CARACAS.- Venezuela inauguró este lunes la prueba "frontera francotirador" de los juegos internacionales militares 2022 organizados por Rusia, una competencia de cooperación militar en la que participa desde 2015 junto a países como China e Irán y de la que por primera vez es sede.
"Vamos a estar desarrollando, en los próximos diez días, estas competencias que se han llamado frontera francotirador y que demanda pues, de tiempo, de fases, de preparación y de ejecución", dijo el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, que no ofreció detalles de cuántos soldados integran las delegaciones que se encuentran en el país caribeño para esta competición.
En la inauguración del torneo, que se realizará en el fuerte Terepaima en Barquisimeto, estado Lara (occidente), ondearon las banderas del país organizador, Rusia, y de Myanmar, Bielorrusia, Abjasia, Uzbekistán, Bolivia, China, India, Pakistán, Nicaragua, Indonesia y Cuba.
Desde 2015 y en el marco de la estrecha relación que existe entre Caracas y Moscú, el cuerpo militar venezolano participa en estos juegos que anualmente reúne a más de 30 países, la mayoría de Asia y Europa del Este, entre los que destacan otros importantes aliados de Venezuela como Irán o China, con quienes tiene acuerdos petroleros.
Es la primera vez que Venezuela es sede de los juegos, que Caracas defiende como una práctica que busca, más que "mostrar" destreza militar, "unir las culturas, los pueblos". Específicamente, Venezuela acoge en esta edición ejercicios relacionados con francotiradores (Sniper Frontier).
Pero otra serie de competencias se llevan a cabo simultáneamente en Rusia, a donde el ministerio de Defensa venezolano dijo que había enviado 200 militares.
"Estos juegos se desarrollan en distintos países, distintas sedes, Rusia, por supuesto la principal sede, pero también está la República Popular China, está Vietnam, Bielorrusia", remarcó Padrino López al dar la bienvenida a las delegaciones.
Según el Ministerio de Defensa ruso, 275 equipos de 37 países han confirmado su participación en un total de 36 competiciones.
Los participantes hacen prácticas de polígono de pistola, polígono de fusil francotirador, lanzamiento de granada de mano y de obstáculos en una cancha de más de un kilómetro.
También destacan el biatlón de tanques, carreras entre soldados de infantería y el concurso de cálculo de artillería.
Para los juegos en Venezuela, la Fuerza Armada levantó una cancha de obstáculos, un polígono, área para jueces y árbitros y la tribuna para el público. Las obras fueron supervisadas por delegados del gobierno ruso, aseguró la Voz de América.
Los Army Games 2022, como también se les conoce, se dan en un contexto internacional marcado por la invasión de Rusia a Ucrania.
La presidenta de la ONG venezolana Control Ciudadano, Rocío San Miguel, quien conoce los temas militares, afirma que este tipo de competencias "son fuente de orgullo militar" y "permiten repasar el apresto operacional" de los países que participan, informó Voz de América.
“Son el tipo de actividades que gustan realizar a cualquier fuerza armada del mundo. Se sienten orgullosos cuando dedican tiempo a estas actividades que los prestigian frente a otras corporaciones militares de otros países”, agrega, reseñó Voz de América.
Pero hay una lectura más profunda del evento. Josehp Humire, director del think tanks Secure Free Society, considera que hay un trasfondo y el mensaje es que los regímenes de los países participantes se están preparando "para hacer una fuerte declaración de que la región está preparada para abrazar la fuerza multipolar".
La preocupación gira en torno a que este tipo de actitivades militares amistosas se prestan para que haya una cooperación militar más seria y se profundicen las relaciones entre Irán, China, Rusia y algunos países de América Latina.
Para Humire, al "normalizar los movimientos militares de los adversarios de Estados Unidos en el Caribe" existe el riesgo de que "debilitemos la legitimidad de las democracias en América Latina", reseñó la Deutsche Welle.
FUENTE: Con información de AFP/Voz de América/Deutsche Welle