Especial
Debra Lynn Mercer era simple pero brillante, jets de segunda mano como aviones de un solo motor y doble motor registrados en territorio norteamericano
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MIAMI.- Debra Lynn Mercer, conocida como la 'señora de los cielos', (reina para otros) fue condenada a 60 años por un jurado de Oklahoma City por lavado de dinero, fraude y conspiración para producir y distribuir cocaína, en el marco del escándalo de los denominados narcojets para facilitar el tráfico de cocaína desde Colombia y Venezuela a Estados Unidos. Las deudas no han concluido y Lynn Mercer pudiera ser condenada a cadena perpetua por poner al servicio del narcotráfico empresas legalmente registradas en EEUU.
En exclusiva con DIARIO LAS AMERICAS, Jesús Romero, de padre venezolano y madre estadounidense, “criado entre ambos países” , por el desempeño de la profesión que escogió en la marina de EEUU, alcanzó el grado de comandante y terminó siendo testigo experto en el caso criminal federal del Este de Texas contra Lynn Mercer.
El alto oficial describe que el rastreo de las aeronaves que se utilizaban en ese operativo condujo a los agentes federales hasta un par de empresas abiertas en Onalaska, un pequeño pueblo en Texas que, curiosamente, no tiene aeropuerto.
“En los Estados Unidos a principios de los noventa se empezaron a construir muchas sociedades anónimas donde los verdaderos dueños permanecían en el anonimato (valga la redundancia). Aquí se hicieron muchas, en Miami y en Fort Lauderdale. La entrada del dinero era bastante grande, y eran muchos los que tenían un avión” sostiene Romero y agrega que “la compañía Aicraft Guaranty Corp. con base en Oklahoma tenía aeronaves registradas en EEUU. De esta manera podrían operar el avión donde quisieran.
“Si tú tienes un avión con esta matrícula (estadunidense) puedes entrar donde quieras pues se presupone que has pasado todas las inspecciones pertinentes.
“Yo fui jefe de la fuerza de tarea interinstitucional del Comando Sur y es allí donde se cruza mi camino con Debra Lynn Mercer en 2018, justo al cambiar la logística y transportación de las drogas desde Suramérica a la frontera sur”.
Previo a esa fecha, se realizaba principalmente por vía marítima. La labor de inteligencia de los expertos dedicados a enfrentar el trasiego del narcotráfico detectó el cambio en el modus operandi de esas operaciones.
Lynn Mercer también aparecía vinculada a la firma Wright Brothers Aircraft Title y alcanzó a registrar más de 1.000 aeronaves, incluidos helicópteros. Su plan era simple pero brillante. Jets de segunda mano como aviones de un solo motor y doble motor, Hawker, Gulfstreams, Sabrelines y Challenger comprados por intermediarios y registrados en territorio norteamericano,
“Debra es una mujer entonces de 60 años. La CEO de Aicraft Guaranty y otras compañías que se reflejan en la acusación de la fiscalía de Texas. Ubicada en Oklahoma en el mismo sitio donde la Administración Federal de Aviación tiene su registro. Empezamos a ver una serie de jets de alto rendimiento volando de EEUU a México y de allí a Venezuela; en territorio venezolano específicamente a los estados Zulia y Apure (ambos en la frontera con Colombia). Lynn Mercer tenía una serie de asociados, los llamados ‘brokers’, que operaban en Florida estos ‘narcojets’. Ellos compraban los aviones para los jefes de los carteles, estos capos daban la orden y los aviones se ponían a disposición de las organizaciones criminales”, explica Romero.
Petrodólares
Es necesario destacar que sin los petrodólares que disfrutaba Chávez, la expansión del régimen narco de Venezuela se dificultaba, a partir de las sanciones impuestas a esa nación, que comenzaron con la administración de Obama y se intensificaron hasta niveles paralizantes durante la presidencia de Donald Trump.
El dictador Nicolas Maduro recurrió a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en busca de una solución que garantizara la supervivencia del régimen: el narcotráfico patrocinado por el gobierno. Las FARC aseguraban una disponibilidad constante y el envío de cocaína en los territorios antes mencionados, el Catatumbo, en Zulia, bajo control de Jesús Santrich y el sur de Apure, bajo las riendas de Iván Márquez.
“Para que el plan y la relación funcionaran, los envíos de cocaína debían transportarse de manera rápida y eficiente, lo que requería el uso de aeronaves. Los envíos a los Estados Unidos se realizaban principalmente a través de América Central y México, controlados por el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación. Este sería un proyecto de 120 toneladas métricas de cocaína que garantizaría en su mayoría entregas seguras y sin disputas, aquí es donde entra Debra Lynn Mercer, la Reina del Aire”.
