MIAMI.- Para el cierre de 2025 se estima que habrá unos 313.780 nuevos diagnósticos de cáncer de próstata y 35.770 muertes por esta enfermedad en Estados Unidos, como indica la American Cancer Society. Conocer los factores de riesgo y las estadísticas permite a los hombres estar preparados y actuar a tiempo para prevenir la enfermedad o enfrentarla con las mejores herramientas posibles.
¿Qué tan frecuente es el cáncer de próstata?
A lo largo de la vida, se estima que 1 de cada 8 hombres en Estados Unidos será diagnosticado con cáncer de próstata, según datos de la American Cancer Society. Esto lo convierte en el tumor sólido más común en hombres y representa cerca del 30% de todos los cánceres masculinos en 2025.
Si observamos las tasas ajustadas por edad (es decir, corrigiendo por el envejecimiento de la población), la tasa de nuevos casos es de aproximadamente 120 casos por cada 100.000 hombres al año. La mayoría de los diagnósticos se concentran en hombres mayores: alrededor del 60% de los casos se detectan a partir de los 65 años y la edad promedio al diagnóstico ronda los 67 años.
El número de hombres que viven con un diagnóstico de cáncer de próstata es muy elevado. Se calcula que más de 3,3–3,5 millones de hombres en Estados Unidos han sido diagnosticados en algún momento y siguen vivos, lo que refleja tanto la alta incidencia como la mejoría en los tratamientos.
Una enfermedad frecuente, pero a menudo controlable
Aunque muchos hombres nunca morirán de este tipo de cáncer, sigue siendo la segunda causa de muerte por cáncer en hombres, después del cáncer de pulmón.
La tasa de mortalidad se sitúa en torno a 19,2 muertes por cada 100.000 hombres al año, ajustada por edad, y el riesgo acumulado de morir de cáncer de próstata a lo largo de la vida es de aproximadamente 1 en 44 hombres.
Además, las cifras de supervivencia muestran más esperanza. Según datos de los CDC, alrededor del 98% de los hombres con cáncer de próstata siguen vivos cinco años después del diagnóstico, considerando todas las etapas en conjunto.
Pero hay que acotar que esa supervivencia cambia radicalmente según el momento en que se detecta la enfermedad. Cuando el tumor se diagnostica en etapas localizadas o regionales, la supervivencia relativa a 5 años se acerca al 100%. Pero cuando se detecta en etapa alejada o metastásica, la supervivencia a 5 años desciende a alrededor de 38%, lo que subraya la importancia de la detección temprana.
Es decir, en muchos casos, el cáncer de próstata es potencialmente controlable si se diagnostica a tiempo.
Tendencias: más casos y más enfermedad avanzada
Si bien la incidencia del cáncer de próstata iba disminuyendo en los últimos años, análisis recientes muestran un cambio de tendencia preocupante. Un informe de 2025 señala que la incidencia, que había caído cerca de 6,4% anual entre 2007 y 2014, pasó a aumentar alrededor de 3% por año entre 2014 y 2021.
A eso le sumamos el aumento de los casos avanzados o metastásicos al momento del diagnóstico. Estudios regionales, como uno realizado en California, describen un incremento anual de más del 6% en el cáncer de próstata avanzado en la última década, junto con una estabilización de la mortalidad después de años de descenso.
Los expertos relacionan estas tendencias con factores como cambios en las guías que redujeron el uso sistemático del PSA, falta de acceso equitativo a la atención preventiva y aumento de factores de riesgo como obesidad, sedentarismo y dieta poco saludable.
Desigualdades: raza, etnia y territorio
Las estadísticas muestran que el cáncer de próstata no afecta a todos por igual.
- Los hombres afroamericanos en Estados Unidos tienen cerca de 1,7 veces más probabilidades de ser diagnosticados y 2,1 veces más probabilidades de morir por cáncer de próstata que los hombres blancos.
- Aproximadamente 1 de cada 6 hombres negros será diagnosticado con la enfermedad en su vida.
- Entre los hombres hispanos/latinos, la probabilidad de diagnóstico es algo menor (alrededor de 1 en 9) y en general presentan tasas de incidencia y mortalidad inferiores a las de hombres blancos y negros no hispanos.
Estas diferencias incluyen factores determinantes sociales de la salud: acceso a seguros médicos, calidad de la atención, barreras culturales y lingüísticas, desconfianza en el sistema sanitario y menor acceso a centros especializados.
¿Qué significan estas cifras para los hombres y sus familias?
El reciente aumento en casos y en enfermedad avanzada, junto a las desigualdades raciales y sociales, revela la importancia de actuar a tiempo. Las cifras respaldan tres mensajes clave de salud pública:
- Promover la conversación informada sobre los chequeos (PSA, examen físico, pruebas complementarias) entre médico y paciente, especialmente a partir de los 50 años, o antes si hay factores de riesgo.
- Enfocar esfuerzos en las poblaciones de mayor riesgo, como los hombres afroamericanos y quienes tienen antecedentes familiares, para reducir las brechas de mortalidad.
- Reforzar la prevención general, desde el control del peso y la actividad física hasta el acceso a la atención urológica.
Detrás de cada número hay un rostro: padres, hermanos, amigos, parejas. Conocer las estadísticas no debe provocar miedo, sino invitar a la acción. Hay que consultar a tiempo, derribar tabúes sobre la salud masculina y exigir sistemas de salud más justos y accesibles.