lunes 25  de  noviembre 2024
TURISMO

Aragón, el destino soñado

Con Zaragoza, pueblos y alturas de los Pirineos, la tierra aragonesa sorprende por sus paisajes, historia y abundante gastronomía

Diario las Américas | JESÚS HERNÁNDEZ
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Si de historia, naturaleza y más habláramos, Aragón es joya de la corona en España. Desde Zaragoza a las altas montañas de los Pirineos y los confines de Teruel, colmada de valles, sierras, picos, pueblos y ciudades, esta región tan española enamora con el primer paso que dé en ella.

Zaragoza

Comenzamos en Zaragoza, ciudad capital, muy bien servida por trenes desde Madrid o Barcelona. Aquí la catedral basílica de Nuestra Señora del Pilar y el río Ebro dominan el entorno urbanístico.

Desde el centenario Puente de Piedra puede apreciar mejor la magnificencia del santuario católico, con sus torres y cúpulas, cuya construcción comenzó en el siglo XVII y constituye el templo barroco más grande de España.

Pero si elige llegar a ella por el paseo Alfonso I, quedará sorprendido al ver la cúpula principal emerger entre dos hileras de cuidadas edificaciones.

En un extremo de la enorme plaza del Pilar, también abarrotada de tiendas, bares y restaurantes, destaca la Catedral del Salvador (La Seo), cuya fachada barroca guarda una impresionante mezcla de estilos, desde románico y gótico hasta mudéjar y barroco.

Del centro de Zaragoza resalta de igual forma la magnificencia de los salones del palacio árabe de la Aljafería que sobrevivieron el paso del tiempo.

También destaca la abundancia de populares bares y restaurantes de tapas, que se concentran especialmente en el barrio El Tubo.

El singular nombre, dado por la estrechez de sus calles, se repite en la voz de los zaragozanos como punto de encuentro.

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José Martí

Fue en Zaragoza donde el poeta, pensador e iniciador del modernismo literario en Hispanoamérica José Martí residió y se graduó de licenciatura en Derecho Civil, Filosofía y Letras.

Una tarja, situada en calle Manifestación número 13, anuncia la casa donde Martí vivió.

“Para Aragón en España
tengo yo en mi corazón
un lugar, todo Aragón,
franco, fiero, fiel, sin saña.

Si quiere un tonto saber
por qué lo tengo, le digo
que allí tuve un buen amigo,
que allí quise a una mujer”.

Huesca

Camino a los Pirineos, en medio de tierras bañadas de amarillos y verdes, hay paradas necesarias que hacer. Una es Huesca, capital de la provincia homónima, cuyos cimientos datan de hacen 6.000 años y que fue recinto visigodo, romano y árabe después hasta que los cristianos conquistaron la zona y fue territorio del reino de Aragón.

Cerca de allí, donde las elevaciones comienzan a tomar forma y los riachuelos salen a la luz, el castillo románico de Loarre domina la vista de toda una amplia llanura desde un gran risco. Fue construido en el siglo XI y declarado Monumento Nacional en el 1906.

Rumbo a la localidad de Jaca, que en invierno es centro de partida para esquiar, resalta el Real Monasterio de San Juan de la Peña, que es una hermosa abadía románica, construida en el siglo XI y está enclavada en una inmensa roca, donde descansan los restos de reyes de Aragón.

Precisamente en Jaca, con cerca de 14.000 habitantes, destaca la catedral de San Pedro de Jaca, en la que se aprecia una de las construcciones más características y antiguas del románico en España.

Pirineos

Entrando en los Pirineos, muy cerca de la frontera con Francia, luce grandiosa la estación de trenes Canfranc, que fue inaugurada en 1928 y recoge la arquitectura palacial francesa del siglo XIX.

Relativamente cerca de allí está el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, donde la naturaleza hizo otra de sus obras maestras a una altitud de 3.348 metros sobre el nivel del mar.

No le tema a la altura. Con suficiente agua, para hidratar el cuerpo, será suficiente para avanzar.

Cuesta abajo encontramos un sinfín de pueblos y aldeas que revelan el largo andar de la historia desde la época medieval: Aínsa, Roda de Isábena, Graus y la incomparable y muy medieval Alquézar con su enramado de calles y centenarias edificaciones.

Si de senderos se trata, recorra las cuatro millas de la ruta Congosto del Entremón. El impresionante desfiladero, tallado por el río Cinca entre grandes elevaciones, rocas y curiosas cuevas, encauza el raudal de agua hacia el embalse de El Grado.

Sur

Rumbo sur, tras atravesar el gran valle del río Ebro, llegamos a Teruel. Es la ciudad del mudéjar, de los amantes y del jamón de la zona.

Si impresionantes y hermosas son las torres que anuncian la unión de las artes musulmana y cristiana, grandiosa es la policromía de la techumbre de la catedral.

A unos 30 minutos de Teruel está la muy medieval villa de Albarracín, que parece colgar de una sierra que fue refugio de moradores hace más de 8.000 años, con sus calles intrincadas y fachadas de cal roja que hacen a este pueblo uno de los más peculiares de España.

Gastronomía

Como en toda España, la gastronomía de Aragón es diversa y rica en carnes, quesos y embutidos.

Si abundante es el conejo, también lo es el cordero, las truchas, el pollo, el cerdo y la infinidad de verduras que dan sabor a platos típicos como la migas con jamón y uvas o el ternasco asado y mechado.

¿Cómo llegar?

Varias son las aerolíneas que prestan servicio desde Miami y las principales ciudades de Estados Unidos a Madrid o Barcelona, donde puede abordar el tren a Zaragoza, Huesca o Teruel.

Si porta pasaporte estadounidense no necesita visa, pero si viaja con el documento de otro origen, comuníquese con la oficina consular española para recibir información adecuada.

Dónde hospedarse

Aragón cuenta con una amplia oferta de hoteles para todos los bolsillos.

En Zaragoza optamos por Hotel Alfonso, un cuatro-estrellas que está muy bien situado, a unos pasos de la plaza del Pilar y el barrio de tapas El Tubo.

En los Pirineos el cinco estrellas Hotel Canfranc Estación, instalado en la recientemente remodelada terminal de trenes, seduce a todos con su mezcla de tradición y modernidad.

Otro cinco-estrellas, el Hotel Monasterio de Boltaña, cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, está enclavado en un renovado monasterio del siglo XVII, donde conviven la arquitectura original y las comodidades de la edad moderna.

En Alquézar tiene varias opciones para pernoctar, entre las que destacamos Hotel Villa de Alquézar y Hotel Castillo.

Consulte el portal turismodearagon.com en Internet para más información

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