jueves 21  de  marzo 2024
MÚSICA

La cubana Yamila Guerra lleva la música en la sangre

La cantante lanza su disco "Havana Nights", un recorrido por ritmos latinos y un homenaje a figuras de la música cubana como Celia Cruz
Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

MIAMI.- Yamila Guerra lleva la música en la sangre. Desde pequeña se subió a los escenarios junto a sus padres, el popular dúo Rosell y Cary. La artista, cuyo talento y entrega le han convertido en una embajadora del sabor y el ritmo de la isla, conversó con DIARIO LAS AMÉRICAS sobre su carrera y su nuevo álbum.

“A los seis años empecé a hacer fonomimia de las artistas cubanas más conocidas, y también de Raffaella Carrà”, contó Yamila, quien heredó de sus padres el amor por la música. “Ellos me incluyeron desde pequeña en su show, en presentaciones, en estadios, teatros, fiestas populares”.

Fue así como compartió escenario con figuras de la talla de Rosita Fornés, Reynaldo Miravalles, Enrique Arredondo, Farah María, entre otros. Luego estudió Ballet Clásico y Variedades Artísticas en escuelas de arte en Cuba, al tiempo que realizaba giras internacionales junto a sus padres y su hermano Yalil Guerra, un talentoso compositor y guitarrista, ganador del Latin Grammy en 2012.

A sus capacidades musicales se le suma la destreza ante las cámaras, como actriz y presentadora. Yamila tiene experiencia en la televisión en Cuba, en programas como Contacto y Para sentir amor. En España trabajó en Antena3, Televisión Española y Telecinco, entre otros. Y una vez en Estados Unidos, a donde llegó en el año 2000, incursionó en Univision, Telemundo y América TeVé, además de participar en series televisivas como Shameless y Criminal Minds.

También creó el programa Un café con Yamila, que se lanzó en 2007 y contaba con entrevistas a artistas.

Una cubana en Los Angeles

Como indicó la artista, a los dos años y medio de vivir en Miami “decidí salir porque quería seguir estudiando y Miami, en cuanto a la música, en aquellos momentos no nos brindaba muchos lugares para actuar”. Fue así como se afincó en Los Angeles, donde ha desarrollado su carrera y se mantiene fiel a la esencia musical de una isla de bailadores y mezclas culturales.

En los Angeles, dijo, “hemos tenido apoyo para las actuaciones, hay muchos más eventos populares, corporativos, también privados, hay muchas más oportunidades en cuanto a la música”.

“Y, como también soy actriz, comencé a estudiar actuación en inglés”, agregó Yamila, que antes había recibido cursos de actuación “en Cuba, después en España, con Juan Carlos Corazza; pero quería hacerlo en este idioma”.

Su inquietud por aprender no se detiene ahí. “Estudio voz y música en Berklee; también en Harvard estuve estudiando Negocios y Empresa; también en College of the Canyons”. Considera que un creador “tiene que estar preparado desde el punto de vista artístico, pero también desde el punto de vista empresarial, porque somos un producto al final del día, hay que saberse vender”.

Como acotó, “este es un país que te da las oportunidades de estudiar, y hay que aprovecharlas. Pienso que el que no estudia aquí es porque no quiere”.

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Havana Nights

Para Yamila la cubanía es música, alegría, buenas vibras, y eso es lo que muestra en su trabajo por todo el mundo. Defiende con orgullo el tumbao de un buen son, es zalamera en un chachachá y transmite la calidez del Caribe con su hermosa voz. Y qué mejor que juntar todas esas cadencias y texturas en un disco.

El álbum Havana Nights, bajo el sello RYCY Productions, cuenta con los arreglos y la producción musical de Yalil Guerra, quien ha trabajado con Celia Cruz, Eddie Santiago, Albita Rodríguez, entre otros, además de recibir numerosos reconocimientos por su obra.

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“El disco Havana Nights es un tema de fiesta que se utiliza mucho en EEUU”, recordó Yamila. “En California me contratan mucho para este tipo de eventos, trayendo la cultura cubana, la música, la alegría que caracteriza al cubano, el baile, muchísimos elementos que nos gusta compartir con el público en general”, añadió.

Integran el disco ocho temas, cuatro de ellos compuestos por Yalil y su padre Eugenio Guerra (Rosell), y los demás de la autoría de Jorge Luis Piloto, Sergio George y otros.

Cha Cha Blues combina estos dos ritmos y es un homenaje al danzón Almendra. En 1, 2, 3 Mambo el tributo va para Israel López Cachao y Dámaso Pérez Prado. El son montuno y el acordeón se mezclan en Estampas de mi barrio. En Guarapo se unen la trova santiaguera de Cuba con el sangueo de Cata y el golpe de Patanemo venezolanos. El peor de mis temores es una salsa romántica. La pollera colorá rinde homenaje al poeta colombiano José Asunción Silva.

Yamila, quien tuvo la oportunidad de conocer a Celia Cruz, celebra la cubanía y el brillo de esa artista universal con los dos últimos temas del disco: Ríe y llora, un tradicional chachachá, y La vida es un carnaval, que reúne pop, vetas de flamenco y música cubana.

Havana Nights refleja el amplio registro musical de la cantante, que no solo se interesa por explorar distintos sonidos y ritmos latinoamericanos, sino que intercambia con un “un público muy cosmopolita: americanos, latinos, persas, armenios, rusos, de todas las nacionalidades”. Además, destacó que quiso “aprovechar para traer ese optimismo que tiene el cubano y el latino en general”.

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Otra faceta

La creatividad de Yamila no tiene freno, y recientemente decidió probarse como directora de sus propios videos, que grabó en La Habana en febrero de este año, donde permaneció por unos 10 días.

“Estuve en Cuba antes del COVID-19, y grabé cuatro videos musicales... mi primera experiencia como directora. Aunque fue una odisea, porque tuve que coordinar muchas cosas”, declaró.

Yamila está “contenta con lo que se logró, con el equipo de profesionales que pude reunir, con lo que pude captar, junto a esta música maravillosa que me ha hecho mi hermano, tan creativa, expresiva”.

Mientras siguen en pie las restricciones por la pandemia, Yamila y su equipo continúan haciendo presentaciones pequeñas y ajustando detalles para varios proyectos que tienen entre manos.

“Me siento feliz, realizada de poder llevar al público esta cultura tan maravillosa, llena de alegría, de riqueza, en cuanto a la música, el baile, el arte. Me siento contenta de ser embajadora de la cultura cubana en EEUU”.

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