MIAMI.- Asiel Babastro y Lexter Savio dejaron atrás su tierra de nacimiento con edad suficiente para saber de dónde vienen, pero también, para haber acumulado memorias en las que no debieran encontrar razones para extrañar ese suelo donde cada vez son menos las alegrías y los motivos que hagan sentir la necesidad de volver.
Sin embargo, artista plástico y realizador audiovisual uno, así como físico matemático con una necesidad desbordada de hacer arte, el otro, Babastro y Savio decidieron unir sus espíritus creativos, sus nostalgias y sus rebeldías y se volcaron en un proyecto que dio como resultado un compendio intitulado Te Seguimos Buscando.
Qué es lo que buscan o tratan de rescatar Babastro y Savio, inspirados en la memoria de Reynaldo Arenas; no por gusto eligieron el día de conmemorar la muerte de connotado escritor y poeta para esta presentación: sonrisas apagadas, esperanzas frustradas, suelo patrio vejado, vidas coartadas…, todo volcado en una lírica que magistralmente interpreta la actriz Beatriz Valdés.
Por qué un compendio, porque poesía, declamación, fotografía, juego de luces y actuación se unen en un llamado desgarrador a poner la atención sobre la tragedia que ha ido desdibujando Cuba.
Con esta entrega, Babastro confirma que su tránsito del mundo del videoclip hacia el arte contemporáneo no es un accidente ni una diversificación oportunista, se trata de la evolución natural de un creador que utiliza la imagen como un territorio político, emocional y espiritual.
La exposición, construida a partir de fragmentos detenidos de un video-arte del propio artista, funciona como un retablo de la memoria colectiva cubana y, al mismo tiempo, como un inventario de búsquedas personales, de momentos tristes, como lo expresó el artista durante la presentación ofrecida el domingo 7 de diciembre es un espacio íntimo donde amigos, familiares y una representación de la comunidad de artistas e intelectuales cubanos exiliados acudieron a presenciar el performance.
Las 24 piezas que componen la muestra —imágenes extraídas directamente del flujo del video— actúan como fotogramas huérfanos: instantes que perdieron su contexto, pero no su potencia. Babastro los rescata justo en el umbral donde el movimiento se convierte en silencio, revelando la poesía peculiar que existe en lo que no alcanza a convertirse en acción. El resultado es una colección visual donde la quietud adquiere una dimensión política. En este contexto, lo quieto no significa inamovilidad; es, sin embargo, lo que insiste en quedarse, a pesar del dolor y de todo.
La propuesta sobresale por su coherencia estética. El ojo de Babastro, entrenado en el rigor del cine, compone escenas que parecen a la vez litúrgicas y callejeras. En ellas conviven símbolos religiosos, rostros racializados, gestos detenidos, cuerpos que miran hacia un punto ciego. Nada es explícito, pero sí reconocible. Es una poética del gesto y de la insinuación, donde cada imagen invita —o exige— una lectura profunda.
La presentación de Te seguimos buscando se tornó un momento impecable, casi ceremonial, en que la presentación de los reclamos y exigencias son hechos con igualdad de suavidad y crudeza: la identidad fracturada, la fe como refugio, la raza como herida histórica, la ausencia como eje de una nación dispersa. Babastro se mueve en una frontera delicada: la de convertir el dolor en estética sin convertirlo en espectáculo. En ese conjunto que conforman música, poesía, imágenes, claros y oscuros, lo consigue.
Te Seguimos Buscando destaca como un paso firme hacia una obra madura y reflexiva. Es un proyecto donde el artista deja ver su preocupación por la memoria —no la memoria heroica, sino la que tropieza, la que se repite, la que se escapa—. Y lo hace sin renunciar a su sello visual: un estilo reconocible, casi místico, que ha definido su carrera y que aquí encuentra un terreno más íntimo y expansivo.
La exposición no ofrece respuestas; ofrece presencias. Y en tiempos donde el ruido suele imponerse sobre la reflexión, Babastro apuesta por la pausa, por la imagen detenida que obliga a mirar dos veces. Te Seguimos Buscando es, en esencia, un ejercicio de búsqueda que interpela tanto al artista como al espectador: ¿qué estamos intentando encontrar… y qué estamos intentando recordar? Es en esencia el mensaje.
La presentación exclusiva de este día contó también con la actuación del artista urbano, Jorge García “Kamankola” que junto a Lexter Savio ‘dispararon’ versos en forma de canciones capaces de estremecer a la moribunda y arcaica dictadura de La Habana.
Jóvenes nacidos en el destierro, otros que partieron en dos sus caminos cuando eligieron el exilio, cubanos todos, convocados esa noche para caer en cuenta de que para el bien de Cuba, Te seguimos buscando.