El comandante Romero afirmó que “no hay ninguna evidencia que enlace al régimen de Nicolás Maduro directamente con los aviones de Debra Lynn Mercer, “pero sí tenemos información de que Alex Saab [reconocido como testaferro de Maduro, y a quien Washington acaba de liberar] en el 2012 estaba trabajando junto con Piedad Córdoba, la senadora colombiana [recién fallecida] que era el puente para tener negociaciones con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Saab volaba estos aviones e iba de Bogotá a Ecuador donde se encontraba Tirofijo (uno de los altos mandos de las FARC)”
Nada en estos entramados logísticos es al azar: “El entonces presidente de Colombia Álvaro Uribe atacó a la guerrilla que estaban en Ecuador y hubo un problema entre ambos países. Es muy probable que su entonces homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, estuviera apoyando estas operaciones.
Vale destacar, la preponderancia alcanzada por organizaciones del crimen organizado en la nación ecuatoriana, al punto que en la actualidad, mantienen a ese país en un estado deplorable de inseguridad que afecta no solo a la ciudadanía, si no a su devenir político y económico.
Nosotros tenemos la información de que Alex Saab era el intermediario para conseguir estos aviones. Cuando aterrizaban en Venezuela les colocaban una calcomanía para ocultar la verdadera identidad de las aeronaves. Al regresar a Guatemala, Belice u Honduras eran destruidos básicamente para enterrar la evidencia”, subraya el comandante.
Para tener una idea de los montos del negocio, analicemos que 120 kilogramos de cocaína a 25.000 dólares representan cerca de 3.000 millones de dólares. Cada avión transportaba 37.5 millones de dólares. Esto se estaba haciendo con el conocimiento de los gobernantes de México y los gobernantes de Venezuela. Porque de allí vienen las libertades con que operaban esas aeronaves.
Lynn Mercer fue condenada con éxito por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos en abril de 2023, poniendo fin al puente aéreo de cocaína más exitoso que registra la historia contemporánea.
A la pregunta de DIARIO LAS AMERICAS sobre si temía por su vida luego de testificar en contra de Lynn Mercer, el comandante en retiro Jesús Romero afirma: “Yo vivo en un país donde hay libertades y se respetan, no voy a vivir debajo de ninguna amenaza ni me voy a esconder de nadie. Cuando el fiscal me llamó para que rindiera cuenta (del caso), sentí que el que me estaba llamando era EEUU ¿Qué si tengo miedo de testificar? Absolutamente no, no le temo a ningún cartel ni a ninguna organización criminal”.
Régimen narco de Venezuela
El régimen narco de Venezuela sigue siendo hoy una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos, como lo fue bajo el gobierno de Chávez y su alianza con Cuba.
El reciente “intercambio” de prisioneros a finales de diciembre del año pasado resalta la importancia de los intereses continuos de los Estados Unidos para la administración de Biden y sus aspiraciones presidenciales secundarias.
En 2020, Maduro fue acusado de conspirar para traficar cocaína con la ayuda de las FARC de Colombia. A pesar de los miles de millones de dólares que ingresaron a las arcas de Venezuela durante el auge petrolero, el socialismo del siglo XXI de Chávez y su búsqueda socialista requerían recursos financieros significativos para mantenerse; el socialismo sin dólares es un sueño lejano.
Maduro fue designado líder de transición de Cuba porque Fidel no confiaba en el ejército venezolano, y mucho menos en Diosdado Cabello.
Sin los petrodólares que disfrutaba Chávez, las sanciones impuestas a Venezuela, que comenzaron con la administración de Obama y se intensificaron hasta niveles paralizantes durante la presidencia de Trump, dificultaron la expansión del régimen narco de Venezuela, y mucho menos su supervivencia. Maduro recurrió a las FARC en busca de una solución que garantizara la supervivencia del régimen: el narcotráfico patrocinado por el gobierno.
Las FARC aseguraban una disponibilidad constante y el envío de cocaína utilizando el Catatumbo en Zulia y el sur de Apure en Venezuela. Iván Márquez controlaba Apure, y Jesús Santrich controlaba el Catatumbo de Zulia.
Estrategia
Para que el plan y la relación funcionaran, los envíos de cocaína debían transportarse de manera rápida y eficiente, lo que requería el uso de aeronaves.
