región involucrados en el tema migratorio de los cubanos.
Durante una rueda de prensa, después de la sesión del Consejo de Gobierno, el presidente Luis Guillermo Solís y el canciller Manuel González, informaron sobre los esfuerzos y contactos que mantienen a nivel regional para organizar una reunión, en la que se pueda encontrar una salida a la situación.
Solís fue enfático en que la principal prioridad del Gobierno es de carácter humanitario, para garantizar que hombres, mujeres y niños migrantes tengan las condiciones adecuadas de alimentación, atención médica y psicológica, cobija y techo para afrontar la difícil situación que afrontan en la frontera con Nicaragua.
El canciller González manifestó que los diversos países involucrados como lugares de tránsito, que van desde Ecuador, Colombia, Panamá, Centroamérica y México, así como Cuba, deben encontrar puntos de acuerdo para solventar la situación.
“Se trata de establecer un corredor humanitario. Los países nos tenemos que poner de acuerdo y evitar que los migrantes caigan en manos de las redes y los coyotes, porque recordemos que el objetivo de los migrantes es llegar a Estados Unidos y van a tratar de hacer todo lo posible por lograrlo”, afirmó González.
No existe una fecha prevista para la eventual reunión, pues González reconoció es una tarea difícil poner a todos de acuerdo para una fecha y lugar de encuentro, pero que existe confianza en que sea a la mayor brevedad.
Dijo también que la Comisión Nacional de Emergencia, la Organización Internacional para las Migraciones, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil están dando apoyo a los migrantes cubanos en Peñas Blancas y albergues ubicados en el cantón fronterizo de La Cruz, Guanacaste.
Mientras tanto, la tensión y la penosa situación continúan en la frontera. Las oficinas migratorias y de aduanas de los dos países no funcionan con normalidad.
La mayoría de los cubanos permanece en las instalaciones de la DGME de Costa Rica, donde viven a la intemperie, aunque el Gobierno de este país les asiste con alimentos y frazadas, apoyo que refuerzan organizaciones civiles y ciudadanos costarricenses.
Los cubanos ejercen presión durante horas como bloqueo de carreteras, lo que trastorna aún más el paso fronterizo. Nicaragua mantiene desplegado sus tropas, lo que incrementa el temor. Otro grupo de cubanos reciben asistencia humanitaria en dos albergues de La Cruz, cantón fronterizo con Nicaragua.
Un grupo de 15 cubanos que cruzó a Nicaragua con ayuda de traficantes, fueron regresados de nuevo a Costa Rica.
Organizaciones promigrantes y de derechos humanos de Nicaragua y Costa Rica, abogan también por una salida integral regional y humanitaria, que le permita a los cubanos continuar su tránsito a Estados Unidos bajo la protección de sus derechos de parte de los estados por donde surquen.
El largo periplo
En este periplo los cubanos eligen una larga ruta, contraria a otras tradicionales, usada muchas veces por el narcotráfico de Sudamérica a Estados Unidos. Es 25 veces más distante que cruzar el Estrecho de la Florida.
Salen de la isla por avión y llegan a Ecuador, país que les brinda una visa de turismo de tres meses. Ahí se contactan por coyotes o traficantes de personas que son partes de redes internacionales que les cobran entre 7.000 y 15.000 dólares para llevarlos de país en país hacia Estados Unidos.
Cruzan como indocumentados, a través peligrosas montañas, la frontera entre Ecuador y Colombia. De ahí viajan a través del océano Pacífico a Panamá. Luego siguen a Centroamérica por tierra y al llegar a México, agarran una avioneta clandestina a Estados Unidos, entre otras alternativas. Es un largo viaje expuesto a corrupción, engaños, disparos y peligros.
Si las cifras pagadas por emigrar son correctas, significa que los 21.000 cubanos que apenas pasaron por Costa Rica desde 2012, gastaron entre 147 y 315 millones de dólares.
“Es un negocio multimillonario”, dijo el canciller costarricense, Manuel González. "Hay que abordar el problema y no permitir que los países sigan indiferentes. Cuando esto no ha sido problema, porque todo ha estado bajo la mesa al amparo de las redes del tráfico internacional de personas, se ha vuelto a ver para el otro lado. Ahora que surge el problema y se hace más visible, pues es el momento de actuar con absoluta responsabilidad de parte de todos los países involucrados", dijo González.
Costa Rica dice que seguirá manteniendo abierta la puerta a la oleada de cubanos que emigran a Norteamérica, pese a la negativa de Nicaragua de permitirles el tránsito por su territorio.
La crisis paso a paso
1. Martes 10 de noviembre: Costa Rica desarticula red de coyotaje que dejó a 2.000 cubanos a la deriva.
2. Miércoles 11 de noviembre: 1.600 cubanos piden ingreso a Costa Rica en Paso Canoas, frontera con Panamá y 334 más se aglomeran en las oficinas centrales migratorias de San José, pidiendo ayuda para ser trasladados a Nicaragua.
