viernes 19  de  diciembre 2025
RECONOCIMIENTO

Rosa María Payá destaca el Nobel a María Corina Machado como emblema de esperanza democrática

La activista cubana afirma que este reconocimiento a María Corina Machado se proyecta como un llamado global contra el autoritarismo

Por María Graterol

MIAMI - La cubana Rosa María describió lo que significó para ella estar presente en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a la líder venezolana María Corina Machado.

El galardón fue entregado en Oslo, lo recibió Ana Corina Sosa Machado, hija de la condecorada que debió transitar un largo y arriesgado periplo para llegar a Noruega. El acto trascendió lo protocolar para convertirse en un símbolo de unidad de las luchas democráticas de América Latina.

Entre las invitadas de honor estuvo la activista Rosa María Payá, una de las voces más influyentes en la defensa de la libertad y los derechos humanos en Cuba.

En entrevista con Diario Las Américas, Payá aseguró que su presencia en Oslo trascendió lo personal y adquirió un profundo significado histórico.

“Estar en Oslo era una responsabilidad histórica: la de acompañar al pueblo venezolano que no se rinde y a su líder indiscutible, María Corina Machado. Fue un honor aceptar su invitación y llevar conmigo las aspiraciones de libertad de millones de cubanos”, afirmó.

Rosa María Payá, quien ha dedicado más de una década a impulsar un cambio político real en Cuba mediante un proceso de transición democrática, se ha convertido en un referente para los exiliados cubanos y para defensores de la libertad en América Latina y Europa.

Su presencia en Oslo demostró la unidad entre las causas que comparten un mismo objetivo: el fin de las dictaduras en la región.

Un mensaje que cruzó fronteras

La imagen de líderes democráticos latinoamericanos reunidos en torno a la entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado tuvo un fuerte impacto a nivel internacional. Para Payá, el mensaje fue inequívoco. “Estamos unidos por la libertad. Así como el régimen cubano provocó el colapso de la democracia en Venezuela y los dictadores se protegen mutuamente, los que luchamos por la democracia estamos unidos y coordinados. La causa de la libertad en Venezuela y en Cuba es la misma”, sostuvo.

La activista cubana destacó que este reconocimiento trasciende lo nacional y se proyecta como un llamado global contra el autoritarismo. “El triunfo de la democracia llegará muy pronto a Venezuela. Ese es un mensaje que trasciende fronteras. Este reconocimiento es para millones que no se rinden y allí estaré, acompañándolos, y llevando conmigo a todos los cubanos que soñamos con la libertad”, añadió Payá, quien también es comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El Nobel y la lucha por Cuba

Consultada sobre cómo dialoga este Premio Nobel de la Paz con la lucha que impulsa desde Cuba Decide, Payá fue enfática al establecer un paralelismo entre ambas causas. “Lo que defendemos en Cuba Decide es lo mismo que defendió María Corina: el derecho de los venezolanos a decidir su destino, la soberanía del pueblo frente a la tiranía”, explicó.

Para la directora de Cuba Decide, el galardón reconoce no solo a una líder, sino a una gesta colectiva. “Este Nobel reconoce ese derecho y la epopeya protagonizada por los venezolanos. Es importante porque la realidad es que nuestros pueblos necesitan del apoyo de la comunidad internacional para forzar a los criminales en el poder a someterse a la voluntad soberana de la ciudadanía y dar paso al cambio”, afirmó.

Una estrategia para ganar la libertad

El activismo de Rosa María Payá se ha caracterizado por una estrategia integral que combina diplomacia internacional, presión ciudadana y documentación sistemática de violaciones de derechos humanos. Al ser consultada sobre este enfoque, fue clara: “El objetivo de nuestra estrategia no es sostener la causa, es ganarla”.

Y explicó, existen tres elementos indispensables para lograr la libertad: “Movilización ciudadana con una demanda clara de cambio, protección real para quienes asumen el mayor riesgo y una acción internacional efectiva que aún no llega a los niveles óptimos”. Cuando estos factores actúan de forma conjunta, “al régimen no le queda otra opción que ceder ante la alternativa que el pueblo reclama”.

Venezuela y Cuba: una misma batalla

Desde su experiencia, Payá identificó similitudes profundas entre los desafíos que enfrentan hoy Venezuela y Cuba. “No estaríamos hablando de liberar a Venezuela sin la injerencia del régimen cubano, que colocó a Chávez y sostiene a Maduro, controla la contrainteligencia militar e interfiere en todas las instituciones”, afirmó. También denunció la coordinación de La Habana con grupos terroristas que operan en territorio venezolano, como el ELN (Ejército de Liberación colombiano).

Para la activista, la democracia en Venezuela no estará segura mientras no se enfrente y derrote “a la cabeza del pulpo que opera desde La Habana”. En ambos países, recalcó, “la salida de la crisis es la salida de la dictadura”, y la fuerza decisiva reside en una ciudadanía que ha perdido el miedo y merece ser acompañada por presión internacional real.

El rol del exilio y la hoja de ruta democrática

Rosa María Payá se ha consolidado como una referencia para la diáspora cubana y para defensores de la libertad en distintos continentes. En ese contexto, destacó el rol del exilio en la construcción de alternativas democráticas. “Los cubanos en la Isla y en el exilio somos una sola nación y actuamos como tal en la lucha por la libertad”, afirmó.

Desde el exterior, explicó, se han coordinado esfuerzos no solo para apoyar la lucha pacífica interna, sino también para construir una alternativa concreta. “Estamos listos para ofrecer una hoja de ruta y un plan de transición alrededor del cual unirnos. Esa propuesta, junto a la movilización cívica y la presión internacional, es decisiva para lograr el cambio: tenemos un plan y vamos a ejecutarlo”, aseguró.

El valor del reconocimiento internacional

En un escenario internacional complejo, donde los derechos humanos suelen quedar relegados frente a intereses geopolíticos, Payá destacó la importancia de que el Comité del Nobel haya reconocido la causa encabezada por María Corina Machado. “Es muy importante que desde Noruega se reconozca que detrás de Maduro está el régimen cubano y otros actores autoritarios como Rusia e Irán, y que la libertad no se gana apaciguando a los dictadores”, sostuvo.

Valoró especialmente el discurso del presidente del Comité Nobel, Jørgen, al considerar que marcó “un cambio cualitativo” al nombrar con claridad responsabilidades que durante años fueron evitadas. “Ojalá Europa alinee sus acciones con esas palabras y convierta este reconocimiento en presión real y efectiva”, agregó.

Una esperanza que no se apaga

Desde Cuba Decide, Payá adelantó que este reconocimiento reforzará la coordinación internacional. “María Corina es el coraje y la esperanza vestidos de mujer, merece inmensamente este reconocimiento que refuerza nuestra convicción de que las luchas por la libertad en la región están conectadas y se fortalecen entre sí”, afirmó. En su visión, “la caída de una dictadura acelera el fin de las demás”.

Finalmente, envió un mensaje a los ciudadanos latinoamericanos que hoy sienten frustración o desgaste frente a procesos largos. “Nadie dijo que sería fácil, pero nuestra única opción es luchar. Las dictaduras parecen eternas hasta el día en que caen. La noche no será eterna”.

FUENTE: REDACCIÓN DLA

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