MIAMI.- No se podría escribir la historia de la música cubana sin incluir la voz de Olga Guillot, quien hoy cumpliría 100 años.
MIAMI.- No se podría escribir la historia de la música cubana sin incluir la voz de Olga Guillot, quien hoy cumpliría 100 años.
Este 9 de octubre conmemoramos el centenario del nacimiento en Santiago de Cuba de la icónica artista que fuera considerada entre las mejores boleristas que Hispanoamérica ha dado al mundo.
Su inigualable voz y fuerza interpretativa le valieron ser conocida como la Reina del Bolero, género al que se entregó después de haber conocido otros.
Guillot, quien estudió canto en el Conservatorio de La Habana, donde vivió desde su época de adolescente hasta que abandonó la isla, dio sus primeros pasos en la música cantando tangos por influencia de Libertad Lamarque y Mercedes Simone, a quienes admiraba. Pero antes cantaba en la radio y amenizaba fiestas.
Hija de madre mulata y de padre de origen catalán, la artista también se formó en las disciplinas del drama y el baile.
Luego, en la década de los años 40 integró el cuarteto Siboney como vocalista. Y fue así cómo inició su recorrido artístico en los teatros más relevantes de Cuba y en cabarés habaneros, entre ellos el emblemático Tropicana.
A finales de los años 40 viajó a México, donde popularizó el bolero Tú me acostumbraste y filmó su primera película Venus de fuego. Después emprendió una gira que la llevó por Argentina, Chile, Perú, Brasil y Colombia.
Actúo en unas 16 películas y condujo su programa de televisión, El show de Olga Guillot.
Después de internacionalizar su carrera con varias giras a inició de la década del 50, obtuvo varios reconocimientos de la crítica de radio y televisión en Cuba, entre ellos el premio a la mejor voz femenina del país.
Pero con la llegada del régimen castrista, Guillot decidió abandonar la isla. En 1961 llegó con su única hija, Olga María, a Caracas, donde radicó seis meses en espera de poder residir en EEUU.
Antes de asentarse en Miami, vivió casi tres décadas en México, donde interpretó boleros de Armando Manzanero, Luis Demetrio y Lolita de la Colina. La cantante consideraba el país azteca como su segunda patria.
La Academia de Artes de Hollywood le otorgó la Palma de Oro, premió que la catapultó como la mejor bolerista latinoamericana. Poco después debutó en el mítico Carnegie Hall de Nueva York y en el teatro Paramount de Broadway.
Entre las canciones que Guillot hizo suyas con su peculiar voz destacan Miénteme, La gloria eres tú, Cuando estoy contigo, Soy tuya, Adoro, La noche de anoche, Sabor a mí, Alma mía o Lágrimas negras.
A lo largo de su nutrida carrera artística de casi siete décadas, Guillot obtuvo 10 Discos de Oro, dos de Platino y uno de Diamante. También fue merecedora del Latin Grammy a la trayectoria, en 2007.
Cantó junto a figuras de la talla de Frank Sinatra, Édith Piaf y Nat King Cole. Y hasta poco antes del fin de sus días continuó actuando en los escenarios de España, México, Nueva York y el sur de Florida, donde falleció en Miami Beach a los 87 años el 12 de julio de 2010.
La obra de Olga Guillot tuvo la misma suerte en Cuba que la de Celia Cruz y otros tantos artistas que no comulgaron con la dictadura que impera en la Mayor de las Antillas hace más de medio siglo. Fue censurada en un intento de borrarla de la historia de la música cubana. Pero el legado musical de Guillot como el de otros artistas siempre se ha impuesto.
“En Cuba silenciaron mis boleros, quemaron mis programas de radio y televisión, como si yo no hubiera existido nunca. Me duele mucho. Fidel me quitó mi casa y mi carrera de 18 años. Me llevaron detenida tres veces y cuando mi hija tenía 18 meses me dijeron: "Como sigas hablando mal de la revolución, no la ves más”, contó Olga Guillot en una entrevista en 2008.
FUENTE: REDACCIÓN