CIUDAD DE PANAMÁ.- Panamá enfrenta una huelga general en la ciudad caribeña de Colón, 80 kilómetros al oeste de la capital, y la paralización indefinida de la industria de la construcción, a causa de protestas populares que ejercen una fuerte presión sobre el Gobierno del presidente Juan Carlos Varela.
Edgardo Voitier, dirigente del Comité de Lucha por la Salvación de Colón, dijo este jueves en una marcha convocada en Colón que “si no hay voluntad del Gobierno” para resolver problemas sociales, los habitantes de la ciudad se dirigirán hasta la Asamblea Nacional.
La protesta pacífica en Colón no alcanzó al transporte público, pero ha disminuido el flujo comercial en la Zona Libre en esa provincia, la mayor zona franca en Latinoamérica, y las operaciones portuarias, en medio del despliegue de fuerzas policiales.
Voitier acusó al Gobierno de “levantarse de una mesa de diálogo”, luego de una protesta realizada el 13 de marzo para denunciar la falta de vivienda, seguridad y empleo digno, y rechazar un plan de desarrollo urbano que concesiona al sector privado el casco antiguo de esa ciudad, en el que se excluye a los colonenses.
El ministro de la Presidencia, Álvaro Alemán, manifestó que el Gobierno tiene el compromiso de dialogar y resolver las diferencias con organizaciones sociales en Colón. Sin embargo, los huelguistas convocaron la protesta, a la que se adhirieron gremios docentes y sindicatos, y asociaciones de pequeños comerciantes.
Al respecto, el ministro de Seguridad Pública, Alexis Bethancourt, prometió que las fuerzas policiales no permitirán el cierre de calles, la quema de neumáticos por parte de manifestantes, saqueos o actos de vandalismo en Colón.
Una huelga en la industria de la construcción entró este jueves en su segundo día, que ha paralizado en un 100 por ciento los megaproyectos en todo el país, tras el fracaso de las negociaciones entre los trabajadores y el sector privado.
La industria de la construcción contribuye con un 17 por ciento del producto interno bruto (PIB) y es considerada un dinamizador de la economía de este país. Se estima que la huelga ha causado un retraso en la construcción de la segunda línea del metro de Panamá y pérdidas millonarias a grupos contratistas.
Saúl Méndez, dirigente del Sindicato Único de la Construcción y Similares (Suntracs), dijo que la huelga fue declarada en forma indefinida, porque los obreros no están dispuestos a recibir una “limosna” de dos centésimos de dólar por hora. “Demandamos justicia social de una industria con ganancias multimillonarias”, acotó.
La Cámara Panameña de la Construcción (Capac) mantiene una propuesta del 0,5 por ciento de ajuste salarial al año para los trabajadores de la construcción, y señala que los números respaldan esta oferta. Sin embargo, el Suntracs, al que están afiliados unos 90.000 trabajadores, califica de “ridícula” esa oferta, que ha estancado las negociaciones.
Suntracs solicitaba un ajuste salarial del 60 por ciento pagado sobre la base de un 15 por ciento anual en los próximos cuatro años, pero aceptó reducir su propuesta a un 52 por ciento a razón de un 13 por ciento por año, lo que aún no acepta la Capac, que prevé un incremento en el precio de nuevos apartamentos y casas construidas.
Además de la huelga iniciada en el sector de la construcción, el Gobierno enfrenta protestas de trabajadores en los hospitales públicos y de los capitanes de remolcadores en el Canal de Panamá, que exigen reivindicaciones, y el bloqueo de calles en comunidades con problemas de abastecimiento de agua.
FUENTE: dpa