jueves 28  de  marzo 2024
ENTREVISTA

"Petro responde a una agenda global con un 'nuevo capitalismo'"

El analista político Omar Bula-Escobar advierte que el presidente electo de los colombianos es afín a grupos como el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla
Por DANIEL CASTROPÉ

MIAMI.- El nuevo presidente de los colombianos a partir del 7 de agosto será Gustavo Petro, cuya escogencia en las urnas continúa siendo objeto de un minucioso escrutinio por analistas y observadores del panorama político, no solo dentro de ese país, sino en el contexto regional y mundial.

Omar Bula-Escobar, un connotado comentarista político colombiano, resalta en Petro su cercanía con las tendencias que están representadas en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, con figuras como Diosdado Cabello, segundo del régimen venezolano, y enmarca al electo jefe de Estado de Colombia en una agenda global impulsada por el Foro Económico Mundial.

Bula-Escobar no duda en creer que el presidente Joe Biden es “pro-Petro” por las políticas en materia ambiental que ambos defienden, al tiempo que considera que Colombia vive un ambiente de calma “antes de la tormenta” que podría desatarse si “las cosas comienzan a cambiar” con el presidente electo, como ocurrió en Venezuela con Hugo Chávez, antes de que diera un giro y radicalizara el proceso político.

-¿Cuál es su lectura sobre lo que será el gobierno de Gustavo Petro?

Es una situación bastante compleja la de Petro, sobre todo porque este responde primero que todo a una agenda que ya conocemos en América Latina, con la gente del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, que es una agenda pública no accesible para todo el mundo. El problema no es que sea de izquierda. El problema es que hay unos vínculos muy grandes en estos foros con las fuerzas del crimen transnacional organizado y el narcotráfico. Tenemos, por ejemplo, al propio Diosdado Cabello de Venezuela, que se sienta en el Foro de Sao Paulo. También grupos al margen de la ley como el ELN (Ejército de Liberación Nacional) o las disidencias de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que esperaban la victoria de Gustavo Petro, lo que mantiene intranquilos a millones de colombianos. Esto comenzó hace varios años a través del proceso de paz en el 2016, cuando hubo un plebiscito al respecto y a pesar de que había ganado una negativa de los colombianos para que se implementará, se continúa ejecutando hasta la fecha. Y esta tendencia de ignorar la presencia del crimen organizado a nombre de ciertas ideologías, pues incomoda a muchos. Por otro lado, Petro está respondiendo también, como diferentes líderes del mundo, a una agenda más amplia a nivel internacional. Su prioridad es la de una Colombia verde, lo cual no se cuestiona en lo que respecta a su esencia, pero sí en términos de que sea una prioridad más grande que la droga, que sigue siendo un enorme problema en Colombia, cuando se dice inclusive que puede igualar los ingresos del petróleo y el carbón juntos. Esa prioridad del cambio climático viene sobre todo desde afuera y tiene que ver con un proceso global de implementación de agendas verdes, como lo que está pasando en Estados Unidos. En síntesis, Petro tendrá que responder a una agenda global que implica toda una serie de políticas económicas dentro de un supuesto ‘nuevo capitalismo’. Pero también a algunos grupos financieros de Colombia, entonces veremos irónicamente a un gobierno de izquierda respondiéndole al capital.

-La noche del triunfo escuchamos a Petro con un discurso moderado que dista de los planteamientos más polémicos de sus primeras campañas presidenciales. ¿Estaríamos frente a una nueva forma de ver la solución a los problemas del país?

Hay mucho eufemismo, mucha politiquería. Petro, aunque no se puede comparar del todo, nos recuerda los primeros años de Hugo Chávez cuando no creó un temblor de tierra. De alguna manera, ellos tienen que gobernar con las fuerzas que están vigentes hasta cierto momento y es con el tiempo que las cosas cambian, como en el caso de Chile ahora con la constituyente. Estamos en un periodo de calma antes de la tormenta. No se puede negar que Petro es una criatura de la Guerra Fría, con ese paradigma de que Estados Unidos es el imperio opresor, y ahora tiene que trabajar con otros en medio de ese ‘nuevo capitalismo’ que es una especie de socialismo pragmático, algo que es más cuestión de etiquetas, con el cual trata de calmar los mercados. Colombia, como cualquier otro país, no puede vivir sin dinero y ahora Petro habla de la implementación gradual de una política de energía más verde cuando salimos de un periodo económico muy duro, como todos los países del mundo. Su discurso es acomodaticio en un comienzo, después vendrá la tormenta. Tendremos una reforma tributaria cuyo valor es tres veces más grande que el de la reforma tributaria que sacó gente a las calles hace un año. Veremos si hay protestas. Si no las hay, queda claro que quienes organizaban las protestas eran ellos.

-El presidente Joe Biden impulsa una serie de programas ecológicos que lo han llevado a tomar medidas controvertidas frente a la exploración de petróleo. ¿Cómo analiza la futura relación entre el mandatario estadounidense y Gustavo Petro?

La discusión que tuvo Petro primero con [Antony] Blinken [secretario de Estado] y después con Biden priorizaba esa agenda de cambio climático y sorprendentemente no priorizó la droga y su tráfico. Ahora lo que viene casi seguramente es el debate sobre la legalización de las drogas. Hoy tenemos un gobierno en Estados Unidos mucho más afable con todos estos actores. Fue el gobierno de Barack Obama y ahora el de Joe Biden los que se acercaron a Cuba; ahora están inclusive reanudando vínculos con Venezuela, que sea por petróleo o por establecer una presencia estratégica para contrarrestar la presencia rusa en la región. El hecho es que el terreno está libre en términos de un ambiente que le permita a Gustavo Petro implementar sus políticas propias y sus políticas que complazcan a Estados Unidos, que lleva la bandera verde. Yo no veo oposición porque el presidente Biden se ha mostrado pro-Petro, con tanta afinidad en términos de la agenda política global. Yo no veo que la relación deba ser necesariamente negativa y ahí de alguna manera se anula de manera automática ese paradigma del pasado de que el imperio nos está oprimiendo, si el propio imperio se acerca a Cuba y Venezuela.

-¿Se puede ver a Petro como un aliado de Biden dentro de ese espectro que usted menciona de la corriente del globalismo?

Es claro que hay una corriente que trasciende el espectro de la izquierda y es la corriente del globalismo. Eso no lo puede negar nadie. Es un proyecto que está en proceso, que está siendo implementado de manera franca en la Unión Europea, y sin duda en los Estados Unidos, que no solo tiene que ver con cambio climático, sino también con fronteras abiertas. Se firmó un pacto de migración global hace unos dos años y ahora vemos los resultados en la frontera sur de Estados Unidos, la migración de los venezolanos, la migración de los sirios hacia Europa, de África hacia el Asia, en el Mediterráneo. Estos temas se están dando a nivel global y mientras que los gobernantes estén alineados con esa agenda, no creo que tendrán mucho problema en términos de afinidades. Ahí vemos las excepciones, las de los gobiernos que no se han querido adherir a esta agenda, tanto en Europa del Este, sobre todo el caso de Hungría y Polonia, entre otros casos. Yo creo que desde el punto de vista del gobierno que hay actualmente en Estados Unidos, que les responde tanto a las políticas que vienen del Foro Económico Mundial, de los grandes fondos de inversión, creo que tienen hoy en Petro el personaje que desean en el poder en Colombia.

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@danielcastrope

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