Quien visite España durante la Semana Santa, encontrará en Jumilla una impresionante jornada cultural y religiosa que suma más de 600 años de historia.
Esta atractiva ciudad, ubicada en la Región de Murcia, está coronada por el Castillo de Jumilla, que descansa sobre un gran cerro y vigila ansioso la comarca murciana con sus 26.000 habitantes.
Y mientras tanto, abajo, donde las calles intrincadas anuncian el paso de los siglos, entre iglesias, palacetes y casonas de antaño, el olor a incienso y las velas anuncian el paso de los nazarenos.
Allá van las flores, los bordados y la majestuosidad de las tallas que anuncian la presencia de la Virgen, el Nazareno y el Cristo Crucificado por la calles de la ciudad, al compás del sonido de los tambores y las trompetas, en la que se perciben las influencias castellanas.
Las calles se tornan museos, donde creyentes y los que no lo son disfrutan la magnífica imaginería, ideada por maestros de la talla, que suman desde el arte barroco hasta nuestros días; siempre engalanadas con vistosos arreglos florales, ricos bordados y orfebrería. El arte, en cualquier forma o expresión, está presente en cada uno de los motivos y elementos exhibidos en los cortejos, incluso en detalles casi imperceptibles al ojo humano.
Todos los días, además de los cortejos procesionales, se puede disfrutar de otros acontecimientos originados en torno a la liturgia religiosa y las tradiciones populares con siglos de arraigo, como son la escenificación al aire libre del drama sacro El prendimiento de Jesús, la Procesión de la Burrica y la Tamborrada de Resurreción, así como los rituales de La danza del Caracol y los despertares de los Armaos de Jumilla, entre otros.
Gastronomía
Además, Jumilla cuenta con denominación de origen propia para el buen vino que allí se produce.
De hecho, el entorno geográfico de la zona hacen a estas tierras ideales para el cultivo de la uva monastrell, a partir de la cual se obtienen tintos de color rubí intenso o tonos violetas con abundantes aromas frutales, con una graduación media de entre 12 y 14 grados, habiéndoles reducido la oxidación para lograr unos buenos vinos jóvenes, crianzas o reservas.
También están las variedades garnacha, garnacha tintorera y cencibel, que son utilizadas para fabricar rosados, así como color rojo cereza, con aromas frutales muy vivos.
Por otra parte, la cocina jumillana es también uno de los grandes atractivos de la zona, influenciada por la gastronomía manchega, alicantina y murciana, fruto de las diversas culturas que han pasado por Jumilla a lo largo de su historia.
De esta manera, surgen los platos tradicionales, como gazpachos jumillanos, que es un cocido con variedad de carnes de caza, como la liebre, la perdiz y el conejo, así como caracoles serranos.
Además, en Jumilla los aceites y los quesos de cabra también cuentan con la clasificación denominación de origen, abundan las tapas y la repostería es muy apreciada.
Cómo llegar
Previa escala en Madrid, puede llegar a Jumilla en tren o autobús desde la capital española o desde otras muchas ciudades de la península ibérica, como Murcia, Barcelona o Sevilla.
Si porta pasaporte estadounidense no necesita visa o permiso de entrada. Cualquier otra nacionalidad del documento de viaje debe consultar el consulado del país europeo.
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