Ejercer la medicina en Venezuela es un reto que coloca un obstáculo diferente cada día. La falta de insumos, la carencia de equipos médicos de calidad, la ausencia del personal de salud hace que la profesión sea cada vez más difícil. En medio de la crisis, miles de galenos se marcharon a otras latitudes; mientras que otros decidieron seguir prestando servicio en Venezuela. Este es el caso del Dr. Jesús Sifontes, ginecoobstetra, egresado de la Universidad Central de Venezuela, quien, desde la ciudad de Coro, estado Falcón, hace honra de su juramento Hipocrático.
Desde pequeño estuvo envuelto en el mundo de la medicina. Su padre fue un ejemplo intachable. Médico de la vieja escuela, cuando la atención personalizada, la ética, la rectitud y la prestación de servicio eran los pilares de la profesión. En su hogar, durante su infancia, no conoció otro mundo que el de los quirófanos y las batas blancas. Cuenta con más de 20 años de profesión y ejercicio continuo por lo que ya es un referente para las nuevas generaciones. Su profesionalidad destaca, al igual que su calidad humana, por lo que su empatía es la puerta a una relación médico-paciente que busca sobre todas las cosas el bienestar tantos de la madre como del hijo que viene en camino.
En conversación con Diario Las Américas, el Dr. Jesús Sifontes nos comparte parte de su experiencia de ser médico en Venezuela en medio de la celebración mundial del Día Internacional de la Medicina.
¿Por qué especializarse en la obstetricia?
Siempre me atrajo el hecho de poder tener la capacidad traer vidas y salvar vidas y ayudar a las personas. Como obstetra me agradó estar presente en etapas importantes en la época reproductiva de la mujer como el cuidado del embarazo, el parto y la salud integral de la mujer.
¿Recuerdas alguna experiencia de tu infancia o juventud que te haya marcado en esta decisión?
No creo que haya una experiencia específica en mi infancia, desde que recuerdo siempre quise ser médico. Siempre tuve un modelo a seguir que es mi padre quién tenía una gran calidad humana y una gran compasión por las personas necesitadas, por lo que siempre soñé estar en un quirófano, pero no fue hasta que estudie medicina que se desató mi interés por traer vida y cuidar a las futuras madres desde el inicio de la gestación.
¿Cómo ha cambiado tu visión de la vida y de la familia después de tantos años acompañando nacimientos?
La atención permanente de nacimientos, por más de 20 años, crea un desgaste físico y emocional. Los profesionales de la medicina deben ser empáticos y sensibles al dolor de la madre, pero debemos guardar distancia para poder tomar decisiones médicas ante situaciones críticas. Como profesional uno se enfrenta al estrés traumáticos durante el manejo de emergencias y resultados adversos que pueden ocurrir en el binomio madre-hijo, sumado al estrés laboral por guardias, por falta de insumos o por falta de personal profesional. En situaciones de estrés me doy cuenta de lo frágil que es la vida, por lo que he tenido que aprender a separar el trabajo de la vida familiar.
¿Cómo logra equilibrar su vida personal con las exigencias de su profesión? Cuántos hijos tienes. ¿Los recibiste tú?
Creo que es difícil equilibrar mi vida personal con el trabajo. No puedo definir horas de trabajo ni límites como en las comunicaciones, como si se puede hacer en otras profesiones. Como obstetra debo estar 24/7 (24 horas al día, 7 días de las semanas) para sus pacientes. Hay que hacer muy organizado, sin se quiere ser efectivo. En mi caso me es difícil lograrlo. Tuve cuatro hijos. Perdí uno en 2017. A ninguno los traje al mundo, ya que cuando se trata de la familia se puede perder la objetividad en situaciones adversas, por lo que preferí no hacerlo.
¿Hay alguna anécdota emotiva que siempre recuerdes de tu carrera?
Momentos y anécdotas son muchas e incontables. Aunque sí hay una que tocó profundamente mi alma. Una embarazada que llegó a la sala de parto del hospital, con un embarazo que no habíamos controlado, ni habíamos conocido. Ella estaba en periodo expulsivo. Enseguida salió la cabeza del bebé, pero no avanzó más. Se trancó el canal del parto. No sabíamos qué pasaba, no salía el bebé por lo que tuvimos que hacer una ecografía en pleno periodo expulsivo, descubriendo que eran unos gemelos siameses. No tuvimos otra opción. Tuvimos que realizar una cesárea de emergencia, con el fin de salvar la vida de la madre, lamentablemente los gemelos perdieron la vida. Fueron momentos tensos y tristes, emocionalmente muy difíciles. Ella nunca se controló el parto y no tuvimos manera de saber que estaba ocurriendo adentro.
¿Qué valores personales crees que te han sostenido en los momentos difíciles de ejercer en el país?
Principalmente la ética profesional, ser empático con los pacientes y ser prudente. Así aseguramos la atención del paciente dignamente y con la mayor calidad posible, a pesar de la limitación de recursos que debemos enfrentar en el país.
¿Cuáles son los principales retos que enfrenta hoy un obstetra en Venezuela?
