martes 8  de  octubre 2024
MÚSICA

Ultra saca brillo a su fama de fiesta capital de la música electrónica

Los amantes de la electrónica y de los festivales musicales han acudido a esta ciudad del sur de la Florida desde diversos rincones del planeta para sumarse a una de los tres fiestas más importantes a nivel internacional, según Juan Manuel Quintana Robles de México, quien adquirió su pase de $324 dólares hace un año

MIAMI.-EFE

La décimo octava edición del Ultra Music Festival arrancó este viernes en Miami con la promesa de sacar brillo a su fama de cita medular de la música electrónica en la que se congregan las figuras más fulgurantes del género en todo el mundo.

Desde hoy y hasta el domingo unas 150.000 personas, en su mayoría jóvenes menores de 30 años, abarrotarán Bayfront Park, en el centro urbano de la ciudad, deseosos de danzar al ritmo que marquen estrellas como David Guetta, Avicii, Armin van Buuren, Tiesto, Afrojack o Carl Cox.

Las primeras actuaciones comenzaron a mediodía de hoy en tres de los ocho escenarios que se levantan en un parque con vistas a la bahía de Vizcaya, algunos con nombres tan sugestivos como "Estoy en estado de trance", y las últimas comenzarán a las 11.00 de la noche (03.00 GMT) e irán hasta poco más de medianoche, debido a la normativa anti ruidos de la ciudad.

Los amantes de la electrónica y de los festivales musicales han acudido a esta ciudad del sur de la Florida desde diversos rincones del planeta para sumarse a una de los tres fiestas más importantes a nivel internacional, según Juan Manuel Quintana Robles de México, quien adquirió su pase de $324 dólares hace un año.

"Va a ser una interacción brutal. Hay como una comunión entre todos, se dejan de lado las nacionalidades y la música es lo que nos une", señaló a Efe este profesional de marketing, de 31 años, quien esperaba que las puertas se abrieran vestido de pantalón corto, con zapatillas deportivas y la bandera de su país en la espalda.

El carácter de fiesta internacional se hace evidente en la profusión de banderas de diferentes países que se ven en la ropa y complementos de los asistentes, junto con brazaletes fosforescentes, vestimentas coloridas y demás accesorios propios de estas citas.

Sam Juda, de 21 años, ha venido desde Ohio y se ha plantado frente a las puertas con una gran camiseta, con un inmenso símbolo de felicidad en el centro, y con la esperanza de que su artista favorito, Skrillex, haga una aparición sorpresa.

"Cada año es mejor y mejor, los escenarios son mas grandes", manifestó Juda, quien resaltó las "buenas vibras" que flotan entre los asistentes, a los que se propone obsequiar unos dulces de colores que lleva ensartados en unas pulseras que casi cubren todo su antebrazo.

Aunque muchos de los concurrentes destaquen el buen ambiente que se respira en el festival, una flujo diario de 50.000 personas en promedio obliga a un despliegue policial especial, así como al reordenamiento del tráfico de vehículos.

"Habrá una fuerte presencial policial, con varios oficiales dentro y alrededor del recinto", señaló a Efe Freddy Cruz, portavoz del Departamento de Policía de Miami, quien agregó que decenas de oficiales motorizados se responsabilizarán del tráfico en la ciudad este fin de semana.

Cruz pidió a los vecinos paciencia y de ser posible, no transitar por la zona en automóvil.

La Policía local tiene todo "bajo control", por lo que es de esperar que el fin de semana "transcurra con normalidad", como en la edición del año pasado.

Sin embargo, en la cita de 2014 una joven de seguridad resultó pisoteada por una multitud que hizo caer una valla de contención para penetrar en el recinto, un suceso que llevó a las autoridades a estudiar la posibilidad de asignar una nueva sede al festival lejos del centro de Miami, aunque la iniciativa al final no prosperó.

Desde entonces las vallas de contención miden más de 3,5 metros de altura, la organización dispone de decenas de agentes de seguridad para controlar que no se consuma alcohol ni ninguna otra sustancia prohibida dentro del recinto, en donde por lo demás solo se permiten bolsos transparentes.

Iniciado en las playas de Miami Beach en 1999, desde aquel entonces el Ultra Music Festival certifica cada año que es un evento en crecimiento -aún con la polémica, la edición pasada congregó a más de 165.000 asistentes- y en la actualidad cuenta con franquicias en Europa, América Latina y Asia.

Sirve además como plataforma para artistas de ramas afines como el español Oriol Torres, un "videojockey" que acude por cuarta ocasión consecutiva y que este año es el responsable de las proyecciones en uno de los escenarios principales.

"Es una oportunidad única que todo el mundo está viendo", dijo a Efe Torres, en alusión a este festival que en seis ocasiones consecutivas, entre 2005 y 2011, ha obtenido el premio del International Dance Music (IDMA).

El es recibido con los brazos abiertos por los pequeños comercios de las inmediaciones, como es el caso del Café Luisito, localizado a metros de Bayfront Park.

"Se consume mucho, sobre todo agua y bebidas energizantes, que las vendemos a cinco dólares solo por este fin de semana. Y la gente los paga", confesó Cintia Tancini, camarera del local.

Para jóvenes como Megan Quigluy y Erika Nodhlm, que residen en Tampa (Florida), "está completamente justificado" el coste.

Los precios de las entradas llegan a un máximo de 1.249,95 dólares en el caso de la categoría VIP y a eso deben sumarse los gastos en alojamiento y alimentación.

"La gente se lleva bien, hay un buen ambiente. Si eres un amante de los festivales de música, éste es uno obligatorio", afirmó rotunda Nodhlm, con escasa vestimenta y flores sobre su cabellera.

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