MOSCÚ, RUSIA.- Feminista, defensora de minorías y homosexuales y famosa en Instagram: Manija, la representante rusa en Eurovisión con un himno al despertar de la mujer, convoca a un amplio público comprometido con sus causas y desafía al conservadurismo.
La joven de 29 años fue designada sorpresivamente el 8 de marzo por los telespectadores de la cadena estatal Pervyi Kanal para representar a Rusia en el concurso musical europeo previsto en mayo en Holanda.
El texto de su canción "Mujer rusa" esta lejos de los valores transmitidos habitualmente por las televisiones estatales en la federación rusa, a igual que también lo está el recorrido militante de esta refugiada, originaria de Tayikistán, una ex república soviética de mayoría musulmana.
El voto por Manija "declara la guerra a la xenofobia y a la misoginia rusas", sostuvo el diario independiente Novaya Gazeta.
"¿Tienes 30 años y aún no hay niños? (...) Eres hermosa pero demasiado gorda", en su traje rojo, Manija canta en rap estas palabras denunciando los estereotipos que sufren las mujeres.
Mezclando hip hop y motivos folclóricos rusos, la canción "apunta a los prejuicios de los que yo misma era objeto", explica esta morena risueña a la AFP, en un estudio de grabación en Moscú.
No hace falta mucho más para suscitar la ira de los paternalistas rusos, que deploran la notoriedad que logró Manija en las redes sociales, donde la juventud encuentra la libertad de expresión que falta en los medios tradicionales.
Una asociación de mujeres de confesión ortodoxa le reprocha "insultar y humillar groseramente a las mujeres rusas" e incitar al "odio hacia los hombres, que socava los fundamentos de la familia tradicional".
- Reflejo poco halagador -
"Puse el dedo en una herida con esta canción", constata Manija, cuyo título cuenta en YouTube con 5,3 millones de visitas. "En el escenario, les mostré un reflejo que no les gusta", resume, un poco amargada.
No es la primera vez que Manija, que reivindica un millón de "seguidores" en línea, se atrae la ira de los conservadores, ya que pone al servicio de su activismo la notoriedad que construyó desde 2013 exclusivamente en línea, después de una expatriación musical fallida en Londres.
En 2019, Manija lanza una aplicación que pone en contacto centros de asistencia con víctimas de violencia doméstica, una lacra que, hasta ahora, Rusia se abstiene de combatir.
Ese mismo año, escandaliza a muchos por participar en un video en defensa de los derechos LGBTQ. Una toma de posición que le cuesta 10.000 suscriptores en Instagram.
Siempre acompañada de su madre -su "gurú" responsable de su vestuario, a quien ella habla de Usted- Manija Sanguine ("piedra tierna") posee una historia singular.
Tras nacer, en Tayikistán, en 1991, pasa ocho días en coma. Luego su casa es destruida por un proyectil durante la guerra civil que desgarró su país tras la caída de la URSS. A partir de 1994, vive con su familia el difícil día a día de los refugiados clandestinos en Moscú, en pleno caos económico postsoviético.
Recuerda que un "olor de miedo" domina su infancia de inmigrante. Una experiencia que la lleva en diciembre a convertirse en embajadora de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Rusia, y a recaudar dinero para comprar mochilas a estudiantes de familias de inmigrantes en Moscú.
Manija afirma tener "una empatía innata", sobre todo por los refugiados que, según ella, viven en "esclavitud legalizada" en todo el mundo.
Licenciada en psicología a los 20 años, sueña con una carrera musical desde los 7 y reivindica su identidad rusa, su país de acogida. "Pienso en ruso, digo te quiero en ruso, quiero vivir en Rusia, y quiero lo mismo para mis futuros hijos", afirma.
FUENTE: AFP