jueves 10  de  octubre 2024
CINE

El aterrador "Desierto" de Jonás Cuarón

Con su filme Desierto, el cineasta mexicano recurre al terror para plasmar el drama que viven sus paisanos que se lanzan a cruzar la frontera
Diario las Américas | LUIS LEONEL LEÓN
Por LUIS LEONEL LEÓN

@luisleonelleon

El guionista y director mexicano Jonás Cuarón es hijo del realizador Alfonso Cuarón, ganador de dos premios Oscar al mejor director y mejor montaje por Gravity (2013), de la cual Jonás fue coguionista. Tres años después, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas ha apostado al joven cineasta y su thriller Desierto, para representar al país en la categoría de mejor película de habla no inglesa en la edición número 89 de los Oscar.

Desierto comienza con un grupo de migrantes mexicanos, entre los que se encuentra Moisés, interpretado por Gael García Bernal (Y tu mamá también, Diario de motocicletas), cuya meta y esperanza es cruzar la frontera para llegar a Estados Unidos. Pero en medio del desierto los espera Sam (Jeffrey Dean Morgan, Watchmen: Los vigilantes) quien transformará el sueño en una sangrienta y larga pesadilla.

Jonás Cuarón, quien escribió Desierto junto a Mateo García, compartió la producción con su padre, su tío Carlos Cuarón, Alex García y Charles Gillibert. Premiada por la Federación Internacional de Críticos de Cine en el Toronto International Film Festival, se estrenó recientemente en Estados Unidos. DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con su realizador.

“Yo quería hacer una película que hablara de la emigración, pero no sólo para un público acostumbrado a hablar del tema. Algo que me interesa mucho del género y que he admirado de los filmes de los ‘70, es cómo se logró hacer un cine político y subversivo, pero que llegó a mucha gente porque venía disfrazado de un género donde se pueden esconder estos temas. Muchas veces la gente no quiere ir al cine a ver hablar de política porque llevan todo un año lidiando con política. De ahí que en Desierto haya un monstruo y un héroe, y aunque mucha gente vaya a ver sólo la trama superficial, pues uno, como autor, ha plantado la semillita para abrir una discusión mayor”, dijo Jonás Cuarón, para quien las elecciones presidenciales 2016 en EE.UU. están muy a tono con Desierto, pues las considera un show de terror.

Nacido en México, llegó a EE.UU. en la adolescencia, hace más de 15 años, y una de las cosas que más dice admirar de este país es su diversidad cultural.

“Me impresionó la cultura, que cada vez crece más, en parte por esa diversidad que se une y crea una cultura más rica. Pero al tiempo, empecé a ver el otro lado de la moneda. El momento quizás más duro fue hace 10 años viajando por Arizona con mi hermano. Fuimos al Consulado de México en Tucson, que es la zona de mayor cruce migratorio, y allí escuchamos historias terribles de este fenómeno. Por esa época en Arizona comenzaron las leyes antimigratorias, y había una retórica muy fuerte de odio hacia el emigrante, entonces decidí que era importante escribir sobre esto. Y años más tarde encontré la manera de hacerlo, a través del cine de género”.

Aunque una parte de la crítica ha catalogado el filme como superficial, unilateral y unidimensional, según su director, una de sus pretensiones, por el contrario, fue hablar de la importancia del tema migratorio a través de una visión particular del terror.

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El cineasta mexicano Jonás Cuarón dirige una escena de
El cineasta mexicano Jonás Cuarón dirige una escena de "Desierto", protagonizada por Gael García Bernal.

Jonás Cuarón dice entender que “la gente no se está yendo de sus hogares por gusto. Hay cuestiones sociales, políticas, económicas y hasta climatológicas. Y es importante, como sociedad que somos, analizar las razones por las cuales esto sucede”. Pero prefirió “ver el fenómeno desde el otro lado de la frontera”:

“Cuando hay un éxodo, debe verse qué está haciendo el gobierno de ese país. En México, por ejemplo, ha decaído un poco el éxodo. Pero lo que a mí, desde el lado de Estados Unidos, se me hace que hay que empezar a ver, es que al criminalizar al emigrante, muchos de ellos están teniendo que tomar rutas que los ponen en contacto con criminales, traficantes de personas y de drogas. En ese sentido la emigración es un tema complicado y no podemos quedarnos callados. Y una de las soluciones es regularizarla, para evitar que la gente tenga que tomar estas peligrosas rutas ilegales”.

En todo el filme, Sam, el antihéroe, está acompañado de un temeroso perro.

“Para mí el perro siempre fue un personaje fundamental, a pesar de que varias personas, como mi papá y mi tío, me decían que lo quitara porque trabajar con animales es muy difícil, y siendo mi primera película podría complicarme todo. Me pasé dos años buscando al entrenador de perros adecuado, porque no hallaba el perro que hiciera todo lo que necesitaba. Y valió la pena encontrarlo pues tenía dos razones claves para dejarlo: primero es de lo más aterrador de la película, es como el tiburón de Spielberg, que siempre está presente, acechando a todos, y le da la mayor tensión a la película. Y luego, quería que Sam fuera un personaje humano, no un villano bidimensional. Y estando totalmente sólo en el desierto, el perro es su única conexión emocional”, expresó.

Sam se comporta como un celador atormentado, un psicópata que persigue a los migrantes con su rifle. Pero según su creador, Sam está en “una situación vulnerable”, que lo impulsa a cazarlos como animales.

“Habiendo yo viajado por EE.UU., sé que es particularmente el sector sumamente pobre el que está siendo bombardeado con el odio hacia el emigrante, y busca entender su situación actual, cómo en uno de los países más ricos, están viviendo en tal estado de pobreza. Para muchos políticos es fácil usar al emigrante como un chivo expiatorio, y creo que eso es mucho lo que está sucediendo, sobre todo en un país donde no hay control de armas, donde, tarde o temprano, se sienten llevados a halar el gatillo”.

La crítica opina:

“Un drama sobre la inmigración bien realizado y conceptualmente cuestionable (…) minuciosamente realizada pero simplista, ofrece una reducida visión de los inmigrantes y los asuntos fronterizos”, The Hollywood Reporter, EEUU.

“La película muestra un concepto fantásticamente sencillo que se marchita y muere bajo un innecesario sentimentalismo, un desarrollo de la trama cada vez más tedioso y un clímax que es cualquier cosa menos rápido y sin dolor”, IndieWire, EEUU.

“El director Jonás Cuarón tiene algo de la habilidad de su padre Alfonso para la tensión física, pero su segunda película está limitada por una monocromática moralidad”, The Guardian, Reino Unido.

“A pesar de las aparentes limitantes, Jonás y su guionista Mateo García, logran una película ágil, emocionante, cargada de suspenso y con una actuación soberbia de Gael García Bernal”, Excélsior, México.

“Una ficción sin mayores complejidades ni sutilezas, (…) para que una cinta de género alcance el nivel del mejor cine político, nunca están de más ni la complejidad moral y sicológica de los personajes ni tampoco la sobriedad artística del realizador”, La Jornada, México.

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