martes 14  de  enero 2025
AMÉRICA LATINA

Cuba: universidad expulsa a profesor por su postura política

El profesor de Periodismo José Luis Tan Estrada fue cesado de la Universidad de Camagüey, al centro de Cuba, por presuntos 'problemas ideológicos'
Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

LA HABANA, CUBA— José Luis Tan Estrada, profesor de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Camagüey, Ignacio Agramonte, fue expulsado este lunes de esa institución docente por su "postura política contra el sistema", según informó en su perfil de Facebook.

"Fui expulsado de una Universidad que viola los derechos humanos y reprime a todo aquel que 'piense diferente'. Los motivos: mi posición política contra el Gobierno, por mis publicaciones en Facebook y constantes denuncias por esta red social digital", expresó el profesor en una extensa publicación en su perfil.

Tan Estrada señaló que de nada valió demostrarle a los funcionarios sus resultados académicos e investigativos, "mi profesionalidad impartiendo clases sin influenciar en la forma de pensar de los estudiantes. Los invité a leer cada texto periodístico mío y me dijeran dónde estaba la mentira y las malas técnicas periodísticas, pero fue en vano. La impresión que me llevé es que la decisión estaba tomada hace rato y aprobada por Santiago Lajes Choy, rector de la Universidad".

El periodista contó que, semanas antes, "la represión y la censura empezaban a rondarlo (...), sin argumento alguno, me cerraron la cuenta a internet y, por tanto, el acceso a las computadoras, siendo aún profesor y sin previo aviso", dijo. Mencionó también "ataques constantes de perfiles falsos por Facebook, campañas de difamación, bloqueo al acceso a varias páginas institucionales".

Aunque en la reunión donde le comunicaron su expulsión, los funcionarios ofrecieron a Tan Estrada otras tres posibilidades de empleo en empresas estatales, el joven profesor dijo que las rechazó. "Nada tienen que ver con mi perfil profesional y académico", expresó.

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Excluido un dramaturgo de ejercer la docencia en una escuela de arte por 'problemas ideológicos'

De igual modo, al dramaturgo Irán Capote, residente en Pinar del Río, los directivos de la nueva Escuela de Instructores de Teatro de esa provincia le comunicaron que no formará parte del claustro de profesores de ese centro docente, informó el afectado en su perfil de Facebook.

"Mi nombre quedó fuera. La justificación, la que debía llegar hasta mi persona fue simple: 'hemos optado por otros artistas'. Vamos, que eso está muy bien. Es legítimo, digamos. Pinar del Río no tiene muchos dramaturgos para escoger, ni muchos directores para escoger ni muchos actores para escoger. Mucho menos profesores. Pero escoger también puede ser posible", expresó Capote sobre esa decisión.

En su post el también poeta y cuentista señaló que "no hay que ser dramaturgo para entender el relato cíclico de la injusticia en Cuba socialista. Todos sabemos el trasfondo de esto.(...) Lo sé y también lo saben los cuatro (literalmente cuatro) asistentes a aquella reunión en la UNEAC en la que se analizó mi caso y donde el término 'problemas ideológicos' fue la pelota de tenis en esa mesa".

A modo de conclusión, Capote expresó que ''nada de esto me detiene. Sigo con mi trabajo en Teatro Rumbo y Teatro Alas. Sigo con mis escrituras, mis publicaciones. Sigo con el taller de dramaturgia y mi asesoría literaria en la Casa de Cultura''.

Irán Capote, de 30 años, es Licenciado en Arte Teatral por el Instituto Superior de Arte. Obras suyas han sido estrenadas en Cuba y Estados Unidos. Ha publicado Medea prefabicada, por la editorial El Mar y la montaña (2020); Eau de Toilette, Editora Abril (2020); El casting, Editorial Guantanamera (España, 2017).

Fue además finalista del Premio Internacional de Poesía Juan Ramón Jiménez en 2020 y recibió una Primera Mención de Poesía del premio Mangle Rojo el pasado año, por la Asociación Hermanos Saíz.

