MIAMI.- Sergio Sendel volvió a adentrarse en la piel de un villano. Esta vez el actor mexicano encarna al personaje antagónico en la nueva serie, El Conde: Amor y Honor, que Telemundo transmite de lunes a viernes en el espacio de las 10 pm.
El actor mexicano Sergio Sendel, conocido por sus múltiples villanos en la pantalla chica, revela por qué prefiere interpretar roles antagónicos
MIAMI.- Sergio Sendel volvió a adentrarse en la piel de un villano. Esta vez el actor mexicano encarna al personaje antagónico en la nueva serie, El Conde: Amor y Honor, que Telemundo transmite de lunes a viernes en el espacio de las 10 pm.
En esta adaptación de la novela de Alexandre Dumas, El Conde de Montecristo, Sendel interpreta a Gerardo Villareal, enemigo a muerte del personaje protagónico que encarna Fernando Colunga.
Filmada en México, la serie narra la historia de Alejandro Gaitán, un atractivo capataz que se transforma en un hombre con sed de venganza. Su destino cambia cuando se enamora de Mariana Zambrano (Ana Brenda Contreras) y es sentenciado por un crimen que no cometió. Veinte años después, logra escapar de prisión y regresa como el conde de Montenegro.
Completan el elenco estelar Chantal Andere y Marjorie de Sousa.
“Mi personaje es un tipo que reúne características no muy recomendables que digamos, es un mafioso. Un político que todo lo ha hecho por el lado no correcto, tanto en el amor como en la cuestión familiar”, dijo Sergio Sendel en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
Conocido por sus múltiples personajes antagónicos a lo largo de casi cuatro décadas de trayectoria, Sendel asegura que es mucho más divertido interpretar al malo de la historia.
“Creo que es mucho más entretenido ser un villano que un protagonista, porque tiene muchos más recursos. Claro, tiene que ser un tipo talentoso. No es que yo lo sea, suena presuntuoso que lo diga. Pero sí me considero un tipo con recursos y trato siempre de sacar el mayor de los provechos”, expuso.
“El protagónico es lo mismo, desde cómo se viste hasta cómo habla. El villano tiene más tarea escénica, mucha más tarea emocional. Y también tiene que resolver las cosas con muchos más recursos que el protagonista, desde mi punto de vista. He tenido una carrera llena de proyectos y de muchos he sido la figura antagónica. Ya tengo 37 años de carrera y estoy muy contento de mi trabajo, de mi oficio, de esta caminada dentro de este ruido del espectáculo”.
A la pregunta de por qué suele repetir el rol de villano, contestó:
“Yo creo que tiene que ver con mi temperamento, por una cuestión también física, mi personalidad, mi voz. Creo que encajo en el estereotipo de los villanos que se necesitan para ciertos proyectos. Estoy muy contento porque es un trabajo difícil hacer el personaje del villano. Yo que también he hecho protagonistas, dos nada más, puedo hacer la comparación perfecta entre el protagonista y el antagonista”.
Asimismo, se considera un profesional que va al set de grabación a trabajar y no a socializar.
“No soy el rey de las relaciones públicas, porque nada más me dedico a trabajar, no a hacer amigos en el medio. Entonces la gente me llama porque me necesita y bueno, de repente, hay por ahí algunas opiniones sobre mi carácter. Pero yo voy a trabajar y do el mejor de los resultados. Siempre tengo la oportunidad de estar en proyectos de primer lugar. Y me deja muy satisfecho que la gente me llame porque me necesita, más allá de que si soy o no el tierno de la historia”, contó.
“Me siento muy bien como profesionista. Doy todo lo que tengo, soy muy puntual. Estudio siempre y hago las cosas como deben hacerse: con mucho respeto. Y en el área familiar, soy un padre comprometido, responsable, amoroso y amado por mis hijos”.
Sobre cuál ha sido el villano que más lo ha retado como actor, comentó que todos han sido complejos de interpretar.
“Todos tienen su complejidad, porque a pesar de llevar muchos años haciendo antagonistas, uno va aprendiendo más recursos, porque el oficio da mucho aprendizaje. Pero siempre hay características distintas. Definitivamente lo que hacemos los actores es interpretar y tratar de encontrarles siempre un lado distinto a los personajes para que marquen. Y creo que mi labor ha sido reconocida de manera positiva”, expresó.
Sendel reveló que desea tomar la actuación con más calma después de tantos años llevando un intenso ritmo de trabajo.
“Yo estoy interesado en cerrar mi ciclo como actor. Si se presenta la oportunidad de hacer un protagonista, lo hago. Y si se da la oportunidad de hacer un antagonista, también lo hago. No tengo bronca, tengo capacidad para hacer los dos”, dijo.
“Ya son algunos años trabajando intensamente y, de repente, no es que sea un hecho, pero vamos a tomar las cosas con más calma. Ya no trabajo como antes que trabajaba mucho en teatro y tele. Y era muy agotador. Pero bueno, ahora ya con un poquito más de madurez, van cuajando muchas cosas en el camino. Entonces estudio con más tranquilidad las decisiones. He tomado algunas pausas de mucho tiempo y he viajado. Me gusta viajar y trabajar también, pero ya con menos intensidad”.
Aseguró que actuar requiere un esfuerzo físico y emocional que suele ser agotador.
“Agota mental, emocional y físicamente. Yo creo que la gente tiene muy poca idea de la labor tan intensa, cansada y agobiante que es un proyecto de televisión. Es en el camerino, todo lo previo, el ejercicio que es el estudio, todo lo que rodea. No llegas al set y se dan las cosas de manera espontánea. Todo tiene un esfuerzo antes de llegar y presentarte ante el otro actor o el director. La historia lleva muchas aristas”.
“Nunca me he llevado el personaje a ningún lado. Yo acabo de trabajar y llego a mi casa con menos personaje. Y, además, llego tan cansado que no me dedico a otra cosa que no sea dormir”.