ESPECIAL.- La eventual participación en los comicios regionales, pautados para diciembre de este año, abre un nuevo debate en el seno de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Más que un tema coyuntural, esta discusión aborda un punto central para el futuro de la oposición: cómo enfrentar a un régimen autoritario que pretende liquidar a la disidencia con su Asamblea Constituyente.
“Acción Democrática va a participar”, informó el pasado miércoles el secretario general de los blancos, Henry Ramos Allup. “En las regionales, después va a participar en las de alcaldes y después va a participar en las presidenciales. Nosotros no tenemos balas, ni una sola, nosotros lo que tenemos son votos y eso es lo que vamos a utilizar, porque a eso fue lo que nosotros nos comprometimos y ese fue el mandato de la gente”, subrayó el expresidente de la Asamblea Nacional.
La MUD aún no ha fijado posición sobre si competirá en el proceso regional, aunque Ramos Allup adelantó que “yo creo que sí se va a aprobar la participación, porque sería insensato” lo contrario. A favor de su tesis, el diputado subraya que la comunidad internacional apoya la solución electoral y que también forma parte del “mandato” expresado por los 7.5 millones de venezolanos que votaron en la consulta popular que se llevó a cabo el domingo 16 de julio.
La coalición opositora ha señalado que busca una salida democrática, constitucional, pacífica y electoral a la crisis venezolana. Además de exigir al gobierno que respete al Parlamento, libere a los presos políticos y establezca un canal humanitario para mitigar la escasez de alimentos y medicinas, la coalición siempre ha demandado la publicación de un cronograma electoral para avanzar con votos hacia el cambio político.
En el marco de la consulta popular, la MUD preguntó a los venezolanos si aprobaban impulsar “la renovación de los poderes públicos, así como la realización de elecciones libres y la conformación de un gobierno de unión nacional”.
Aunque las principales organizaciones de la alianza estarían dispuestas a participar, la exdiputada María Corina Machado rechaza esta opción. “Es inconcebible que las fuerzas democráticas puedan contemplar un proceso de elecciones regionales sin que salga la dictadura del poder. Aquí nadie debe privilegiar cargos o espacios, porque lo que está en juego es la libertad de Venezuela”, enfatizó Machado.
“Nosotros garantizamos a los venezolanos que no vamos a permitir una negociación que traicione tanta lucha que han dado en las calles. La sociedad civil ha dado todo, pero lo único que falta es que los soldados de Bolívar detengan la masacre contra los hijos del Libertador”, espetó la fundadora de Vente Venezuela.
Al observar las discrepancias entre Ramos Allup y Machado, un parlamentario de la Unidad comenta con preocupación: “La condena a la Asamblea Constituyente unió a la MUD y ahora las elecciones regionales la están dividiendo”. Sin embargo, a pesar de las tensiones internas, otro legislador aclara: “La MUD sigue siendo la MUD, un instrumento necesario para la lucha, quienes se aparten pueden quedar solos”.
Los caminos
La oposición no puede cerrarse ningún camino. Para eso ya está el gobierno, que se ha encargado de inhabilitar al Parlamento, liquidar el referendo revocatorio, aplazar las regionales, incumplir los compromisos del proceso de diálogo que culminó sin resultados en 2016, y reprimir las protestas que comenzaron en abril y que ya arrojan un saldo de 121 muertos y casi 2 mil heridos, según el último boletín que presentó la fiscal Luisa Ortega Díaz antes de ser removida de su cargo este sábado por la Constituyente.
“Tribuna parlamentaria combativa, opinión pública, protesta cívica, voto, diálogo y negociación. En fin, la lucha política es multidimensional”, indicó el antiguo secretario ejecutivo de la coalición, Ramón Guillermo Aveledo, a través de su cuenta en Twitter. Aveledo subrayó la importancia de desplegar un “activismo coherente en el exterior para que la presión internacional incremente sin cesar”.
Enzarzarse en la polémica por las regionales puede ser completamente estéril. ¿La razón? Nadie sabe si esos comicios se llevarán a cabo. Su convocatoria dependerá del ánimo y el cálculo político del régimen chavista, que con su Constituyente pretende reescribir la Carta Magna, clausurar el Parlamento y encarcelar a una dirigencia opositora que tacha de “golpista” y “terrorista”.
“El momento es para apuntalar la presión y la mediación internacional. No es tiempo de radicalismos, ni tampoco de elecciones. Ese dilema es un sofisma inútil”, precisa un asesor de la Unidad que prefiere resguardar su identidad.
El experto considera que en la actualidad, tras la instalación de la Constituyente, “la única opción que tiene Venezuela para conseguir que el gobierno retroceda y se siente a negociar es la mediación internacional, pues el tiempo conspira contra la oposición y favorece al régimen chavista”.