Especial
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Caracas. La gira internacional de Juan Guaidó como presidente (E) de Venezuela le permitió reunirse con el presidente de Colombia, Iván Duque; con el primer ministro británico, Boris Johnson; con el presidente francés Emmanuel Macron, con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y con la canciller alemana Angela Merkel.
Adicionalmente su presencia en el discurso del Estado de la Unión y las reuniones posteriores con la portavoz estadounidense de la Cámara, Nancy Pelosi, con el Secretario de Estado, Mike Pompeo; con el Secretario General de la OEA, Luis Almagro y con el presidente estadounidense Donald Trump, reafirmaron la relevancia del liderazgo de Guaidó y del apoyo internacional al desempeño de la oposición venezolana.
Félix Seijas, director de la firma de investigación de opinión pública Delphos, sostiene que “la gira se debe calificar como exitosa”. En su opinión, el periplo realizado por el también presidente del Parlamento, reafirma su liderazgo ante países aliados y por otra parte, “oxigenó el tema Venezuela en estos escenarios en el que alinear esfuerzos es fundamental”.
Sin embargo, advierte que el reto mayor se presenta una vez que Guaidó regresó a Venezuela. “Como líder del movimiento opositor, el reto es reactivar la expectativa de cambio, pero en su justa medida, en términos reales. Debemos entender como sociedad que enfrentamos un problema complejísimo, y que esto constituye una realidad en la que soluciones mágicas por un lado son poco factibles, y por otro, resultan inconvenientes” advierte Seijas.
Concentrarse para buscar elecciones libres
Eglée González-Lobato, directora de la Cátedra Libre Democracia y Elecciones y del Proyecto Entendimiento de la Universidad Central de Venezuela sostiene que la gira de Guiadó “culminó en Estados Unidos con la misma fuerza impactante con la que se inició en Colombia, pasando por Europa y Canadá. La inusual ovación [conjunta] de republicanos y demócratas en el Congreso, el recibimiento en la Casa Blanca por parte del Presidente Donald Trump y su advertencia de sancionar a las petroleras Repsol, Chevron y Reliance, en medio de una campaña electoral, sellan el compromiso internacional por la causa democrática venezolana”.
González-Lobato explica que “los encuentros con directivos de USAID y el Banco Interamericano de Desarrollo, recolocaron la importancia de la ayuda humanitaria en el mismo nivel que comporta actualmente el conflicto político, aun cuando el apoyo deba tramitarse por carriles paralelos”.
Para la Consejera de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y defensora de DDHH, “internacionalmente la gira logró relanzar a Guiadó como el líder de mayor reconocimiento de la oposición y un cambio en su discurso y narrativa le ganó que un mayor número de integrantes de la comunidad internacional ratificaran su apoyo a la sociedad venezolana y rechazaran los indignantes actos de fuerza contra el Parlamento que han negado de manera continuada el ejercicio pleno de la ciudadanía”.
Desde la perspectiva interna González-Lobato, la gira “reaviva la esperanza de quienes luchan por hacer posible que los venezolanos resuelvan sus conflictos por la vía política y pacífica, sin embargo, no se puede seguir confundiendo el deseo del retorno de la democracia con la negación de una realidad que se prolonga. Quizás es necesario para lograr la sostenibilidad del éxito de la gira, sumar a la valiente lucha de Juan Guaidó y al apoyo internacional, los esfuerzos del colectivo.
González-Lobato considera prioritario que “las distintas fuerzas políticas con vocación democrática deben concentrarse en el logro de acuerdos mínimos hasta alcanzar una real negociación con los factores oficialistas que decante en la celebración de elecciones libres”.
Cambiar la estrategia de 2019
Para Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis, el principal reto de Guaidó
Es “hacer algo distinto a lo que no funcionó en 2019: Poner sobre la mesa una fuerza real para defender los derechos o mostrar un poder de presión más amplio (incluyendo aliados chavistas) para provocar una negociación de cambio”.
A través de sus canales digitales León explica que es evidente que la gira internacional logró “éxitos evidentes, que enervan a sus enemigos (dentro y fuera): Relanza su protagonismo político (que había sufrido desgaste luego de una lucha ardua sin lograr el sueño de la mayoría de la población: el cambio de gobierno); fortalece la simbología de su liderazgo nacional, refrendado por los principales líderes mundiales; afianza sus alianzas internacionales y renueva las esperanzas de cambio en la población venezolana”.
Sin embargo León advierte que todos estos objetivos positivos “son también una obra de arte efímero, que se desvanece muy rápidamente, si Guaidó no trajo consigo algo distinto a lo que ya existía antes de salir. Algo que vaya mucho más allá de los discursos de respaldo internacional, que ya tenía; o el reconocimiento a su presidencia interina, que ya tenía; o la deslegitimación del gobierno de Maduro, que ya había ocurrido; o la agudización de sanciones generales, económicas y financieras que ya existían y cuyo fracaso es históricamente conocido y esperado”.
El director de Datanálisis sostiene que Guaidó y la oposición “tienen el reto de concretar su oferta de cambio, y éste no puede ocurrir haciendo lo mismo que ya se hizo todo un año, sin resultados. El éxito real no está en reanimar esperanzas, si éstas no se pueden concretar en resultados. La gran incertidumbre es si Guaidó trae bajo la manga una nueva fuerza que le permita movilizar a una población, que hasta ahora luce agotada o una alianza internacional distinta, que incluye a los aliados del chavismo, para presionar una negociación política real que nos conduzca al rescate de los derechos políticos y ciudadanos”.