lunes 25  de  marzo 2024
Venezuela

Crisis moralmente intolerable, advierte iglesia venezolana

Mons. José Luis Azuaje Ayala ofreció un análisis sobre la situación de la iglesia en el país. así como de la crisis que afecta a los venezolanos.

"Comienza por retomar la dramática valoración reiterada por nuestro episcopado, de que estamos, como personas y ante todo como pueblo, inmersos en una situación moralmente intolerable. En efecto, no es solo contemplar el ámbito de legalidad jurídica de origen o no, de legitimidad política o no en virtud de procedimientos institucionales o reconocimientos formales que, como todos sabemos, han sido violentados tantas veces en detrimento de la libertad y la paz; sino de lo que se trata, en términos éticos y religiosos, en el fondo y radicalmente, es de estar a la altura de la realidad de este “desorden establecido”.

Así lo afirmó monseñor José Luis Azuaje Ayala, arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela durante la apertura de la CXIII Asamblea ordinaria plenaria del Episcopado Venezolano, donde hizo un resumen de los hechos más importantes ocurridos durante el años 2019, así como un balance de los objetivos planteados para los próximos años.

En cuanto al tema de la crisis actual que ocurre en Venezuela, monseñor Azuaje recalcó que "con extremo dolor humano y creyente, que el primer y más importante rasgo de nuestra cotidianidad es el sufrimiento indignante, masivo y profundo que padece nuestro pueblo en todos sus estratos, mayoritariamente en los pobres y excluidos. Sufrimiento, hay que decirlo con responsabilidad, fruto de una violencia institucionalizada, física, psíquica y moral: por la represión directa; por palabra mendaz y manipuladora; por la presión de la coacción y el chantaje practicados a los desafectos; por no compartir opinión o por sospecha de querer cambiar de proyecto o tener que emigrar para salvaguardar su integridad o el futuro de los suyos. Violencia a la que corresponde decir: “basta ya”, como derecho del pueblo a resistir a ella con toda la fuerza moral permisible y exigible, pacífica, de la convicción moral y la acción planificada".

Recordó que en anteriores oportunidades "el episcopado se ha pronunciado expresando que “una gran oscuridad cubre nuestro país” (13 de enero de 2017), y más recientemente ha exclamado: “Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución” (11 julio 2019), en la que se propone la realización plena de un “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”, según lo dice el artículo 2 de la Constitución Nacional y expresado en su Preámbulo: “Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna”. El pueblo no pide otra cosa que el acatamiento por parte de todos los poderes públicos de este pacto republicano establecido en la Constitución".

Resaltó que a medida que avanza el tiempo el deterioro se hace más inminente, enumerando el resquebrajamiento de las estadísticas recientes con el aumento de la pobreza, la falta de acceso al trabajo, un 13,5% de desnutrición en niños recién nacidos a 5 años, un 87% de familias que sufren privación alimentaria; "y algo que no podemos dejar pasar por alto es que un gran porcentaje de las familias venezolanas hayan recibido este nuevo año con al menos un familiar fuera del país y, además, experimentar el repunte de personas con intención de migrar con el objetivo no solo de buscar sustento para su familia, sino poder vivir en paz. Toda esta realidad debemos atenderla como pueblo, pero no con los mismos mecanismos de siempre, sino con la creatividad intelectual y estratégica que implica el juego socio-político del momento, donde hay diversidad de actores y multiplicidad de intereses".

FUENTE: REDACCIÓN

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