LA HABANA.- Representantes de iglesias cristianas de Estados Unidos instaron en La Habana al Gobierno de Donald Trump a restablecer el diálogo con las autoridades cubanas para normalizar las relaciones bilaterales.
LA HABANA.- Representantes de iglesias cristianas de Estados Unidos instaron en La Habana al Gobierno de Donald Trump a restablecer el diálogo con las autoridades cubanas para normalizar las relaciones bilaterales.
"Nunca nos hemos alejado de esa posición y continuaremos firmes hasta que las relaciones sean normalizadas", afirmó a la prensa en la sede de la cancillería Jim Winkler, presidente del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo de los Estados Unidos.
Winkler pidió a los Gobiernos de ambos países que regresen a la política del diálogo que protagonizaron en 2014 los entonces presidentes Barack Obama y Raúl Castro.
Los religiosos estadounidenses fueron recibidos este sábado por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, tras finalizar una visita a la isla en la que firmaron una declaración abogando por el fin del embargo estadounidense a Cuba impuesto por Washington en la década de 1960.
"Va más allá de asuntos políticos, es la vida de seres humanos", afirmó el obispo Darin Moore, quien destacó que las sanciones perjudican a las familias cubanas.
El Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos (NCC, por sus siglas en inglés) asegura que agrupa a unas 100.000 congregaciones con unos 40 millones de seguidores de tradición cristiana y protestante.
Jim Winkler señaló que en Estados Unidos se reunirá con miembros del Congreso y representantes de movimientos sociales para promover el regreso a las políticas de deshielo hacia Cuba aplicadas por Obama y que significaron la reapertura de las embajadas en ambas capitales y que ahora se encuentran a un bajo nivel.
La llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca significó la vuelta del duro discurso anticastrista hacia las autoridades cubanas, que se reforzó con la retirada de gran parte del personal diplomático estadounidense de la embajada en La Habana por unos supuestos ataques que les provocaron problemas de salud.
Washington no acusa a La Habana de los presuntos ataques pero sí responsabiliza a su Gobierno de no proteger a los diplomáticos estadounidenses como le obliga la Convención de Viena.
FUENTE: dpa