domingo 26  de  octubre 2025
BOLIVIA

Rodrigo Paz, al frente de un gobierno que nace con "marcapasos" y sin recursos

El centrista asumirá el 8 de noviembre las riendas de un país con grandes desafíos económicos, institucionales e ideológicos junto a un vicepresidente que podría resultar un “caballo de troya”

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

LAZ PAZ.- La victoria del centrista Rodrigo Paz en el histórico balotaje del 19 de octubre marca el inicio de una nueva etapa política en Bolivia, con un gobierno que parece haber nacido con “marcapasos” ante una “transición incierta”, marcada por el desgaste económico e institucional, la persistencia del masismo y la creciente influencia de la policía, que ahora cuenta con su propio vicepresidente: el capitán Edman Lara.

Paz, quien sorpresivamente se coló en la segunda vuelta, se impuso al expresidente conservador, Jorge “Tuto” Quiroga, con 54,6% de los votos, para asumir las riendas de un país que, lejos de lo que afirman los grandes titulares internacionales, aún no ha cerrado el ciclo del Movimiento al Socialismo (MAS).

“Yo no creo que la política haya movido su aguja 90°, mucho menos 180°. Y, en todo caso, si ha girado, habrá sido un giro de 360°, porque yo veo la política en Bolivia exactamente donde empezó”, sostiene el analista y consultor político Erick Fajardo en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.

A su juicio, aun con el triunfo de Paz, la nación andina continúa inmersa en un sistema político que “no ha sido capaz de reinventarse”, tras dos décadas de hegemonía del partido del líder cocalero, Evo Morales, quien mantiene su influencia política y sigue en libertad pese a la orden de aprehensión emitida en diciembre de 2024 por los delitos de trata de personas y abuso sexual.

“Latinoamérica tiene una larga historia de hegemonía de izquierda. Si usted se fija en Chile o Argentina, la izquierda tiene una profunda raigambre, y gran parte de la red de instituciones democráticas hoy día tienen base en pensamiento de izquierda”, señala.

Del “outsider” al debate étnico

Para Fajardo, la recién electa presidencia de Paz obedece más a un fenómeno electoral coyuntural que a una transformación estructural, en el que su candidatura fue vista como la del “outsider” que el voto emergente estaba buscando, según anticiparon los sondeos de opinión desde hace un año.

Esto explicaría por qué fracasaron candidaturas como la del exalcalde Manfred Reyes Villa, en la primera vuelta, y finalmente la de Quiroga en el balotaje. “Su cultura política, sus hábitos y su retórica estaban demasiado enraizados en lo tradicional (...) Quien de todos ellos tenía menos experiencia, pero más encajaba en el patrón del outsider, fue precisamente quien terminó imponiéndose”, indica.

A Quiroga le pesó, además, los desafortunados comentarios racistas que habría hecho su dupla, el joven empresario y político boliviano Juan Pablo Velasco, hace 15 años, que reorientó el debate de la segunda vuelta al “tema de la raza y la etnicidad”. “Ese ha sido un punto de quiebre (...) El balotaje se convirtió en un escenario de reconocimiento identitario. Ha votado la gente en Bolivia por quienes se sienten de un lado o de otro del país, y se han olvidado de la cuestión económica que fue la línea directora en la primera vuelta”, explica.

Un error que le pesará al estratega ecuatoriano Jaime Durán Barba, asesor de la campaña de Quiroga. “Había un animal de la consultoría política enorme, Jaime Durán Barba. La gran pregunta es cómo se le escapó no haber encontrado esos tuits de JP Velasco, que fueron la razón para que girara la segunda vuelta hacia el tema del reconocimiento identitario”, menciona.

Un gobierno con “marcapasos”

El analista vaticina el nacimiento de un gobierno con profundas debilidades, más parecido a un gobierno de transición de corta duración. “Acaba de nacer un gobierno muy débil, es un gobierno con marcapasos (...) Todo el mundo que hace análisis político en Bolivia coincide en que este gobierno difícilmente dura dieciocho meses”, precisa.

Las causas de esta debilidad serían estructurales: “La economía está exhausta. El MAS liquidó en una década y media las reservas del Banco Central, metió mano a los fondos de jubilación y prácticamente consumió toda fuente de financiamiento público. Acaban de decir que lo único que queda en el Tesoro son 100 millones, lo cual no te permite funcionar ni dos meses”.

