jueves 2  de  enero 2025
VENEZUELA

Seis meses para la asunción del nuevo presidente obligaría a una negociación para la transición

Después de que se celebren comicios y el presidente electo tome posesión, transcurriría un tiempo de espera en el que el papel de las instituciones serán claves para la transición

Por Estefani Brito

CARACAS.- Una victoria casi previsible para la oposición venezolana frente a un régimen autoritario pone a Venezuela este domingo, 28 de julio, ante dos escenarios llenos de incertidumbre: La aceptación del triunfo opositor o el desconocimiento de los resultados desde la cúpula gobernante. En ambos, las Fuerzas Armadas y la comunidad internacional, en especial, Brasil, Colombia y Estados Unidos, jugarán un papel preponderante.

A 48 horas de que se celebren las elecciones presidenciales, en las que el candidato de las fuerzas democráticas, Edmundo González Urrutia, el dictador Nicolás Maduro no descarta el uso de todo el aparato del Estado para “mantener el poder a toda costa”.

No obstante, para Luis Toty Medina, fundador de la Asociación Venezolana de Consultores Políticos (AVENCOPOL) y director de la firma Poliestrategia, un resultado electoral “incuestionable y contundente” a favor de la oposición reducirá el margen de maniobra del chavismo a un proceso de negociación.

“El gobierno va a utilizar el aparato del Estado hasta donde le sea posible, va a tratar de desconocer un resultado adverso por la vía que sea, pero una victoria incuestionable y contundente de la oposición no le dará un margen de maniobra mayor, más allá de un proceso de negociación en el que se facilite una transición lo menos traumática y accidentada posible”, sostiene el consultor político en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.

Cartas del régimen para mantener el poder

El régimen puede utilizar el Consejo Nacional Electoral (CNE), el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la Fiscalía General (FGR) y la Contraloría General (CGR), a su servicio, para tratar de mantener el poder ante los “elevadísimos costos” que supone perderlo.

Al desconocer la victoria opositora, el chavismo se “colocaría abiertamente dentro del espectro de un régimen dictatorial tiránico y totalitario”, sostiene Medina. Esto, agrega, acarrearía consecuencias “imprevisibles” para el país suramericano, en términos de mayor aislamiento internacional, pérdida de confianza, confiabilidad institucional y recrudecimiento de la crisis socioeconómica.

Sin embargo, considera que si se tienen unos resultados que están en consonancia con los estudios de opinión “serios y confiables”, que dan a González Urrutia una amplia ventaja, lo razonable es respetar y acatar la voluntad ciudadana. “Ante un resultado incuestionable de la oposición, la Fuerza Armada al final acatará la voluntad del pueblo y también, de alguna manera, la institucionalidad se pondrá al servicio del país más que de una parcialidad política”, indica.

De lo contrario, señala, la oposición democrática deberá replantearse una estrategia de lucha política, “más allá del plano meramente electoral”, y apelar al “coraje cívico de los ciudadanos”, amparándose en el artículo 350 de la Constitución, que llama a desconocer a “cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores y principios democráticos”.

La Fuerza Armada Nacional está llamada a controlar la situación, como también está llamada a respetar la constitucionalidad y el orden institucional. Y si los venezolanos mayoritariamente deciden un cambio de gobierno, es la Fuerza Armada quien debe estar al frente, junto con el resto de las instituciones, acatando ese mandato”, apunta.

Posición de la oposición

La oposición se ha mantenido firme en la ruta electoral, pese a las maniobras del régimen que, como último recurso, dilató la acreditación de los testigos. Bajo el liderazgo de María Corina Machado, inhabilitada para optar a cargos de elección popular, está dispuesta a aceptar los resultados que reflejen los votos.

“Nosotros vamos a contar los votos y a reconocer lo que digan los votos”, sostiene la líder opositora en declaraciones a DIARIO LAS AMÉRICAS, en las que asegura que, aún con una baja participación de 45%, el abanderado unitario saldría vencedor, pero con una brecha menor a la que prevén los sondeos. “Gana con un porcentaje ya no de 35 puntos, quizás de 20, pero gana Edmundo”.

Con la victoria opositora reconocida por todas las partes, vendrá un proceso que exige un “mínimo de sensatez” entre el oficialismo y la oposición, en el que con “mucha moderación y ponderación” lleguen a términos de “convivencia, respeto y tolerancia para darle a Venezuela una transición democrática en paz, que sea la base para la reinstitucionalización del país”, señala el analista Luis Toty Medina.

Este sería un proceso “muy intenso y profundo” de negociaciones, en el la comunidad internacional, en especial, países como Colombia, con Gustavo Petro; Brasil, con Luiz Inácio Lula da Silva; y Estados Unidos, con la administración actual o una nueva, desempeñarán un “rol muy preponderante”.

“Si vemos con detalle lo que ha sucedido en los últimos meses con Petro proponiendo un acuerdo postelectoral para Venezuela y Lula manifestando que Nicolás Maduro debe acostumbrarse a ganar y a perder elecciones, son un claro indicio de que aliados consistentes del régimen venezolano tienen una posición de respetar la voluntad del pueblo venezolano en caso de que pierda esas elecciones”, menciona.

¿Negociación en curso?

La líder opositora, María Corina Machado, asegura que “muchos sectores del chavismo” la han contactado en las últimas semanas para acordar los términos de la transición ante un triunfo “irreversible” de la oposición.

“¿Cómo es la transición?, ¿cómo sería para mí?, ¿con ustedes, cómo quedo yo?”, serían algunas de las preguntas que harían los chavistas, según Machado, que ha dicho estar dispuesta a una negociación “si cumplen con las reglas de la democracia”.

“Esto se va a mover muy rápido en los días por venir. De hecho, se están dando unas tensiones muy profundas entre sectores que entienden que una transición es irreversible y que les convendría incluso negociar lo antes posible, porque a medida que más días pasan tienen menos fuerza”, subraya.

Próximo seis meses

El analista político considera que el gobierno electo de Edmundo González Urrutia debería designar una “Comisión de Enlace Interinstitucional”, integrada por personalidades representativas de la sociedad venezolana, que inicie funciones “una vez conocidos y aceptados los resultados”.

Este órgano, que estima debe finalizar con la asunción y juramentación del nuevo presidente en enero de 2024, debe establecer con la cúpula saliente “las líneas de interacción y las condiciones más favorables para una transición”, en la que Machado cumpla un “rol de primera línea”.

Indica, además, que el próximo período que tenga el nuevo gobierno servirá para llevar a cabo un proceso transicional. “No puede pretenderse que la transición sea exprés y apresurada. La convivencia con otros poderes del Estado, bajo el control del chavismo, obliga a entender que desmontar la estructura y el sistema institucional instaurado en 25 años no es desmontable en apenas unos meses”, enfatiza.

@ebritop22

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