KINGSTON.- El huracán Melissa, que tocó tierra en Jamaica el martes, fue degradado a categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, que advirtió que la tormenta aún es muy "poderosa".
En Cuba, con dificultades para difundir información preventiva por la falta de electricidad, las autoridades apuran preparativos para recibir el martes los embates de Melissa
KINGSTON.- El huracán Melissa, que tocó tierra en Jamaica el martes, fue degradado a categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, que advirtió que la tormenta aún es muy "poderosa".
Melissa golpeó al país caribeño al mediodía como huracán de categoría 5 (la máxima) y ha perdido algo de intensidad desde entonces, aunque sus vientos alcanzan los 240 km/h.
"Melissa sigue siendo un poderoso huracán de categoría 4 sobre el noroeste de Jamaica", informó el NHC en su último boletín. "Esta es una situación extremadamente peligrosa y potencialmente mortal", apuntó la organización.
La isla lleva horas sufriendo crecidas y vientos extremos provocados por Melissa, uno de los huracanes más fuertes registrados en el Atlántico.
A pesar de acelerar un poco su desplazamiento, el huracán avanza lentamente, lo que aumenta el riesgo de inundaciones catastróficas y deslizamientos de tierra en Jamaica.
Su potencia supera la de algunos de los huracanes más devastadores de los últimos años, como Katrina, que arrasó la ciudad de Nueva Orleans en 2005.
Más temprano, las autoridades informaron de crecidas y vientos extremos antes de la llegada inminente del poderoso huracán Melissa; las autoridades pidieron por última vez a la población que case refugio.
El huracán de categoría máxima, uno de los más potentes jamás registrados en el Atlántico y el más fuerte en golpear Jamaica, ha ido ganando velocidad al acercarse al país.
"Última oportunidad para proteger su vida, dijo el centro estadounidense de huracanes (NHC) en su último boletín. "¡Esta es una situación extremadamente peligrosa y que pone en riesgo la vida! ¡Pónganse a cubierto ahora mismo!".
El NHC indicó que Melissa había alcanzado vientos máximos sostenidos de 295 km/h. Esa potencia supera la de algunos de los huracanes más devastadores de los últimos años, como Katrina, que arrasó la ciudad de Nueva Orleans en 2005.
Siete fallecidos —tres en Jamaica, tres en Haití y una en República Dominicana— ya se han atribuido al deterioro de las condiciones meteorológicas.
El primer ministro jamaicano, Andrew Holness, quiso ser honesto con la población sobre las consecuencias del huracán en las zonas más golpeadas. "No creo que haya infraestructura en esta región que pueda resistir un huracán de categoría 5", declaró el lunes.
"Para Jamaica será la tormenta del siglo hasta ahora", afirmó Anne-Claire Fontan, de la Organización Meteorológica Mundial.
El NHC situó Melissa a unos 80 kilómetros al sursureste de Negril, una ciudad del oeste de la isla, en su último informe.
Según el centro estadounidense, es probable que el huracán provoque inundaciones potencialmente mortales y numerosos deslizamientos de tierra, debido a marejadas ciclónicas y lluvias torrenciales.
Las autoridades se mostraron preocupadas porque muchos habitantes se negaban a acatar las órdenes de evacuación.
El ministro de gobierno local, Desmond McKenzie, informó el lunes por la noche que muchos de los cerca de 880 refugios de la isla seguían vacíos.
"Jamaica, este no es el momento de ser valientes", declaró McKenzie este martes. "Todavía hay una pequeña ventana de oportunidad (...) Veamos si podemos aprovecharla sabiamente", añadió.
"Manténganse a salvo, Jamaica", publicó en X el velocista olímpico Usain Bolt, una de las figuras más famosas del país.
Ishack Wilmot, que se refugió con su familia en Kingston, dijo a la AFP que por ahora estaban a salvo, pero que habían perdido el suministro de electricidad y agua durante la noche.
"Los vientos son fuertes y racheados", dijo. "Aunque estamos lejos del ojo, sigue siendo muy intenso y ruidoso".
Se prevé que Melissa alcance el extremo oriental de Cuba el martes por la noche, después de azotar Jamaica.
El Consejo de Defensa Nacional declaró la "fase de alarma" en las seis provincias del este (Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Camagüey, Granma y Las Tunas).
Las autoridades empezaron a evacuar a unas 650.000 personas en estas provincias, donde la población hace acopio de víveres y trata de asegurar con cuerdas los techos de sus hogares. Las clases y actividades laborales no esenciales fueron suspendidas.
En Jamaica, la Cruz Roja, que ha distribuido agua potable y kits de higiene ante posibles interrupciones en los servicios, señaló que la "lentitud" de Melissa aumentaba la ansiedad.
El huracán avanza a paso humano, lo que significa que hace temer una catástrofe en la isla tropical conocida por el turismo, Usain Bolt y el reggae.
"Uno esperaría que tal vez pase en cuatro horas, pero Melissa no parece ser así", dijo a la AFP una portavoz de la Cruz Roja, Esther Pinnock.
Se pronosticaba hasta un metro de lluvia, con inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra también previstos en Haití, República Dominicana y Cuba.
Los científicos afirman que el cambio climático causado por el ser humano ha intensificado las grandes tormentas, aumentando su frecuencia.
El meteorólogo Kerry Emanuel explicó que el calentamiento global está provocando que más tormentas se intensifiquen rápidamente, como ocurrió con Melissa, lo que eleva el riesgo de lluvias extremas.
"El agua mata a mucha más gente que el viento", dijo a la AFP.
El último gran huracán que afectó a Jamaica fue Beryl, en julio de 2024, una tormenta anormalmente fuerte para esa época del año.
"El cambio climático provocado por el ser humano está empeorando todos los aspectos más graves del huracán Melissa", señaló el científico climático Daniel Gilford.
Mientras Jamaica aguanta la respiración, varias entidades trabajan contra reloj en el sur de Florida para preparar ayuda destinada a los habitantes de la isla caribeña.
La oenegé Global Empowerment Mission (GEM), especializada en asistencia humanitaria durante catástrofes, es una de las mayores impulsoras de ese esfuerzo.
Desde su sede de Doral, cerca de Miami, recibe, empaqueta y prepara el envío por avión de alimentos, agua y artículos de primera necesidad: en total unas 22 toneladas de suministros con destino a Kingston.
"Tenemos un equipo operativo en Jamaica. Ellos se quedarán allí durante el paso del huracán y, tan pronto como pase, saldrán a recorrer la zona para evaluar los daños y coordinar las labores de control y reparación necesarias", dijo Santiago Neira, responsable de proyectos comunitarios de GEM, creada tras el terremoto de Haití en 2010.
Melissa es la decimotercera tormenta con nombre —es decir, que tiene seguimiento— de la temporada de huracanes del Atlántico, que se extiende desde principios de junio hasta finales de noviembre.
FUENTE: Con información de AFP
