La reanudación de las negociaciones se dará justo a los dos años de iniciado el proceso. Según el comunicado oficial, tras la cita en Caracas, el Gobierno y la guerrilla dijeron que examinaron de forma “franca y profunda” la importancia de la negociación para Colombia, los avances, así como las dificultades y perspectivas.
De allí el anuncio de retomar la visión común de paz que se sustenta en el Acuerdo de México firmado en marzo de 2023, que había sido suspendido el 19 de septiembre, por la delegación del Gobierno en la mesa de diálogo.
En ese momento, los representantes de Petro advirtieron que las conversaciones solo serían reanudadas "con una manifestación inequívoca de la voluntad de paz" del ELN.
Previamente, el 17 de septiembre, un camión cargado de explosivos artesanales fue detonado frente a un batallón del Ejército en el poblado de Puerto Jordán, en el departamento de Arauca, al noreste de Colombia.
Tras eso, el líder principal del ELN, Eliécer Chamorro Acosta, alias "Antonio García", reprochó al Gobierno de Colombia la suspensión del proceso: “Aún en medio de las operaciones militares pueden continuar los procesos de paz, eso han hecho en varios momentos diferentes gobiernos. Ahora no puede ser la excepción".
Mario Hernán López, profesor de la Universidad de Caldas en Manizales y quien trabaja en temas conflicto y paz, señala, en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, que la guerrilla del ELN ha tenido negociaciones, avances y diálogos de diferentes tipos con distintos gobiernos desde los años 70.
“Esta búsqueda histórica de diálogos con el ELN ha terminado de mala manera, ha sido un proceso infructuoso hasta ahora”, enfatiza.
López explica que el ELN tiene una estructura de negociación que da cuenta de un proceso acumulativo. “Más allá de tener un tipo de afán en negociar con un gobierno en particular, el ELN piensa en onda larga: son procesos de negociación que van avanzando gobierno a gobierno en el volumen de la agenda”, afirma.
Búsqueda de paz
Asimismo, López destaca la gran expectativa que se generó cuando el candidato Gustavo Petro, ahora presidente de la república, señaló que en el primer año de su gestión haría acuerdos de paz con el ELN, lo cual no se ha cumplido.
“Esa expectativa se ha visto afectada por varios factores. Uno de ellos, un hecho muy conocido, y es que el ELN es una guerrilla federalizada con altos niveles de autonomía en sus frentes de guerra, lo cual pone siempre en cuestión que los delegados del Gobierno nacional, efectivamente, estén negociando con personas que tengan el aval de todos los frentes de guerra y la autonomía necesaria para una negociación completa”, explica.
El Gobierno de Petro habló de una paz total y ha venido abriendo mesas de negociación con prácticamente todos los actores armados: con sectores del paramilitarismo, de las disidencias de la FARC y el ELN.
“A esto le ha apostado el Gobierno que también tiene que ver con la descentralización de muchas de estas organizaciones y que introduce una particular dificultad. No se trata de negociar como ocurrió hace unos años con la FARC, con una estructura jerárquica y centralizada”, expresa López.
Lecciones históricas
El internacionalista Luis Daniel Álvarez dice que deben apoyarse los esfuerzos por la paz en Colombia. “Pero, tiene que ser una paz bien estructurada. El ELN es un grupo mucho más pequeño que la FARC, en su momento. Sin embargo, al tener secuestrados, ejes de operación e incluso acción urbana, se torna igual de peligroso”, puntualiza a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Álvarez señala que debe tratarse, a partir de las lecciones aprendidas con el proceso de paz con la FARC, es que debe llegarse a una paz muy estable, duradera, factible.
Sin embargo, apunta, pareciera que al ELN no le interesa: “Boicotea el proceso, obliga a que se detenga. El asunto es hasta qué punto hay un verdadero compromiso en este caso de la guerrilla por alcanzar la paz”.
El internacionalista enfatiza que un aspecto a tomar en cuenta es que Petro ha abierto demasiados frentes, en medio de una condición interna muy delicada en la que hay controversias con los poderes públicos, diferencias sobre la metodología a seguir, un frente opositor que crece, a lo que se suma las contradicciones en su estructura de poder.
“Aunado a ello, la coyuntura de países como Venezuela y Cuba, que atraviesan fenómenos bastante marcados, creo que será complejo el proceso de acompañamiento”, asevera Álvarez.
Por su parte, López puntualiza que “algunos analistas señalan que Cuba y Venezuela tienen como cierta posición con respecto al ELN que balancea los diálogos”.
Añade que la paz de Colombia es un punto esencial para Venezuela, país con el que comparte una frontera extensa y dinámica de más de 2,700 kilómetros: “Lo que ocurre en ambos lados nos afecta e incide directamente”.
Esquema de negociación
En declaraciones para Colombia+20, Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación, sostuvo: “El Gobierno debe tener en cuenta que no está hablando con un ELN diferente o que, en términos que se entiendan, haya ido a terapia, que haya hecho una reflexión. Es exactamente el mismo que hace unos meses”.
En ese sentido, para Bonilla es importante que haya un cambio en el abordaje de la negociación. “Debe haber unas consecuencias y eso no necesariamente puede ser un castigo, sino un cambio en la forma en cómo se aborda este proceso”, argumentó.
Durante la reciente cita en Caracas, el ELN presentó un “nuevo modelo de negociación”. Aunque no se ofrecieron detalles, se habló de una “declaración de principios” en la que abogó por la democratización como propósito nacional.
El 10 de noviembre, en medio de situación de emergencia que afronta la población en el departamento del Chocó, la Delegación de Paz del Gobierno Nacional llamó al ELN a que, por razones humanitarias, suspenda el paro armado anunciado en esa zona, levante cualquier acción de confinamiento y de limitación a la libre movilización de la población, y, además, permita que la ayuda estatal llegue al territorio.
El 12 de noviembre, en entrevista con La W Radio, la defensora del Pueblo de Colombia, Iris Marín, dijo que el ELN tiene el deber de respetar a la población civil, por lo que deben permitir que organismos de socorro puedan ingresar para atender a los ciudadanos.
Posteriormente, el ELN anunció un corredor humanitario desde el 13 de noviembre para que puedan llegar las ayudas para los afectados por la ola invernal, pero mantiene, de forma indefinida, el paro armado en el Chocó.
Mario Hernán López indica que, dentro del proceso transicional tras los acuerdos de paz con las FARC, cuando se le pregunta a la gente, cuentan que hubo un cambio de brazaletes: los excombatientes de la FARC ahora combaten bien del lado del ELN o de los herederos del paramilitarismo.
@snederr
FUENTE: El Espectador / Infobae / W Radio