lunes 28  de  octubre 2024
RESEÑA

"Las lloronas": lo inevitable de la vida en tono de comedia

Dos destacadas protagonistas femeninas jóvenes marcan el paso, Laura Alemán y Catherine Núñez, ambas proyectan sus personajes con energía en "Las Lloronas"
Por LUIS DE LA PAZ

MIAMI.- La historia de una familia cubana dedicada desde las primeras décadas del siglo XX al negocio funerario, primero en la isla, donde le fue confiscado y luego en el exilio (donde aún continúa brindando sus servicios), es el tema de Las lloronas, obra de Miguel Maspons, dirigida por el venezolano Jorge Pardo, con la producción general del también venezolano Miguel Ferro, en cartelera en el Westchester Cultural Arts Center, las nuevas instalaciones inauguradas en el Tropical Park.

El texto se desarrolla en dos planos fundamentales (como el propio negocio que regentan), la vida y la muerte, a través de Aca, la matriarca de la familia, que guía los pasos mediante su constante recuerdo (e interacción, rompiendo los planos). Hay un tercer nivel para conectar y dramatizar el ritmo de la pieza, que gira alrededor de ciertas actividades ilegales, algunas sugeridas, pero no esclarecidas, como la entrega de “mercancías”. Todo ello se imbrica en un espectáculo, que, vale señalarlo, comienza mucho antes, mientras el público espera a que abran las puertas de la sala.

En general la narrativa de Las lloronas es en tono de comedia, algo que resulta un acierto. Con una escenografía en tres espacios (izquierda la cocina de la casa, centro la funeraria y derecha un dormitorio), el público sigue la historia que le presentan. Primero Aca, magníficamente interpretada por la Zully Montero, marcando el ritmo de la historia familiar y luego los episodios que tejen la estructura de la obra.

Algo que contribuye a imprimirle nivel a la propuesta son los abundantes recursos de que dispone la producción, lo que permite, entre otras cosas, rodearse de un grupo de actores de primera, como la ya mencionada Zully Montero, los hermanos Lili y Mauricio Rentería y Armando Tomey, sin menospreciar a otros más jóvenes, pero no por ello menos talentosos, como Héctor Medina, Boris Alexis Roa, Fabián Brando y Jorge Melo.

Dos destacadas protagonistas femeninas jóvenes marcan el paso, Laura Alemán y Catherine Núñez, ambas proyectan sus personajes con energía, quizás logrando Alemán ser más convincente en su desempeño. Talento hay en las dos.

El grupo de actrices que integran a las lloronas, que salvo la escena donde Marta (Lili Rentería) las instruye en cómo convertirse en “estrellas del llanto” en una escena deliciosa, las plañideras no intervienen en el resto de la obra, más bien asumen roles que aseguran la secuencia de la puesta.

Contar el desarrollo de los eventos que ocurren en casi dos horas ininterrumpidas, sería adelantar sorpresas, en particular lo relacionado con las actividades ilegales. Lo que sí queda claro, es que Las lloronas, hará la complacencia del gran público, sobre todo, del que no es habitual en las salas de teatro.

La escenografía de Pedro Balmaseda y Jorge Noa, la musicalización de Luis Núñez y el dominio de Simón Ferro al frente de un espectáculo atractivo y dinámico, junto a la dirección de Jorge Pardo, tienen garantizado el éxito. Aun así, las luces no siempre estuvieron a punto y el uso de micrófonos en cada uno de los actores no alcanzó su objetivo, pues en ocasiones quedaban mudos o se interrumpía la transmisión. La labor del actor es también proyectar, y en una sala como la de Westchester, es fácil alcanzar la última fila, por lo que el uso de micrófonos, entorpece (y daña) la magia del teatro.

Las lloronas se presenta en el Westchester Cultural Arts Center, 7930 SW 40 Street, con funciones de jueves a sábado, a las 8 pm, y domingos a las 6 de la tarde. Más información en la página www.laslloronasplay.com.

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