Mientras la dictadura de La Habana mantiene al país sumido en una severa crisis que además de la economía impacta la salud de la población, y atribuye las carencias del país al embargo impuesto por EEUU, recientes revelaciones exponen una realidad de lujos para sus principales voceros y allegados fuera de la isla.
El diario panameño La Prensa documentó los viajes a ese país de Raúl Guillermo Rodríguez Castro, alias “El Cangrejo”, nieto y exjefe de la escolta de Raúl Castro. Los registros detallan que ha realizado frecuentes visitas a Panamá, utilizando jets privados para adquisiciones de alto valor, mientras la población cubana enfrenta severas dificultades.
Los reportes indican que, desde mayo de 2024, Rodríguez Castro voló a Panamá al menos trece veces, utilizando aeronaves como el Learjet YV-3440 (accidentado en Venezuela en septiembre). Sus acompañantes incluían a la general de brigada Ania Guillermina Lastres Morera, a quien se le atribuye el liderazgo de GAESA, un conglomerado militar identificado como los verdaderos controladores del poder económico en Cuba, a quienes recientes revelaciones de prensa le atribuyen una fortuna superior a los 18.000 millones de dólares.
Según la investigación del diario panameño La Prensa, en los viajes del nieto de Raúl Castro a Panamá también se le ha visto acompañado del empresario panameño Ramón Carretero Napolitano, relacionado con Nicolás Maduro, lo cual sugiere una red de contactos que facilitan estos movimientos.
Fuentes de inteligencia citadas por el medio confirman que el objetivo de sus visitas a Chiriquí y Coclé en Panamá ha sido la compra de bienes valiosos y propiedades. Estos movimientos financieros en el extranjero se dan a la vez que el régimen responsabiliza a causas externos de la miseria que padece la población cubana.
La impunidad asociada a esta élite se extiende a las víctimas que han padecido el impacto de sus desmanes. Por ejemplo, el caso de Yudelky Peña, una madre cubana que fue atropellada por Rodríguez Castro en abril de 2022, es un ejemplo. Hoy, la mujer sobrevive con una discapacidad, mientras que la Seguridad del Estado la acosa para que elimine sus denuncias, buscando proteger el apellido de la familia Castro.
Las actividades de la élite, con sus viajes en jets y gastos millonarios, contrastan con la realidad diaria de una población a la que se le exige más sacrificios y a la par sucumbe ante crisis epidémicas, falta de alimentación y carencias de todo tipo.
FUENTE: Con información de La Prensa