A ello se suma un entorno internacional adverso: “El cambio de doctrina económica en los Estados Unidos y el reposicionamiento de la doctrina Trump, de los aranceles recíprocos, ha forzado a un cambio de eje en Latinoamérica”.

“Hay un encandilamiento bastante ingenuo de la prensa, sobre todo la americana y europea, de pretender que aquí cambió algo radicalmente (...) Una elección no arregla la economía ni disuelve la estructura de poder del masismo. Paz no está trayendo una maleta con dólares. El 9 de noviembre (un día después de su asunción), cuando entre a la oficina, va a ser claro que no hay dólares en el país y que todavía no hay gasolina, y que sus desafíos siguen siendo los mismos”, señala, al agregar “la gran capacidad de movilizar e inviabilizar gobiernos” que mantiene Morales.

Paz, además, tendrá que lidiar con un “caballo de troya”: su vicepresidente. “La izquierda sigue dentro del gobierno, porque si usted le pide definirse al vicepresidente Edman Lara, se va a sorprender de cuál es su autodefinición. Mínimamente le va a decir progresista, sino socialdemócrata”, indica.

Lara, a quien considera una versión joven y moderna de Hugo Chávez, representa un riesgo también por su relación con la policía boliviana, que desde los años 50 —cuando participó en la Revolución Nacional de 1952— tiene “una influencia directa en el poder político del país” y que, durante los gobiernos del MAS (Morales y Luis Arce), “tejió conexiones con redes criminales internacionales”.

“La policía boliviana ha construido, con el MAS, un networking con los cárteles increíble. Ha dado cinco narcogenerales, cinco exzares antidrogas encontrados en conspiración para traficar cocaína”, rememora, al mencionar, por ejemplo, al general René Sanabria, condenado por conspirar para introducir dos toneladas de cocaína en territorio estadounidense; al coronel Fabricio Ormachea, detenido en Miami por soborno; y a Maximiliano Dávila, exjefe antidrogas de Morales, que fue extraditado a EEUU en diciembre de 2024 por narcotráfico.

“Hoy, por primera vez en su historia, la policía boliviana tiene un vicepresidente. Eso quiere decir que ya no necesitan de políticos, ya no va a haber un ministro de gobierno que esté encima de ellos. Por primera vez tiene influencia política propia”, resalta, al advertir que esa inédita combinación de poder institucional y vínculos con estructuras criminales “convierte a Edman Lara en un potencial jefe de un nuevo Cártel de los Soles”.

EEUU, un dilema

En este escenario, Paz se enfrenta a un dilema geopolítico de alto riesgo: acercarse a EEUU para garantizar la estabilidad económica de Bolivia o mantener distancia para evitar una reacción violenta de los movimientos sociales y sindicatos dominados por la izquierda radical.

“Aunque la viabilidad económica del país dependa de acercarse a EEUU (gracias a su influencia ante el Banco Mundial), la presión centrípeta de las organizaciones campesinas y sindicales va a criminalizar cualquier intento de Paz de hacerlo”, advierte.

Asegura que Morales, puede aprovechar la aproximación a EEUU y al Banco Mundial para movilizar, como ha ocurrido con la izquierda en Perú y Ecuador: “En el momento en que usted le diga eso a la opinión pública, el MAS va a empezar a presionar y a desestabilizar, como lo hizo en 2003 cuando cayó Gonzalo Sánchez de Lozada”.

Paz tendrá que decidir “en qué parte del mundo quiere estar”. “Ya no existe el concepto de países no alineados (...) La única solución sería que Rodrigo Paz tome una posición clara por los EEUU (...) Dependiendo de esa decisión, tendrá gobernabilidad, media gobernabilidad o ninguna”, asegura.

El desenlace, sostiene Fajardo, dependerá de la claridad con la que el nuevo mandatario trace su rumbo político. “¿Hacia dónde decanta esta transición? Eso depende de qué lado decida estar Rodrigo Paz en un mundo polarizado. Si se reasimila al bloque de democracias occidentales que conduce EEUU, podría tener el apoyo financiero necesario. Si no lo hace, su gobierno nacerá condenado a la inestabilidad”, enfatiza.

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@ebritop22

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