PARÍS.- Una exposición en París muestra parte de la obra que pudo conservarse del francés Georges de La Tour (1593-1652), maestro del claroscuro y que pintó como pocos los rostros iluminados a la luz de la vela.
Se trata de la mayor exposición dedicada al artista en Francia desde 1997
PARÍS.- Una exposición en París muestra parte de la obra que pudo conservarse del francés Georges de La Tour (1593-1652), maestro del claroscuro y que pintó como pocos los rostros iluminados a la luz de la vela.
La muestra, que se podrá ver a partir del jueves en el museo Jacquemart-André, reúne 23 obras del casi medio centenar que se conservan en el mundo.
Se trata de la mayor exposición dedicada al artista en Francia desde 1997, según Pierre Curie, comisario de la exposición junto a Gail Feigenbaum.
De su notable producción sólo se conserva aproximadamente "un tercio" de sus lienzos, ya que muchos desaparecieron en el incendio de su taller y su casa en Lunéville, en el este de Francia, durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), según Curie.
La exposición también incluye obras del taller del pintor o inspiradas en él, así como cuadros de sus contemporáneos.
La muestra pone de relieve el estilo incomparable de este artista olvidado durante varios siglos, y redescubierto en el siglo XX.
Escenas de maternidad, santos en plena oración, mendigos comiendo o músicos ciegos... Georges de La Tour destaca por representar, a tamaño natural, "una naturaleza humana despojada de lo patético y lo poético", "un mundo de pobreza y miseria (pintado) con empatía, pero conservando cierta neutralidad", señala el comisario.
Entre las obras maestras que se exponen hasta el 25 de enero figuran "El recién nacido", "Las lágrimas de San Pedro", "Magdalena penitente" o "La mujer con la pulga".
Una pintura de sus primeros años, titulada "El pago del dinero", una escena costumbrista nocturna como las que pintó a lo largo de su carrera, procede de la Galería Nacional de Arte de Leópolis, en Ucrania.
Nacido en Vic-sur-Seille, en el ducado independiente de Lorena, en el este de Francia, Georges de La Tour cosechó éxito desde sus inicios, a los 27 años, trabajando para prestigiosos mecenas y coleccionistas como los duques de Lorena o el cardenal Richelieu.
Se acercó a París y al poder tras el incendio de Lunéville y obsequió al rey Luis XIII con un cuadro nocturno que representaba a San Sebastián (hoy desaparecido). Al monarca le gustó tanto que mandó retirar los otros lienzos de su habitación para conservar sólo esta obra.
No fue hasta la década de 1910 y el periodo de entreguerras que los historiadores de artes redescubrieron su obra.
FUENTE: AFP