El autor, Luis de la Paz, lee el capítulo Cruz Roja, de la novela Al pie de las montañas, memorias del fuerte.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA Portada de la novela Al pie de las montañas, memorias del fuerte, Luis de la Paz.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA Luis de la Paz dialoga con la escritora Elvira de las Casas .
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA Luis de la Paz muestra el boletín informativo Libertad, que fue entregado a los refugiados en el campamento Fort Indiantown Gap, en Pensilvania, donde se aprecia la ilustración que conforma la portada de la novela Al pie de las montañas, memorias del fuerte.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA ¡Un trozo de papel ara escribir¡, el autor de la novela Al pie de las montañas, memorias del fuerte aún guarda el valioso documento.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA El autor, Luis de la Paz, lee uno de los capítulos de la novela Al pie de las montañas, memorias del fuerte.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLAMIAMI.- Cuarenta y un año después del éxodo de Mariel, cuando más de 125.000 cubanos cruzaron el Estrecho de Florida para huir de la dictadura en Cuba, Luis de la Paz recompone sus memorias del campo de refugiados adonde le llevaron y las enlaza con la dosis de ficción necesaria que induce su narrativa a una novela: Al pie de las montañas, memorias del fuerte (Editorial El Ateje, 2021), que presentó en Miami el pasado viernes.
“Mucho se ha hablado de los cubanos que, gracias al éxodo de 1980, pudieron realizar sus aspiraciones profesionales, reunirse con sus familiares y conocer la libertad en tierra estadounidense, pero el paso de los ‘marielitos’ por campamentos, ubicados en bases militares, ha sido poco tratado o ignorado por la literatura cubana hasta ahora”, comentó la escritora Elvira de las Casas durante la presentación de la publicación en el Miami Hispanic Cultural Arts Center.
Con un “lenguaje muy ameno, que invita a continuar la lectura sin pausa”, destacó la escritora.
De la Paz aborda el diario vivir en aquel lugar, 24 años en aquellos días, donde dormían en barracas habilitadas tras “una cerca alta de alambres coronada por roscos de afiladas púas”, que lo separaban de la esperada libertad, mientras cada uno de ellos ‘aguardaba’ por el familiar que lo reclamaría o un alma caritativa que lo apadrinara.
Allí, muchos de ellos, como Tomás, el personaje protagónico de la novela, pusieron a prueba poder “convivir con expresidiarios, drogadictos y sujetos de conducta antisocial”, señaló De Las Casas. Sujetos que fueron mayormente ‘colocados’ por el Gobierno cubano en las embarcaciones, que cruzarían el mar para desacreditar la reputación de quienes escapaban de la llamada ‘revolución cubana’.
En aquel lugar, sin más compañía que la espera y un limitado proyecto de preparación para vivir en una nueva sociedad, Tomás, que soñaba con ser escritor sin tener que doblegarse a los mandatos de una dictadura, buscaba con desespero un trozo de papel donde escribir lo que vivía. Meros apuntes que le servirían para componer sus memorias más tarde.
“Trataron de hacernos la vida lo más feliz posible, o al menos llevadera”, reconoció De La Paz.
Y tras un mes de espera. Fue eso, la espera, “la estancia” lo más difícil.
“Aunque en ocasiones se lamentaba, en realidad caminar le hacía bien, le permitía ejercitarse, ver a otra gente, ocupar el enorme tiempo que le caía encima”, recordó la voz de Tomás.
De la Paz dedica la publicación a quienes “compartieron la experiencia del éxodo del Mariel”, “a Pedro Damián Sanjustiz, que con su acción (tirar la verja de la Embajada de Perú en Cuba), le abrió el camino a la libertad a 125.000 cubanos” y “al propietario y tripulantes del barco camaronero Kraut & Kracker” que trajo abordo al autor de esta novela a tierras de libertad.
La publicación Al pie de las montañas, memorias del fuerte está disponible en Amazon.com o pidiéndolo directamente a la editorial por email [email protected]
Luis de la Paz es autor de varias publicaciones, entre las que destacan las colecciones de narraciones Salir de casa, Tiempo vencido y Un verano incesante.
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