SAN JOSÉ.-JOSUÉ BRAVO
Especial
El ajusticiamiento por encargo entre capos de la droga ha aumentado las estadísticas de homicidios y disparado las alarmas en el país centroamericano durante los últimos años
SAN JOSÉ.-JOSUÉ BRAVO
Especial
La lucha de territorios para vender drogas entre narcotraficantes deja un asesinato cada dos días, una trágica realidad que atemoriza al país donde sus ciudadanos dicen ser los más felices de América Latina.
Aunque no se aproxima a los altos índices de inseguridad y narcotráfico a vecinas como Honduras, Guatemala y El Salvador; el sicariato o ajusticiamiento por encargo han fijado estadísticas de homicidios que se han vuelto comunes en Costa Rica durante los últimos años.
Así pues, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) registra más de 120 ajusticiamiento entre narcotraficantes de más de 300 homicidios que hay en el país durante el 2015. No obstante, el Ministro de Seguridad, Gustavo Mata, considera que solo durante el primer semestre de este año cerca de 170 personas han muerto en lo que parece una imparable guerra narco.
Según el Ministro, el ajuste de cuentas se sigue dando por el ataque mutuo entre bandas locales por establecerse en territorios o barrios donde asentar el ilegal negocio de la droga.
LEA TAMBIÉN: Burger King cierra sus 29 restaurantes en Costa Rica y despide 434 personas
“Si no existiera ese ajuste de cuentas, estaríamos históricamente con los índices de violencia más bajos. En Costa Rica no te matan para quitarte el celular, ni el carro; eso ya no lo hacen”, según Mata a medios locales.
Los lugares que más homicidios de este tipo registran son Limón, en el Caribe de Costa Rica, con 29; seguido de Pavas, con 21, en el cantón central de San José, la capital; Hatillo con 14, también ubicado en San José.
Otros cantones con altos registros de asesinatos son Desamparados, con 17; Tibás, con 16; y Alajuelita, con 15; todos de la provincia de San José.
LEA TAMBIÉN: ¿El Chapo Guzmán y su hijo en Costa Rica?
Hace unos diez años o más los asesinatos narcos no ocurrían en Costa Rica. O al menos no eran noticias cotidianas con las que se levantaban cada mañana los costarricenses.
En ese tiempo las operaciones de la droga pasaban desapercibidas por las autoridades porque carteles mexicanos y de Colombia solo usaban a Costa Rica como país de tránsito de estupefacientes y algunos ticos trabajaban en la logística de transporte.
Los criminales más temidos por esos días eran asaltantes de celulares y roba carros, por ejemplo, según Mata; pero todo cambió cuando estos delincuentes y hasta algunos extranjeros que habitaban en Costa Rica, se enteraron que el comercio de la droga era el negocio de sus vidas.
LEA TAMBIÉN: Costa Rica teme la penetración de los carteles mexicanos
Los carteles mexicanos aceptaron la petición de pagarles con droga en vez de dinero por la logística de hacer pasar sobre todo cocaína por suelo tico. Los nacionales crearon sus propias estructuras locales de narcotráficos y se convirtieron en líderes narcos que ahora hasta venden el ilegal producto en las esquinas de barrios ticos, sobre todo marginales.
En esa lucha por territorio, con algunos líderes encarcelados porque fueron agarrados literalmente con las masas en la mano, disparó la cifra de homicidios entre ellos porque las agrupaciones se disputan los territorios del mercado local, aunque siempre participan del recibo y traslado de la droga hacia otros países.
El sociólogo costarricense Carlos Sandoval, reitera que a raíz del Plan Colombia firmado en 1999 por los presidentes de Estados Unidos, Bill Clinton y de Colombia, Andrés Pastrana; permitió patrullaje conjunto en el mar Caribe y la droga dejó de pasar por ese océano y transita más por territorio de Centroamérica.
“El bloqueo del mar Caribe implica que la droga sube por territorio centroamericano. La logística está más a cargo de carteles mexicanos que colombianos. Al transitar más droga queda más droga acá. Eso provoca más narcomenudeo y el narcomenudeo provoca luchas territoriales entre bandas. Ese narcomenudeo genera conflicto y hay mucha gente armadas en el país, entonces los conflictos se resuelven más rapiditos”, sostienen.
LEA TAMBIÉN: Ola de asesinatos en Costa Rica enciende las alarmas
Las autoridades del país le han declarado la guerra al narco. De enero a agosto de este año 11,5 toneladas de cocaína y más de un millón de plantas de marihuana fueron decomisadas por la Policía de Control de Drogas del Ministerio de Seguridad, así como 57 millones de colones (más de 100 mil dólares al tipo de cambio actual), casi 3,8 millones de dólares y 86,000 euros.
En ese periodo las autoridades detuvieron a 11,794 personas vinculadas con el tráfico de narcóticos.
No obstante, Sandoval cree que en se enfrentamiento policiaco no resuelve el problema, dado que a asociado a la desigualdad que vive en Costa Rica, donde no ha podido sacar a ese 20% de pobres desde hace más de dos décadas, al tener un sistema económico que produce más que antes pero redistribuye menos la riqueza, según Sandoval.
“La pobreza es un caldo de cultivo donde el líder de una banda puede ser cualquier persona”, dijo.
“Hay un riesgo de que la cosa escale porque hay mucha droga circulando. Se desmonta una red y aparece otra”, explica.
La mejor estrategia para resolver problemas de inseguridad no es sacar más policías a las calles, como lo hizo México con su ejército, un plan que no ha funcionado, de acuerdo con el sociólogo.
Se hace redistribuyendo mejor la riqueza; perseguir más el lavado de dólares, porque incautando dinero golpea más al narcotráfico que decomisando drogas; y fomentar la discusión de legalizar alguna droga prohibida; entre otras.
Los diputados del parlamento aceleran el trámite del Proyecto de Ley de Extinción de Dominio, que permitiría al Estado combatir la delincuencia organizada mediante el decomiso de los bienes producto de actividades ilícitas.
El plan se basa en el ejemplo colombiano, donde se ha utilizado la nueva jurisdicción para “extinguir” las posesiones de los grandes capos del narcotráfico u otras actividades delincuenciales, cuando no se pueda demostrar que son posesiones obtenidas de manera legal.
La iniciativa de ley establece que cuando una persona no pueda demostrar el origen de sus bienes, sean propiedad o capitales, las autoridades judiciales podrían decomisarlos sin necesidad de una sentencia relacionada con delitos de la delincuencia organizada.