BRASILIA.-SERGIO OTÁLORA
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@sergiootalora
El empresario boliviano Branko Marinkovic, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz de la Sierra y opositor al Gobierno del presidente Evo Morales, habló con DIARIO LAS AMÉRICAS desde su exilio en Brasil
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Según la agencia para los refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) en el mundo hay 1.232 exiliados bolivianos y, de ellos, 182 están en Brasil. Desde el 6 de septiembre de 2009 vive en ese país, en la ciudad de Sao Paulo, Branko Marinkovic, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz de la Sierra, dueño de varias empresas y de un diario que circula a nivel nacional. Este boliviano croata está acusado por la justicia, entre otras cosas, de haber financiado a un supuesto comando terrorista que quería asesinar al mandatario Evo Morales.
A las 3 a.m. del 16 de abril de ese mismo año, en el Hotel Las Américas, localizado en Santa Cruz, entre 20 y 30 miembros de las fuerzas especiales de la policía (Unidad Táctica de Resoluciones de Crisis) irrumpieron en dos habitaciones donde había cinco hombres, todos ellos extranjeros. En el operativo hubo tres muertos: Eduardo Rózsa Flores, húngaro boliviano, Arpad Magyarosi, húngaro rumano, y Michael Martin Dwyer, irlandés. Los otros dos, Mario Tadic, boliviano croata y Elod Toaso, húngaro, fueron arrestados.
Siete años después, este caso sigue abierto. Hay 39 personas vinculadas, todas ellas de oposición, y ocho arrestadas. En declaraciones para un noticiero boliviano, en un acto con el presidente venezolano Hugo Chávez y el gobernante cubano Raúl Castro, en Venezuela, Morales dijo que había dado “instrucciones precisas” al vicepresidente de la República (Alvaro García Linera) y, por su conducto, al comandante de la Policía Nacional, con el fin de detener a los “mercenarios”, como los calificó el presidente boliviano.
El mismo día de la acción de los comandos de la Policía, altos funcionarios del Gobierno relacionaron la nacionalidad del supuesto grupo terrorista desmantelado en el Hotel Las Américas con el origen de Marinkovic. El fiscal del caso, Marcelo Soza, lo acusó de financiar a unos supuestos asesinos que buscaban acabar con la vida del primer mandatario de Bolivia. También de terrorismo y alzamiento armado.
Soza terminó amenazado de muerte y, por lo tanto, se exilió en Brasil. Con él también hablamos y publicaremos su entrevista en la próxima entrega de esta serie.
Según la oposición, los hechos sucedidos en el Hotel Las Américas fueron ejecuciones extrajudiciales, una masacre que el Gobierno supuestamente ordenó y utilizó para debilitar a sus contrincantes en el poderoso departamento de Santa Cruz, con el argumento de que ellos estaban detrás del complot.
“Todo indica que ese montaje vino de la vicepresidencia, pero uno no puede acusar porque cometería la misma irresponsabilidad del Gobierno de acusar sin pruebas”, enfatizó Marinkovic.
Autonomía
Desde el momento en que fue elegido Morales como presidente de Bolivia, en 2006, ese departamento, más Beni, Pando y Tarija, se fueron a la oposición. Y desde el Comité Cívico se articuló una propuesta de autonomía regional. En ese año hubo un referendo en el que esos cinco departamentos, de manera abrumadora, votaron a favor de poder decidir su propio destino.
Dos años después, en otro referendo para la aprobación del Estatuto Autonómico de Santa Cruz, los votos le volvieron a dar el triunfo al sí. Como lo afirma Marinkovic, “lideramos un movimiento que pedía con justo derecho elegir nuestros gobernadores, alcaldes, y poder determinar nuestro presupuesto local de educación, de salud, cosas que en nuestro país no se manejaban. El alcalde y el gobernador los nominaba a dedo el presidente”.
Este empresario liga su lucha por la autonomía –que es vista desde el Gobierno como un esfuerzo separatista y sedicioso – con la operación en el Hotel Las Américas. “El Gobierno, al no tener nada con qué atacarme, tenía que librarse de una persona que consideraba un adversario político. Y este montaje, organizado por el gobierno, refrendado por sus propios testigos y por los fiscales que atendieron este caso, es un montaje burdo en el que desgraciadamente hubo gente que perdió la vida”.
De acuerdo con Marinkovic, Morales le tenía miedo a que esa oposición organizada llegara fuerte a una elección que podría alterar su proyecto “hegemónico de perpetuarse en el poder. Por eso es que Evo Morales organiza este montaje para perseguir a toda la oposición, porque temía que le ganara las elecciones de 2010”.
En las anteriores elecciones, Morales no había podido lograr los dos tercios, es decir, la mayoría absoluta, para dominar el Congreso. “Tal vez yo no le podría ganar unas presidenciales, pero sí podía aventajarlo con senadores y diputados de los departamentos”, explicó el dirigente gremial.
Finalmente, con una oposición diezmada, con sus más destacados dirigentes en el exilio, acusados por varios cargos de corrupción no sólo por los fiscales o jueces, sino por el mismo poder ejecutivo, Morales en ese año obtuvo la súper mayoría.
“El error es no tener un proyecto real de oposición”
El próximo 21 de febrero hay un nuevo referendo en Bolivia que aprobaría o rechazaría la posibilidad de que el presidente o vicepresidente se postule de nuevo a una elección.
De acuerdo con los bolivianos exiliados en Brasil, la oposición que existe en este momento no tiene “dientes”. Pero Branko Marinkovic va más lejos: “En lo que ha fallado la oposición en varios países de América Latina es en no tener un proyecto real y verdadero para la gente. El de autonomía era peligroso para Morales y enamoró al pueblo. Ese era nuestro proyecto y yo era su cara”.
Sin embargo, los departamentos no deciden sus presupuestos y sus congresos no tienen potestades. “Son apenas reuniones de amigos. La autonomía sólo llegó a la elección de gobernadores y alcaldes. Ahí murió”, explicó Marinkovic.
Le gustaría volver a su país. Seguir en su acción política y en su tarea de empresario. Dice que enfrentaría la justicia en el país si hubiera garantías. Pero sus mismos abogados defensores fueron acusados de terroristas y no cree en los juicios que hay en Bolivia, los considera irracionales, sin garantías mínimas de imparcialidad por parte de los jueces. “La injerencia del Gobierno en la justicia es tremenda. Con la mayoría absoluta que tiene en el Congreso, la han dominado”.
En Bolivia, según dicen los adversarios del Gobierno del Movimiento al Socialismo, (MAS), con el cual llegó Morales al poder, si el presidente acusa a alguien de ladrón, corrupto o vende patrias, ahí se acabó cualquier posibilidad de un proceso justo.
El exilio le ha servido a la familia de Marinkovic para ser más unida. “Un país democrático no tendría por qué generar refugiados [perseguidos políticos]”, afirmó este empresario que percibe el final de la era Morales muy pronto. Cree que en cuatro años las circunstancias cambiarán. “Habrá una crisis económica en Bolivia, a menos que se dé una recuperación milagrosa de las materias primas”.
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