
Los regímenes totalitarios como el de Cuba, necesitan siempre de un enemigo externo al cual culpar de su propia incapacidad y de su desgobierno
Un documento presuntamente enviado a dirigentes políticos dentro de Cuba, firmado por Benigno Castillo Díaz, jefe del Departamento Político Partidista del sistema empresarial de las Fuerzas Armadas de Cuba, se ha filtrado y circula por las redes sociales e internet; de ser real, dejaría al descubierto la intención del regimen castrista de sembrar distancia sobre el “enemigo de turno” a partir del 20 de enero, si se legitimara la presidencia de Joe Biden.
En la misiva, el dirigente habría instruido a los trabajadores a no opinar, bajo ningun concepto en las redes sociales sobre los resultados en las elecciones presidenciales en Estados Unidos y abstenerse de celebrar la victoria del demócrata Joe Biden, en que caso de que sucediera, a la espera de que se hiciera pública la posición oficial de la dictadura que saldría publicada en las cuentas de la cancillería y del gobernante designado Miguel Díaz Canel.
La misma carta mantiene el discurso defensivo y mimético de atrincherarse el supuesto "bloqueo" [embargo económico] al que denominan “flagrante violación de los derechos humanos” y entre los planteamientos ordenan enfrentar lo que identifican como "campañas de descrédito contra las brigadas médicas cubanas", aunque, tanto organizaciones internacionales, personalidades políticas o miembros de la sociedad civil han denunciado constantemente las condiciones de esclavitud y el maltrato al que son sometidos los galenos de la isla en sus encomiendas de trabajo en el exterior.
El pronunciamiento oficialista, acerca del proceso electoral llegó el 8 de noviembre, aunque el documento que mencionamos está fechado el 3 de noviembre. “Reconocemos que, en sus elecciones presidenciales, el pueblo de EEUU ha optado por un nuevo rumbo. Creemos en la posibilidad de una relación bilateral constructiva y respetuosa de las diferencias”, escribió Díaz Canel, en su perfil de Twitter acompañado de sus habituales etiquetas de continuidad y que fue replicado por el canciller Bruno Rodríguez.
Pero para muchos esto es, como asegura el imaginario popular, más de lo mismo. Y es que los regímenes totalitarios, por regla general, necesitan siempre o casi siempre de un enemigo externo, de un villano, de una figura a la cual culpar de su propia incapacidad y de su desgobierno. Dentro de esta raza, los gobernantes castristas son, y así los calificó Orlando Freire, en un artículo del sitio web independiente CUBANET, “maestros en la práctica de esa argucia: todas las vicisitudes del país son consecuencia del llamado bloqueo norteamericano, y los opositores al gobierno son mercenarios al servicio de una potencia extranjera”.
Freire continúa asegurando que a Jean Paul Sartre se le atribuye una frase esclarecedora, pronunciada supuestamente en 1960 que decía: “De no existir Estados Unidos la revolución cubana habría tenido que inventarlos”.
Si no ¿A quién culpar de la paupérrima situación económica, politico y social que padece cada día el pueblo Cubano?
Hay que poner el parche antes que salga el hueco. Yusuam Palacios, del denominado Movimiento Juvenil Martiano y acérrimo defensor de la dictadura, se pronunció sobre la elección del candidato demócrata Joe Biden como presidente de EEUU y escribió en su muro de Facebook: “Es verdad que perdió Trump, y su pandilla se esconde tras la derrota, pero dejemos a un lado la euforia por la victoria de Biden, puede que sea "menos malo" que el Calígula destronado, puede ser; ahora, nada de ingenuidad; se sentará en la silla imperial, huele a azufre" haciendo referencia directa a una intervención del fallecido caudillo venezolano Hugo Chávez en la ONU.
La censura comunista viene en forma de directrices y aun, cuando no se ha comprobado la autenticidad del comunicado que presuntamente firma Benigno Castillo Díaz, lo cierto es, que las redes sociales, la internet, los medios de prensa y todo cuanto desenmascare el verdadero rostro de la dictadura castrista es borrado, bloqueado o enfrentado por el nuevo ejército de las llamadas "ciberclarias".
Hasta el momento, ningún funcionario cubano ha reconocido ni negado las supuestas ordenanzas que contiene el documento.