Para el intérprete, la vida sin una dosis de romance no tiene mucho sentido, algo que considera parte de la naturaleza humana e incluso animal, a pesar de que los tiempos actuales se alejen un poco de la realidad de aquella época en la que surgieron sus primeras y tan recordadas letras.
“El romanticismo siempre existirá, siempre habrá ese enamoramiento entre seres humanos. Cada época tiene su momento, por ejemplo, la tecnología ayuda a que muchas cosas parecieran que se están terminando, pero no terminan, se transforman”, expresó.
“Soy muy pasional, me gusta ese juego del romanticismo, porque ese es el toque que da color a la vida. De lo contrario, ¿cómo sería? Se viviría solo para construir edificios y acumular plata. Todos los que construyen algo quieren tener poder, pero al final es por amor a algo. No es que el romanticismo esté acabado, sino que se está transformando en piedra”, añadió.
Aunque más de cuatro décadas no han logrado desdibujar su esencia artística, al compositor le gustaría rescatar algo muy preciado de sus inicios en la industria de la música.
“Quisiera regresar a mi inocencia, porque me di cuenta de que cuando uno es inocente, ve la vida de otra manera. Pero cuando te das cuenta de cómo es el mercado, y de que no se trata del arte, sino que eres un negocio, eres uno más, y que tratan de ver cómo te pueden exprimir para sacarte el juguito. Y cuando tienes tu momento malo piensan en ponerte flores en la tumba y luego sales de la tumba y wow!, es un milagro”, declaró el venezolano que hace mucho tiempo radica en Los Angeles.
Durante más de 40 años de carrera, sus composiciones se han nutrido de pasajes vividos, aunque algunos fueron tomados de su imaginación o experiencias ajenas.
“Me he inspirado en mi vida personal y uno que otro episodio que he escuchado. Me gusta oír cuentos y materializarlos en letras, pero casi todas son vivencias propias, claro que hay alguna de fantasía, pero la mayoría expone realidades que me pasaron”, indicó.
Aunque La Scala no reveló detalles de su próxima producción discográfica, la cual aún no ha sido titulada, su mánager sí adelantó que la balada será el alma del álbum, como habría de esperarse. Además, el disco incluye un tema que el venezolano dedicó al público que le ha sido fiel a través de los años. Se trata de Yo triunfaré, canción con la que abrió su concierto en octubre en Miami, ocasión que aprovechó para devolver el cariño que siempre ha recibido de ese mismo pueblo.
“Está dedicado a los balseros, a todos esos cubanos que tuvieron que dejar Cuba, es una canción especial que presento con video y todo. Es un poco triste, pero es mi ofrenda para los cubanos”, manifestó el artista, que regresará a la Capital del Sol con un recital especial que ofrecerá por el próximo Día de las Madres en el teatro Manuel Artime.
Para quien posee tal sensibilidad artística como es el caso de Rudy La Scala, resulta difícil ignorar lo que acontece en el terruño que un día hizo suyo, un suelo que, según describió, tiene una peculiaridad muy interesante: siempre resurge a pesar de las dificultades.
“Venezuela va a ser la meca del mundo en un futuro muy cercano”, vaticinó. “Es como la tierra, que de por sí es una entidad viva. Puedes ver a Venezuela por el piso, pero siempre renace”.
Pero su optimismo no le impide ver la realidad, que considera incluso peor que la que se vive en Cuba.
“Es triste, en Venezuela la delincuencia está como en las películas de RoboCop y la tercera de Batman, donde la anarquía manda. Venezuela es como una bellísima mujer adicta a la heroína”, manifestó.
Una situación que también toca al mundo del arte, o al menos, los artistas no deberían ser inmunes al dolor colectivo. Según indicó, deberían manifestarse en contra y no prestarse para hacerle el juego al régimen.
“Son valientes los artistas que se han quedado allá, algunos vendidos. Y entonces hablan de ideología, pero yo digo que no hay que confundir esa política que antes existía allá, aquí estamos hablando de criminales”, explicó.
“Yo como artista sé, como saben muchos, que agarraron a este muchacho, el violinista (Wuilly Arteaga) y le rompieron la boca. Y también se sabe de toda la gente que está torturada. Así que, perdóname, pero cuando aportas tu arte para favorecer a un Gobierno criminal, eres tan culpable de cada muerte de jóvenes, porque estás ayudando a que eso permanezca”, añadió.
Karina, quien también formara parte de la época dorada de la música en el país sudamericano, ha sido de las figuras que han protestado en las calles contra la dictadura.
La cantante, cuyas grabaciones La Scala ha producido, publicó un álbum con las canciones del compositor versionadas a la ranchera. Sobre este trabajo el artista comentó: “Me encanta. El caso de Karina es atípico, porque a través de mi carrera he sido productor de otros artistas y ella es la más exitosa de ellos”, dijo.
Según reveló, Tequila y Rosas surgió luego de que Karina le pidiera un tema.
“Ella me decía: ‘Rudy, cuándo me das otro tema, y yo le decía ‘Mira, Karina, lo que pasa es que ya no es la canción, sino el sistema, cómo la vamos a promocionar. Que ganas tengo yo de darte un tema, pero para qué sirve, hoy en día los medios cambiaron’”, recordó.
“Entonces, como no le daba ninguno, agarró los míos. Y estuvo bien, a mí me encantó. Es siempre bonito escuchar un tema versionado. Para mí es una honra cuando alguien quiere cantar un tema mío”, agregó.
El compositor nacido en Italia dijo considerarse un creativo que sueña con el séptimo arte.
“Todo lo que tenga que ver con creatividad para mí es vida, componer o crear un episodio de efectos especiales. Estoy tratando de abrir las puertas en el mundo del cine”.
Sobre su perspectiva de la fama, afirmó que no se siente famoso sino reconocido y explicó la diferencia.
“Tengo amigos que dicen que sigo siendo famoso. Yo digo que no, que soy reconocido. Famoso es cuando estas en el tope, que hablan de ti. Y reconocido es otra cosa, es eso de ‘ah, míralo, ese fue el que pegó la canción esa, como ha cambiado’”, expuso.
“En Colombia, llegué con Ángela Carrasco, íbamos a firmar libros en un centro comercial y cuando llegó la encargada de recibir los artistas, preguntó donde estaba Rudy La Scala, porque ella esperaba otra cosa”, contó el músico, que en enero cumple 64 años.
“Yo me fui. No estaba molesto, había que darle la razón a la muchacha que esperaba otra cosa. Pero creo que amar, respetar y seguir a un artista es igualito que a una pareja: hay que aceptarla”, puntualizó La Scala, quien aunque dijo que pretende perder unos kilitos extra, se confesó amante del buen comer y pidió al público que lo ame tal como es.