3. Jueves 12 de noviembre: Durante la tarde, Costa Rica empieza a deportar a los 334 que estaban en San José para que sigan su rumbo a Estados Unidos.
4. Viernes 13 de noviembre: Los cubanos hacinados en Paso Canoas bloquean durante horas el tránsito de la carretera interamericana sur, como medida de presión para ingresar a Costa Rica, que en ese momento les negaba la entrada exigiéndoles visa.
5. Viernes 13 de noviembre: Nicaragua decide cerrar la frontera para el paso de cubanos irregulares y guarda silencio. Sólo cruzaron 82 de los 334. El resto quedó varado en Peñas Blancas. Costa Rica empieza a instalar campamentos para brindarles asistencia humanitaria en sus dos fronteras.
6. Viernes 13 de noviembre: A las 6:30 p.m., el Consejo Nacional de Migración decidió otorgar visas de tránsito a los cubanos varados en Paso Canoas, cuya vigencia de siete días vence el viernes 20 de noviembre.
7. Sábado 14 de noviembre: Costa Rica empieza a otorgar visas de tránsito como parte de un abordaje responsable, apegada a los derechos humanos y a normativas nacionales e internacionales. Al filo de la media noche del domingo 15, 1.587 cubanos recibieron visas extraordinarias. Al mediodía del martes 17, la cifra ascendió a 1.836.
8. Domingo 15 de noviembre: Los cubanos de Paso Canoas se aglomeran con los que estaba en San José y juntos suman unos 2.000 en Peñas Blancas. A las 9 a.m., luego de obstaculizar el acceso en la carretera Interamericana sur, deciden cruzar a Nicaragua. Los cubanos hablan de una emboscada nicaragüense, dado que pasaron por un portón metálico abierto sin mayor oposición de las autoridades, caminaron más de 6 kilómetros hacia la ciudad de Rivas. En una carretera solitaria el Ejército, en acciones combinadas con la Policía antimotín, fuertemente armados, los regresó a Costa Rica con lanzamiento de balas de goma y bombas lacrimógenas. Fueron 1.917 los devueltos, según el Gobierno de Managua.
9. Domingo 15 de noviembre: Nicaragua cierra el paso para personas y vehículos en Peñas Blancas.
10. Domingo 15 de noviembre: Durante la tarde, el Gobierno de Nicaragua acusó a Costa Rica de violar su soberanía y de promover el ingreso forzoso de miles de inmigrantes irregulares cubanos. Managua responsabilizó a San José de crear una crisis migratoria centroamericana.
11. Domingo 15 de noviembre: Durante la noche, el canciller de Costa Rica, Manuel González, refutó las acusaciones de Nicaragua, recriminó el uso del Ejército, pidió colaboración para la apertura de Peñas Blancas y acusó a Managua de politizar un problema humanitario y arrastrarlo a los viejos conflictos entre ambos países.
12. Lunes 16 de noviembre. Nicaragua reabrió, a medias, el paso por Peñas Blancas. Lanzó una ofensiva diplomática en la CELAC y la ONU, acusando de lo mismo a Costa Rica, que a su vez se defiende. San José amenazó con elevar el caso a la OEA. Nicaragua dijo que la crisis “provocada por Costa Rica” debe analizarse en el seno del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
13. Lunes 16 de noviembre: El presidente Luis Guillermo Solís convocó a parte de su gabinete para abordar el problema e informarlo a los jefes de fracción del parlamento. El canciller González reitera que su país mantiene abiertas sus fronteras para la oleada de cubanos.
14. Lunes 16 de noviembre: Unos 70 cubanos bloquearon el tráfico en el lado costarricense de Peñas Blancas, como medida de presión para que Nicaragua les permita el ingreso.
15. Lunes 16 de noviembre: gobierno costarricense desplegó un operativo humanitario para atender a más de 1,200 cubanos que quedaron varados en la frontera con Nicaragua.
16. Lunes 16 de noviembre: Parlamento de Costa Rica pide a Nicaragua que flexibilice su posición por fines humanitarios y le permita el paso a los cubanos.
17. Martes 17 de noviembre: Unos 15 cubanos que ingresaron a Nicaragua con ayuda de coyotes, fueron devueltos a Costa Rica por el Ejército. Otro grupo más volvió a bloquear la carretera interamericana norte, del lado costarricense, como medida de presión contra el gobierno de Daniel Ortega.
18. Martes 17 de noviembre: Un nuevo grupo de 60 cubanos irregulares se acercaron a Paso Canoas. Piden ingreso y visa de tránsito por Costa Rica, así como ocurrió con sus compatriotas la pasada semana.
19. Martes 17 de noviembre: Nicaragua mandó al Ejército y la Policía para impedir el ingreso de cubanos, esta vez en Tablillas, otro punto de frontera con Costa Rica.
20. Martes 17 de noviembre: El Gobierno de Costa Rica anunció que realiza esfuerzos para concertar una reunión de cancilleres de la región para atender el tema migratorio de los cubanos.
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