La desgraciada revolución socialista del siglo XXI ha liquidado a Venezuela como nación libre, independiente y soberana, La responsabilidad de Hugo Chávez es enorme. Ya nadie discute en el mundo la babosa y criminal entrega al castrismo. Tampoco las pretensiones supranacionales de quienes antes y ahora han dirigido el proceso. Lo cierto es que la aparente calma existente disimula un creciente malestar general que pronto se puede convertir en estallido para ponerle punto final a la situación que atravesamos.
Repasando parcialmente lo vivido estos años, recuerdo los discursos de Chávez, llegando incluso al absurdo de afirmar que Venezuela no lindaba por el oeste con Colombia sino con las FARC. Se estableció una estrecha relación con los distintos factores subversivos del vecindario cuyos dirigentes se movían con agilidad en nuestro territorio con la protección, desde entonces, del gobierno nacional. La gravedad de lo señalado se agigantó con la presencia del narco y micro tráfico de drogas en ambos países con participación activa de altos representantes de ambas naciones. Incluso terroristas de la ETA se mezclaron en reuniones para planificar las tareas a cumplir. Todo ello está contenido en el expediente levantado por el Juez Eloy Velasco de la Audiencia Nacional de España, presentado ante el mundo a principios de 2010. Por conocer a fondo su contenido y expresar algunas opiniones sobre el tema fui detenido, enjuiciado y condenado a penas ya cumplidas, pero aún con derechos políticos y civiles fundamentales suspendidos sin justificación ni explicación alguna.
Sabemos que importantes zonas del territorio nacional están bajo el control de las organizaciones colombianas. Algunas originales, otras disidencias de sus casas matrices, pero todas con fines similares a pesar de los conflictos existentes entre algunas de ellas.
Lo sucedido en La Victoria, Estado Apure y poblaciones aledañas es muy grave. Militares venezolanos muertos, civiles heridos y fallecidos, negocios, viviendas y vehículos destrozados en medio del dramático y escandaloso silencio del régimen en general y de las fuerzas armadas venezolanas en particular. Las declaraciones del Ministro de la Defensa Padrino López fueron insuficientes y penosas. Cerca de cuatro mil compatriotas han abandonado la “ribera del Arauca vibrador” que los vio nacer y desarrollarse, entrando a Colombia en situación totalmente irregular. Todavía no sabemos si serán asilados, refugiados o si recibirán alguna calificación especial debido a las circunstancias.
Lo sucedido podría repetirse en otras zonas del mismo Apure, de Barinas y, por supuesto, de la caliente frontera zuliana. Estamos atentos. Conozco la preocupación existente en nuestras fuerzas armadas y el descontento en buena parte de sus cuadros operativos por la confusa dirección actual.
También es preocupante el silencio de buena parte de la oposición democrática frente a este tema que no está agotado.
Lunes, 29 de marzo 2021
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