LIMA.- dpa
Los tres están muy por debajo de la puntera, la derechista Keiko Fujimori, pero ésta sigue estancada en un 32,6 por ciento y los expertos dan por hecho que aunque ganará la primera vuelta no llegará al 50 por ciento que le evite una segunda
LIMA.- dpa
Los peruanos comenzaron este lunes febrero con la noticia de que el liberal Julio Guzmán dio un gran salto en la intención de voto y empezó a surgir como posibilidad real de triunfo a falta de 70 días para las elecciones presidenciales.
En los medios y las redes los comentarios giraban este lunes en torno a si Guzmán mantendrá el segundo lugar que le entregó una encuesta revelada la noche del domingo por la firma GfK, o se diluirá. La respuesta más frecuente es elusiva pero realista: "En la política peruana cualquier cosa puede pasar".
El sondeo indica que el líder del minúsculo partido Todos Por el Perú subió en el último mes, en comparación con la misma GfK, más de ocho puntos, para llegar a un 10,4 por ciento, lo que le da empate técnico con el populista de derecha César Acuña (10) y el también liberal Pedro Pablo Kuczynski (9,5).
Los tres están muy por debajo de la puntera, la derechista Keiko Fujimori, pero ésta sigue estancada en un 32,6 por ciento y los expertos dan por hecho que aunque ganará la primera vuelta no llegará al 50 por ciento que le evite una segunda.
Así, la expectación se centra en quién se quedará con la segunda plaza y cuál será su capacidad para aglutinar al ahora disperso antifujimorismo.
El expresidente Alan García, con un 6,5 por ciento, ve cada vez más difícil levantar vuelo, mientras que su colega Alejandro Toledo, con un 2,7 por ciento, parece destinado al rubro "otros".
El crecimiento de Guzmán podría compararse con lo que pasó en 1990, cuando el desconocido rector universitario Alberto Fujimori ganó la presidencia ante adversarios de prestigio, como el posterior Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.
Hasta hace unos meses, Guzmán, economista de 45 años, era un absoluto desconocido, cuya experiencia en el sector público se reducía al Viceministerio de Producción y a la Secretaría General de la Presidencia del Consejo de Ministros, cargos que desempeñó sin ruido ni brillo en el Gobierno de Ollanta Humala.
El postulante de la eterna sonrisa, al que, según el sondeo, no conoce aún la mitad de la población, abrió campo con un trabajo de hormiga por Internet. Muchos creyeron que se quedaría en ese mundo virtual, pero comenzó a trascenderlo, con los jóvenes de clase media como motores de la divulgación de sus propuestas.
Ya a mitad de enero, tres encuestadoras acercaban a Guzmán a los cinco puntos, pero después el candidato tuvo jornadas malas en la que incurrió en contradicciones y mostró fisuras de discurso. Muchos vaticinaron que se caía, pero se equivocaron.
Para el analista Luis Davelouis, dos cifras juegan a su favor: un 56 por ciento dice querer un rostro nuevo y un 44 por ciento admite que solo votará para evitar la multa, por lo que podría apostar por quien en este momento representa lo contestatario.
Además, mientras Guzmán tiene una línea de crecimiento, Acuña y Kuczynski van a la baja, y el empate técnico de ahora podría acabar en pocos días.
Acuña recibe todo tipo de acusaciones, que incluyen golpizas a la ex esposa, haber tenido un hijo con una adolescente, hacer malos manejos económicos como político y empresario y plagiar una tesis de doctorado. Kuczynski parece aletargado y sin reacción.
El experimentado y hábil García no halla espacio, aunque siempre se le recuerde como corredor de último tramo, y a Toledo ya se le ve cara de ex político.
Los otros 12 candidatos, encabezados por la izquierdista Verónika Mendoza y el conservador Renzo Reggiardo, siguen muy abajo. Hasta el socialdemócrata Alfredo Barnechea, de cuya amplia cultura se habla mucho, continúa al fondo, mientras el oficialista Daniel Urresti se hunde cada vez más.
Loa números y tendencias apuntan a una segunda vuelta entre una Fujimori, que a pesar de sus 40 años es vista como un ejemplo de liderazgos antiguos, -lo que se explica en que basa su fuerza en la herencia política del padre- y un desconocido que podría ser o un salto al vacío o una gran esperanza.
Los peruanos, que en medio de sus singulares procesos se han convertido en una especie de "sondeoadictos", quedaron ahora a la espera de las cifras de mediados de febrero. Quizás entonces se aclare el panorama. Aunque también podría enturbiarse más.
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