jueves 1  de  junio 2023
POLÍTICA

"Nicaragua es como Cuba", dice el escritor Sergio Ramírez

El autor nicaragüense ha vuelto a poner la crisis política y de derechos humanos que sufre Nicaragua en el foco internacional

MADRID.- El escritor Sergio Ramírez ha vuelto a poner la crisis política y de derechos humanos que sufre Nicaragua en el foco internacional, con la presentación de su última novela, 'Tongolele no sabía bailar' (Alfaguara), en la que habla sobre la respuesta represiva del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y por lo cual, la Fiscalía nicaragüense dictó una orden de detención en su contra.

"Cuando yo comencé la promoción de mi novela. El contenido hizo que las preguntas fueran muy políticas. Concedí una entrevista en México, que seguramente no cayera bien, y cuyas declaraciones fueron recogidas por medios de Nicaragua. Después me enteré de que la novela estaba retenida, y que le habían pedido a la editorial un resumen de la novela. Algo que está fuera de toda lógica. La editorial dijo entonces que esperásemos, pero yo sabía que se trataba de censura política, no la van a dejar. Entre que no la dejaron entrar y la orden de detención contra mí, no hubo mucho tiempo", sostiene Ramirez, según reseña ABC de España.

El también exvicepresidente que gobernó con Ortega durante la primera dictadura sandinista (1979-1990) -primero como miembro de la Junta de Reconstrucción Nacional, y posteriormente como vicemandatario-, hace tres meses que se exilió por segunda vez en Costa Rica (la primera fue para huir de la dictadura de Somoza), ya que, su escrito detalla algunos de los episodios más dramáticos durante las protestas de 2018 contra Ortega, y las luchas de poder en el interior de la maquinaria represiva.

Ramírez tomó distancia de Ortega en 1995, cinco años después de la derrota electoral en 1990, y fundó la agrupación política Movimiento Renovador Sandinista (MRS), que cambió de nombre recientemente a "Unamos". Se separó de la política partidaria en 1998.

"Yo estaba seguro de que Ortega jamás va a conceder una derrota electoral otra vez en su vida. Ya tuvo suficiente con haber concedido la derrota ante Violeta Chamorro, en 1990. Y menos se la va a conceder a una hija (Cristiana Chamorro). Eso hubiera sido una doble humillación para él. Una campaña electoral en Nicaragua, donde la gente sale a la calle a manifestarse, eso se hubiera transformado rápidamente en otro ‘abril de 2018’. Y él no estaba dispuesto a tolerar nada de eso", señala.

En ese sentido, Ramírez considera que Nicaragua es otra Cuba, donde el régimen de Ortega logró imponer un partido político único, que va a elecciones acompañado por formaciones fabricadas por ellos mismos, a quienes le concede algunos puestos de poder dentro de las instituciones del Estado.

"En la lógica del poder está no volver a conceder una derrota electoral. Que el poder es eterno. Jamás van a bajarse de él. Eso crea incertidumbre en el país. Incluso cuando estaban los candidatos presos, todavía había gente que decía que había que ir a las elecciones de cualquier modo, porque los espacios que no se llenan, en política se pierden", precisa el autor.

"Él (Ortega) va a conceder 15 o 20 diputados a sus más fieles, a los que le hacen el juego. Pero perder la posibilidad de tener la absoluta mayoría en la Asamblea Nacional, perder el control del Ejército, el de la Policía, el control de los jueces, de la Corte Suprema, del Tribunal de Elecciones... Eso nunca. Eso es Cuba, con otro disfraz. Porque Cuba no es más que el Partido Comunista, y aquí (en Nicaragua), bien o mal, hay una serie de partiditos de mentira, pero el momento del partido único ya llegó", agrega.

FUENTE: Con información de ABC de España

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