Los envíos a los Estados Unidos se realizaban principalmente a través de América Central y México, controlados por el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Este sería un proyecto de 120 toneladas métricas de cocaína que garantizaría en su mayoría entregas seguras y sin disputas. Y, para que esto ocurriera, idearon un plan brillante para utilizar aeronaves registradas en los Estados Unidos para volar de 1 a 3 toneladas de cocaína rápidamente. Aquí es donde entra Debra Lynn Mercer, la Reina del Aire y CEO de Aircraft Guaranty Trust LLC, con sede en Onalaska, Oklahoma.
Hubo cientos y miles de aeronaves utilizadas por los cárteles entre 2017 y 2023. El plan era simple pero brillante. Jets de segunda mano como aviones de un solo motor y doble motor, Hawker, Gulfstreams, Sabrelines y Challenger fueron comprados por intermediarios y registrados en los Estados Unidos.
Estas aeronaves luego se llevarían a México, donde esperarían las órdenes de los cárteles para recoger los envíos de cocaína en Venezuela. Una vez autorizados y coordinados a través de funcionarios venezolanos corruptos, estos jets volarían desde México y aterrizarían en Apure o Zulia, donde las organizaciones locales cargarían y repostarían estas aeronaves para un rápido retorno en plena noche. Cientos y miles de estos vuelos ocurrieron, muchos de ellos se estrellaron en el camino. Venezuela está llena de restos de esta actividad.
Belice, Guatemala y Honduras recibieron la peor parte de estos vuelos, dejando atrás violencia, muerte y corrupción. Durante la pandemia de COVID-19, más de 52 pilotos perecieron volando aviones para estas organizaciones; 2020 sería el año con el mayor número de aeronaves utilizadas.
Este período también marca el fin de Iván Márquez y Jesús Santrich, ambos bajo un paraguas de protección proporcionado por el régimen de Maduro; no pueden permitirse testigos que declaren en un caso contra Maduro si estos dos individuos prominentes están muertos. ¿Coincidencia? Bueno, tal vez.
Las investigaciones lideradas por Estados Unidos y los esfuerzos de naciones aliadas llevaron a la acusación de Debra Lynn Mercer, "La Reina del Aire", y sus intermediarios en 2020. Mercer fue condenada con éxito por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos en abril de 2023, poniendo fin al puente aéreo de cocaína más exitoso en la historia contemporánea.
Preocupaciones
¿Por qué es importante entender esto y por qué deberíamos preocuparnos? Las ganancias por cocaína en miles de millones de dólares compensaban las pérdidas causadas por las paralizantes sanciones contra el régimen venezolano. La exitosa persecución de la empresa con sede en Oklahoma que suministraba jets de alto rendimiento dedicados puso fin a las aeronaves registradas en los Estados Unidos y al puente aéreo de cocaína de Venezuela. Maduro ya no tenía dólares de cocaína para hacer lo que quisiera.
Los esfuerzos de Maduro para unirse a BRICS ocurren durante este mismo período. Maduro afirma que el control de los dólares estadounidenses y las sanciones dirigidas por los Estados Unidos violan sus derechos humanos y son otro ejemplo de políticas colonialistas. En realidad, Maduro necesita dólares para sobrevivir, especialmente para continuar sus actividades criminales. BRICS es solo otra oportunidad para obtener una moneda alternativa no controlada por los Estados Unidos y no supervisada por el sistema bancario. No es una coincidencia que los miembros de BRICS sean principalmente países que prosperan en la corrupción.
Nicolas Maduro ha realizado un intenso esfuerzo de cabildeo para unirse a los BRICS. Sin embargo, hasta el año 2023, los BRICS aún no han extendido una invitación a Venezuela. Los miembros de los BRICS son conscientes de que Venezuela tiene una economía fallida que depende únicamente de su industria petrolera. Pero lo que es más importante, saben que Venezuela tiene una deuda gigantesca, una inflación descontrolada, es incapaz de pagar a sus acreedores y su industria petrolera está destruida. Evidencia de esto es el intento de Maduro de cortejar a China y mostrar su lealtad al presidente Xi. Sin embargo, China aún no ha ayudado a Venezuela a convertirse en miembro de los BRICS, aunque le ha otorgado a Venezuela un estatus preferencial.
El socialismo del siglo XXI en Venezuela solo ha traído miseria y ha empujado al país aún más hacia un abismo económico. La consecuencia no deseada de este fracaso es el éxodo de millones de venezolanos. Pero Maduro ha politizado el problema de la migración haciéndolo parecer únicamente un problema de Estados Unidos. Maduro culpa a las sanciones de Estados Unidos por el problema de la migración, mientras que la frontera sur de Estados Unidos se ve abrumada por miles de personas, con un número significativo de venezolanos entre ellos.
Jesús Romero y Rafael Marrero contribuyeron con este reportaje