domingo 13  de  octubre 2024
ANÁLISIS

Un futuro incierto para la “revolución ciudadana” en Ecuador

Correa, en las elecciones presidenciales del 2006, sin partido ni recursos económicos llegó a ser el favorito con su promesa de despolitizar la Justicia y los órganos electorales

QUITO.-dpa

El actual presidente de Ecuador, Rafael Correa, saldrá del escenario político electoral del país en mayo de 2017, cuando entregue la banda presidencial a su sucesor tras declinar la opción de presentarse a la reelección para otro período gubernamental.

Es posible que los electores le digan que hasta ahí llega su proyecto político autodenominado de "la revolución ciudadana", un socialismo bolivariano seguido por otros líderes de Sudamérica que electoralmente han cedido sus espacios.

Correa fue un "outsider" en las elecciones presidenciales del país andino convocadas para el 2006 y sin partido ni recursos económicos llegó a ser el favorito con su promesa de despolitizar la Justicia y los órganos electorales.

Para su campaña inicial conformó la alianza Patria Altiva i Soberana o Alianza Pais (AP), que motivada por su liderazgo logró victorias en los procesos electorales de los últimos nueve años y mantuvo una cómoda mayoría en la Asamblea Nacional, que aprobó sin tregua las iniciativas legislativas del Ejecutivo.

Un futuro incierto

Pero sin la presencia de Correa, economista de profesión, el futuro del ahora movimiento oficialista es incierto.

Sin embargo, Correa justificó su paso al costado señalando que la oposición política estaba "fragmentada" y que sumados todos sus contrarios "no harán ni uno" para ganar la presidencia en 2016.

En su criterio, la que llamó "restauración conservadora" no funciona en su país por el apoyo popular que su figura aún mantiene y porque sus seguidores son "más, muchísimos más", proclama que repite en toda presentación pública.

Pero en sus críticas frente a las derrotas electorales que sufrieron Nicolás Maduro en Venezuela y Cristina Fernández en Argentina volvió a insistir en una estrategia internacional conservadora.

El reflejo de Venezuela

Según la catedrática universitaria Isabel Ramos, sin Correa a su movimiento le toca ahora dejar de pensar que tiene "una estructura cautiva y pensar que las obras públicas hablan por sí mismas". "Si piensan sostenerse con las políticas públicas, esto va a venir en una brecha, una hendija por la cual se puede colar otra cosa", consideró en declaraciones a dpa.

Ramos aconsejó a la cúpula oficialista ecuatoriano "reflejarse en los espejos de Venezuela y otros países" para obtener una base social genuina.

Desde la oposición la mirada es diferente y a criterio de María Paula Romo, dirigente del movimiento "Ruptura 25" que inicialmente trabajó con el Gobierno, la salida de Correa del ámbito electoral es una oportunidad para "reconstruir algunas cosas".

"La tarea es construir alternativas de futuro, superadoras del pasado, tanto de la partidocracia y de esta década del movimiento País", dijo.

Romo planteó a todas las fuerzas políticas ecuatorianas pensar en los próximos 30 o 40 años, "en una sociedad que ha sido vaciada por la política, en un tejido social, hoy muy debilitado y que hay que construirlo más allá de las elecciones".

El integrante de la directiva nacional de AP Oscar Bonilla reconoció que su agrupación deberá "abordar los desafíos de un año electoral extremadamente complejo, extremadamente duro" porque "han cambiado de hecho las condiciones de fuerzas en el país".

Bonilla consideró que para la continuidad del proyecto se perfilan las candidaturas presidenciales del anterior vicepresidente y del actual, Lenin Moreno y Jorge Glas, respectivamente.

En las encuestas periódicas llevadas a cabo aparece como posible el triunfo de Moreno, actual representante de la ONU por las personas con discapacidad. Moreno manifestó recientemente que "no le interesa el poder" pero comentó que lo importante es "dar continuidad al proceso".

Tras conocerse la decisión del Correa de no presentarse a las elecciones de 2017, los sectores opuestos al Gobierno empezaron a exhibir sus posibles candidaturas y a construir por lo menos tres grandes entendimientos nacionales en los que se incluyen tendencias de toda índole que hoy ya están en la construcción de sus plataformas de propuestas.

Una economía golpeada

La economía ecuatoriana, golpeada por la drástica caída de los precios del petróleo, supone una circunstancia especial para el año electoral que empezó a vivir ecuador desde febrero.

Tras ocho años de Gobierno en que la bonanza económica permitió al Ejecutivo prodigar la obra pública, en el 2016 se frenaron drásticamente las grandes inversiones públicas a las que Correa acostumbró al país.

Así, el elector ecuatoriano deberá pensar no solo en los discursos electorales sino en las personas que puedan lograr manejar el país en la crisis.

La lista de los aspirantes al reemplazo está encabezada por el ultraconservador Guillermo Lasso, el socialcristiano Jaime Nebot, al actual alcalde de Quito, Mauricio Rodas y seguida por al menos una decena de aspirantes, todos provenientes del esquema de agrupaciones políticas de Ecuador.

Pase lo que pase, Correa empieza a hacer sus maletas y se irá a vivir en un departamento que adquirió en los últimos años en Bélgica, de donde es oriunda su esposa Anne Malherbe y podrá asistir a las graduaciones de sus dos hijas que estudian becadas en Francia.

Podría no ser su retirada definitiva, después de que la Asamblea Nacional aprobase la reelección presidencial indefinida en Ecuador a propuesta del propio Correa.

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