La expulsión de centros de trabajo o de estudios por motivos políticos es una práctica habitual del régimen cubano desde sus comienzos. En muchas ocasiones, para justificar la expulsión, los represores se valen de cualquier argucia legal o el más mínimo error de la persona.

Casos como el de los científicos Ariel Ruiz Urquiola y Oscar Casanella Saint-Blancard, la historiadora del arte Yanelys Núñez Leyva y los profesores de Derecho Julio Antonio Fernández Estrada y René Fidel González García, son algunos entre los de decenas de cubanos expulsados de sus centros de trabajo por sus críticas públicas al régimen.

Entre las reacciones destaca la de José Raúl Gallego:

Ayer supe la noticia de que José Luis Tan Estrada había sido expulsado de su puesto como profesor en la Universidad de Camagüey. No por esperada deja de ser molesta, sobre todo porque uno ve como la historia se repite, con diferentes víctimas, pero con los mismos verdugos. Sonrientes o severos, más amigables o más directos, más porque "le toca" o porque lo sienten, dando la cara o actuando en la sombra, pero son los mismos.

Al igual que ocurrió conmigo, fue la decana Dania Santi la persona encargada de comunicarle a Tan su expulsión de la Universidad. No sé si está de acuerdo o no, no lo sé. Recuerdo que cuando me entregó mi sanción lo hizo apenada y que luego en mi juicio del Órgano de Justicia Laboral no se destacó, pero participó en su rol de parte acusadora. Dania en ese momento tenía buenas relaciones conmigo, pero aún así fue la persona que firmó mi sanción y fue parte de todo el proceso. Sé que esa decisión no vino de ella, sino de la Seguridad del Estado, el Partido Provincial y el rector de la Universidad, Santiago Lajes Choy, quien tampoco dio la cara en ese momento, pero estaba allí, dirigiendo todo lo que pasaba.Hoy la historia se repite. Y vuelven a expulsar a un profesor.

Esta vez no acudieron a cuestiones administrativas como trataron de hacer conmigo, sino que expresaron abiertamente que se le expulsaba de la universidad por problemas ideológicos. Paradójicamente, las víctimas tendemos a ser menos severos con los victimarios que lo que ellos son con nosotros. Quizá por falsa empatía, quizá por síndrome de Estocolmo. Pero ellos no tienen reparos en participar activa o pasivamente en poner en punto de destrucción la vida de una persona (porque eso es lo que sucede cuando en un país como Cuba te expulsan de un lugar por problemas ideológicos) con estas actitudes. No piensan o no les importa todo el hostigamiento que vendrá sobre esa persona, la persecución de la Seguridad del Estado, la desestabilización de la familia, el ahogamiento económico, el exilio, la separación y el acoso a las personas cercanas que no acceden a alejarse. Simplemente cumplen con su rol y la víctima, pues que aguante. Y eso tiene que cambiar.

En una Cuba libre estas personas tendrán que acudir a tribunales, con todas las garantías que da un Estado de Derecho, a responder por estas violaciones y los daños causados a tantos y tantos jóvenes cuyo único "delito" fue pensar diferente y atreverse a expresarlo. Pero ese momento aún no ha llegado y no sabremos cuándo llegará. Pero mientras, que al menos sus alumnos, sus compañeros, sus vecinos, los profesores de otros países a los que viajan, y la opinión pública en general conozcan sus caras y sus nombres como lo que son: personas que expulsan de su trabajo a quienes piensan diferente; violadores de derechos. Créanme que esto es nada comparado con lo que debe estar viviendo en estos momentos José Luis Tan. Mi solidaridad con Tan y con el resto de estudiantes y profesores que ahora mismo están siendo coaccionados en medio de este proceso por expresarle su apoyo al profesor.

Ojalá llegue el día en que la decencia sea más fuerte que el miedo y nos opongamos abiertamente a estas injusticias. Al final, nos están pasando la cuenta de uno en uno, solo que pensamos que nunca nos va a tocar mientras están castigando a otro.

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