lunes 11  de  marzo 2024
ESCENA

El cuplé llega a Miami a través de la magia del "streaming"

"Fumando espero el penúltimo cuplé" llega al público de manera atípica desde los escenarios de la Casa del Ballet, en Miami, el domingo 15 de noviembre
Diario las Américas | WILMA HERNÁNDEZ
Por WILMA HERNÁNDEZ

MIAMI.- La española Eugenia Sancho quiso explorar la identidad del cuplé, género que ya la había cautivado y a su llegada a Miami, hace poco más de dos años, decidió adentrarse en su historia.

Y ahora su fascinación por el género, que en su época de auge conquistó al público español, queda plasmada en la pieza Fumando espero el penúltimo cuplé, escrita, dirigida e interpretada por Sancho, a quien acompañan en escena Letty Carmona, Noris Joffre y la pianista Evita Garrucho.

Presentada por Martí Productions, la puesta, que toma como telón de fondo los años 1900 en España, fue grabada en el Miami Hispanic Cultural Arts Center y se transmitirá el domingo 15 de noviembre, a las 4 pm, durante 48 horas, por el portal caroentertainment.com, donde ya se pueden obtener los boletos virtuales.

“El cuplé es un género que siempre me ha gustado y al que nunca me he dedicado, pero del cual he estado muy cerca familiar y profesionalmente. Y al llegar aquí me dije ¿por qué no hacer un pequeño homenaje? Tuve la oportunidad de hacer una micropieza en la que tenia que representar un cabaret y dije bueno pues que sea un cabaret español de los 1900, no hace falta que sea actual. Entonces hice como una retrospectiva y estuve investigando sobre el cuplé”, contó Eugenia Sancho a DIARIO LAS AMÉRICAS sobre cómo surgió la idea de la pieza mientras hacía microteatro en el Centro Cultural Español en Miami.

Para Sancho lo más fascinante que encontró indagando en la historia de este género es que, muy a lo contrario de la creencia popular, muestra a mujeres vanguardistas, fuertes e independientes en una época en la que la censura imperaba en España.

“Es un género que cuando te pones a investigarlo es muy interesante, es de esas cosas que cuando se escarban un poquito, nos fascinan. Una de las cosas que me llamó mucho la atención, como mujer moderna que soy, fue que de repente me encontré con estas figuras de cupletistas que, contra todos los pronósticos que uno tiene de esa imagen antigua de esa artista en un escenario cantando para hombres y uno piensa que es un entorno machista, y resulta que es todo lo contrario”, expuso.

“Esas mujeres eran muy modernas para su época, eran mujeres empresarias, muchas de ellas propietarias de teatros. el cuplé cogió tanta fuerza que les dio a ganar mucho dinero, las hizo girar por el mundo entero; artistas como Raquel Meller vinieron a EEUU con grandes giras. Eran mujeres independientes, de mucho dinero. Y para aquellos momentos eso era inimaginable. Cuando lo ideal era la mujer de su casa, el ángel del hogar, ellas eran como el ángel caído. Eran dueñas de su cuerpo y de sus decisiones. Era muy interesante como las cupletistas se enfrentaban a la vida, además eran creadoras; se juntaban con los compositores para decirles qué querían contar y cómo lo querían contar”, argumentó.

Pero también le intrigó la versatilidad del género y cómo sirvió para reflejar a la sociedad, además de servir como escenario donde se estrenaron otros ritmos.

“El cuplé era una crónica social de la época; iba contando situaciones, momentos, personajes actuales que iban haciendo como una parodia de las cosas. También tiene varios aspectos. Está el cuplé picaresco que es el más allegado con esos dobles sentido tan divertidos, que sin decir nada están provocando todo el tiempo, pero luego está el cuplé sentimental, el patriótico, el aflamencado”, detalló.

“Otra cosa que me llama mucho la atención es la cantidad de ritmos que abarca. Al ser un ritmo moderno y transgresor, estrenaba todos los ritmos nuevos que llegaban a la península. En la época del jazz llegó el foxtrot, luego estrenaron el Charlestone también en los escenarios del cuplé, a parte del paso doble, el tanguillo, la rumba, el vals. Y todo eso sucede en esa época de teatro express”, añadió.

Más de la historia

Sobre si el nombre de la pieza guarda relación con la trama de la película El último cuplé (1957), protagonizada por Sara Montiel, adelantó que la puesta, de unos 50 minutos de duración, interpretan la versión íntegra de la canción Fumando espero, que fue censurada en su época. Y recordó algo de esencia y la historia del cuplé.

“El cuplé nace en Francia y cuando llega a España adquiere su propia identidad, pero el cuplé es una pequeña obra de teatro con música, cada cuplé es una interpretación que cuenta una historia”, contó.

“El primer cuplé que se conoce en España fue La pulga, en 1893 o 95, luego tuvo su boom (auge) en el 1920, pero a partir de la Guerra Civil en España se prohíbe. Entonces empiezan a aparecer escondidos pequeños cuplés dentro de zarzuelas, hasta que luego en los años 50 o 60 ya se hacen películas. Y ahí conocemos El último cuplé, de Sara Montiel, donde canta Fumando espero, que es lo que nos ha llegado, que es la tercera generación de cuplé. Pero, en esos momentos, ya había mucha censura en España y muchas de las letras tenían que ser modificadas. En nuestro pieza pondremos la letra completa de Fumando espero”, relató.

La producción

Para remontarse a esa época del auge del cuplé en las noches madrileñas, Martí Productions concibió la escenografía en el Miami Hispanic Cultural Arts Center. Y las actrices se adentran en la piel de cuatro cupletistas que seducen un cabaret en el Madrid de la primera mitad del siglo XX, en una producción teatral atípica debido a las condiciones actuales.

“Nos encarnamos en tres cupletistas en un cabaret de la época y vamos interpretando las creaciones. Y, entre pieza y pieza, vamos contando a la cámara un poco la historia del cuplé, de las cupletistas, de forma breve, pero dando esas pinceladas para que sea un acercamiento a la historia”, adelantó.

“Hemos decidido grabarlo porque como no disponemos de un teatro grande y queremos que sea atractivo para el espectador que ve las cosas en pantallas y que está acostumbrado a una agilidad diferente. Escogimos la Casona porque nos da la época del 1900 y lo grabamos para justamente poderle dar la calidad necesaria para que sea interesante para el público y que tenga movimiento de imagen, que podamos hacer cambios y que sea atractivo para la pantalla. Es como una escena dentro de una película que sucede en un cabaret”.

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