La Doctora Amor aconseja cómo salir de una relación tóxica

“Los problemas vividos en la infancia dejan heridas emocionales que en cierta medida determinan cómo será nuestra calidad de vida cuando seamos adultos. Además, estas experiencias pueden condicionar cómo afrontaremos las adversidades en el futuro y repercutirán en la calidad de nuestras relaciones humanas, especialmente en las amorosas”, declaró la autora a DIARIO LAS AMÉRICAS, para quien es muy difícil establecer relaciones amorosas sanas, sin preparación previa.

“En la actualidad, una de las principales causas de la estadística tan elevada de divorcios es la falta de preparación para el matrimonio. El curso prematrimonial no basta. La gente se casa en la etapa del deslumbramiento o fascinación, que es la primera etapa del enamoramiento, pero luego, cuando se van a vivir bajo el mismo techo, descubren la cruda realidad de los defectos de la otra persona, comienzan los roces producidos por la convivencia, y entran en la etapa de decepción o desengaño”, reflexionó.

“El paso más importante para alcanzar la salud emocional romántica es prepararse uno mismo para ser la persona correcta para nuestra futura pareja. Hay que sanar emocionalmente antes de ingresar a una nueva relación, y cerrar las heridas del alma provenientes de nuestra niñez para estar listos para una relación saludable y duradera”, aconsejó.

Sobre la publicación

Invitando a los lectores a analizar si son ellos mismos -de forma inconsciente- los causantes de la toxicidad en sus relaciones, el libro ‘Del amor tóxico al amor extraordinario’ comparte siete pasos para emprender un camino transformador y sanador.

“Si una persona se da cuenta que el tóxico/a es él o ella misma, lo primero que debe hacer es aplaudirse, porque sin tal reconocimiento no es posible avanzar en el camino de la sanidad emocional. Así que cuando alguien logra cierto grado de conciencia sobre su responsabilidad en tales fracasos amorosos, el segundo paso es llevar terapia individual”, aconsejó.

Enseñando al lector a reconocer las siete características de las personas tóxicas, a través de cuestionarios psicológicos que permiten el autodiagnóstico, y los seis tipos de relaciones tóxicas, con la finalidad de completar el autoanálisis, Cecilia Alegría se sumerge en un mundo espiritual que deriva en la presentación y análisis de las principales características del amor extraordinario, y comparte los siete pasos que -a su juicio- permitirán vivenciarlo.

“El amor erótico, el de pareja, suele ser mediocre porque está basado en el 50-50 donde casi nada funciona bien si no hay reciprocidad. El amor extraordinario es incondicional, sobrenatural, indestructible y eterno. Nunca termina y no tiene límites, es la revelación de lo trascendente en lo inmanente, de lo espiritual en lo material”, dijo.

“El extraordinario es el amor ágape [comida fraternal de carácter religioso] que no busca ni demanda nada para sí mismo, porque desea la felicidad y bienestar del objeto de su amor. No sabe nada de derechos y encuentra la propia felicidad dándose. Nunca se deja provocar por la amargura. Pasa por alto lo malo, para fijarse en lo bueno. Son pocas las personas que llegan a experimentarlo, porque para ello hay que renunciar al egoísmo”, añadió.

Finalmente, la publicación comparte recomendaciones de índole psicológica con enseñanzas espirituales procedentes de la Biblia, para creyentes de todas las denominaciones y personas espirituales que desean seguir creciendo en el desafío cotidiano del amor.

Cómo reconocer una relación tóxica

Las relaciones tóxicas son aquellas en las que ambas partes son propensas, por alguna razón, a hacerse daño emocionalmente hablando. Los signos que deben alertar sobre este tipo de relación son con frecuencia indirectos y subjetivos.

Si bien las peleas de poder son algo normal en cualquier relación, principalmente en los primeros años del matrimonio, las relaciones tóxicas están caracterizadas por la insistencia constante de uno de los dos, o de los dos, por tener el control.

Generalmente, una relación tóxica se establece entre dos tipos de personas: una persona manipuladora (dominante-narcisista), y una persona susceptible a la culpabilidad, sensible y vulnerable, que sufre de dependencia afectiva, y que usualmente está volcada a los demás. Cuando dos personas con estas características se encuentran, se produce una especie de red dañina en la que quedan atrapados y de la que es muy difícil salir.