En primer lugar, la alta tasa de mortalidad materna por lo frágil del sistema de salud. Luego el deterioro de la infraestructura y equipos, además de la escases de recursos y la falta insumos y medicamentos, y por último, las condiciones laborales muy precarias que tenemos.
¿Podría compartir algún caso que te haya enseñado una lección profesional importante?
Es una pregunta difícil de responder. Todos los casos no dejan una enseñanza. Estamos en permanente aprendizaje. Los casos por muy sencillos o complejos que sean siempre nos llevan a hacer un análisis retrospectivo de qué pudimos haber hecho o que dejamos de hacer, o si realmente hicimos las cosas que teníamos que hacer. Todos somos seres humanos, pero todos tenemos una identidad diferente, todo reaccionamos de manera distinta ante cualquier situación de salud. De eso aprendemos. Creo que no debemos jugar a ser dioses o Dios Cuando somos médicos, sino más bien estar abiertos a escuchar a trabajar en equipo a trabajar a trabajar de la mano, con otras personas que nos puedan aportar su experiencia, así como también nosotros aportar nuestra experiencia al personal de salud más joven. Cada caso de una enseñanza.
¿Qué papel juega la empatía y la comunicación con las pacientes en su labor?
_ Creo que es lo más importante Esta nos permite comprender a la paciente , comprender sus temores y tristezas. La empatía promueve la confianza y fortalece una atención más humana. Fortalece la relación médico-paciente porque la comunicación es fundamental. Si lo logramos la paciente nos asegura una información médica, clara y completa.
¿Qué consejo daría a los jóvenes médicos que están iniciando en obstetricia?
Daría cuatro consejos fundamentales.
Primero, deben priorizar la humanización y la empatía con el paciente. No todo es tecnología, ni todo puede basarse únicamente en una imagen o un estudio. A veces el paciente necesita que lo miren a los ojos y que sienta apoyo desde el punto de vista emocional.
Segundo, deben saber adaptarse a la realidad que vivimos. Estamos muy limitados en cuanto a recursos y a la situación económica. Con lo poco que tenemos debemos sacar el mayor provecho posible y seguir preparándonos. Existen alternativas como la telemedicina y los congresos en línea, que son opciones para quienes no pueden salir del país.
Tercero, es indispensable aprender a trabajar en equipo. Dos cerebros piensan mejor que uno.
Finalmente, en lo personal, no podemos enfocarnos únicamente en la medicina, porque eso nos agotaría psicológicamente. También debemos procurar espacios de esparcimiento para cuidar nuestra salud mental.
¿Cómo ves el futuro de la obstetricia en Venezuela ?
El futuro de la obstetricia en Venezuela, sin lugar a dudas, será prometedor. El país debe avanzar, mejorar y brindar una atención médica de mayor calidad en todas las especialidades. Estoy convencido de que estaremos mejor.
Absorbemos los avances tecnológicos y nos apoyamos en la telemedicina para seguir formándonos y creciendo intelectualmente. Esto ya forma parte del día a día, no solo en Venezuela, sino en muchos países del mundo. Los congresos, charlas y simposios en línea permiten obtener resultados similares a los eventos presenciales.
Debemos seguir priorizando la salud materno-fetal, especialmente la prevención y el buen manejo de las emergencias obstétricas, siempre bajo protocolos que respeten la dignidad de la mujer. Como mencioné antes, la capacitación continua del personal de salud es esencial para brindar la mejor atención, desde el acto obstétrico hasta el cuidado del binomio madre-hijo, con la mayor empatía y comunicación posible.
¿Qué mensajes envías a tus colegas en Día Internacional de la Medicina?
A mis estimados colegas quiero expresarles mi más sincero agradecimiento por su incansable dedicación y el compromiso inquebrantable que demuestran cada día en su labor. Son un pilar fundamental para nuestra sociedad, no solo en Venezuela, sino en cualquier país de América, Europa o donde se encuentre un médico. Creo firmemente que todo debe partir de una verdadera vocación, para así poder llevar atención y esperanza a quienes más lo necesitan.
¿Cómo observa el uso de redes sociales donde personas que no son médicos asumen este rol?
Considero que el uso de redes sociales en temas de salud es responsabilidad de cada persona que consume la información. Deben tener en cuenta que para hablar de salud se requiere ser un profesional certificado, haber cursado una carrera y cumplido con los créditos que otorgan el título de médico.
Nosotros somos las personas idóneas para dar respuesta a situaciones de salud. Sin embargo, se ha abusado mucho de las redes sociales con fines económicos: vistas, seguidores y otros intereses que desvirtúan la verdadera finalidad de la información médica.
¿Y cómo ves la inteligencia Artificial?
La inteligencia artificial es un arma de doble filo. Es cierto que nos brinda información valiosa sobre temas de salud y otros ámbitos, pero también debemos recordar que los seres humanos somos diferentes y respondemos de manera distinta a cualquier tratamiento o intervención.
Por eso es fundamental que un personal calificado evalúe y trace las directrices para un mejor tratamiento en cada caso. La inteligencia artificial es útil, no lo pongo en duda, pero debe manejarse con criterio. Siempre debemos apoyarnos en páginas serias, verificadas y que cumplan con los estándares que buscamos como médicos.