Diego Maradona es un tema de discusión permanente en el mundo del fútbol. Las opiniones se dividen cuando se habla de su legado. La polémica siempre ha sido inherente a su vida: drogas, suspensiones y escándalos. En ocasiones esos temas empañan lo que fue su carrera en el campo de juego. El mismo día que marcó el (por muchos considerado) mejor gol de los mundiales en cuartos de final (ante Inglaterra en 1986) también marcó un gol con la mano y quedó grabada su lapidaria frase “Fue con la mano de Dios”.
Consultamos a dos expertos sobre la carrera de Maradona y coinciden en que debe haber una separación entre el Maradona futbolista y el Maradona como ser humano. ¿Pero, es esto posible?
“Lo que claramente Maradona deja son brillantes momentos futbolísticos, acaso únicos. Lo que hizo en México, en 1986, representa minutos de fútbol glorioso, sumado a su etapa en el Napoli y en el fútbol argentino. Argentina fue su etapa menos conocida, era un mundo sin Internet y menos globalizado”, afirmó en conversación telefónica con UNANIMO Deportes, Sergio Levinsky, autor del libro Maradona, rebelde con causa.
“Lo que queda del artista es su obra. Lo que quedará es su talento, grabado en sus goles maravillosos, además Maradona ha contribuido con la popularidad del fútbol. Va a ser recordado toda la vida como un héroe futbolístico, como una de las estrellas superlativas que ha tenido este juego”, declaró a UNANIMO Deportes, Jorge Barraza, periodista argentino y columnista de varios medios latinoamericanos.
Sin embargo, para el exdirector técnico de la selección de Venezuela, Richard Páez, Maradona ha trascendido en el fútbol, pero su legado más reciente es decadente. “Maradona transformó la forma de jugar del número 10, desarrolló una potencia y una habilidad técnica que lo catapultó a ser uno de los mejores de la historia. Lamentablemente, cuando uno opina sobre un jugador, no puede separar su ejemplo como hombre. Si uno tiene memoria reciente el legado de Maradona es un legado decadente. Los errores que cometió como hombre superaron a la habilidad del jugador. Hay que saber diferenciarlo como hombre o como jugador. Como jugador, uno de los mejores de la historia; como hombre, lamentable cierre de su vida”, dijo Páez a UNANIMO.
¿Cuál fue el mejor Maradona?
La imagen que surge de Maradona para los muy jóvenes es quizás el Diego fanfarrón, sin filtro en sus palabras y que hasta disparó a un grupo de periodistas, pero ¿sabemos en realidad cuál fue su mejor etapa como jugador, sin drogas, ni escándalos?
“El Maradona de la etapa que va desde 1976 a 1981, fue un Maradona sensacional. Para mí, el mejor Maradona de todos. Un Maradona joven y sin haberse iniciado en las drogas. Fue el más hábil, el más ágil, el más puro, el más brillante, el de más ideas futbolísticas. Luego fue cambiando a un Maradona más completo, físicamente más armado, más fuerte, más sólido y con más maña por haber jugado en varios países, torneos europeos y mundiales. Un Maradona más maduro, pero más maduro no siempre significa más brillante. El más brillante fue el de su etapa en Argentina”, afirmó Levinsky.
Maradona
En su momento, Maradona también quiso luchar por la reivindicación de los futbolistas.
EFE / Archivo
“La pelota no se mancha”
Su adicción a las drogas sin duda lo perjudicó, pero ¿alguna vez representó una ventaja en el campo de juego?
“Maradona deja, a mi juicio, otra idea que está emparentada con cuestiones equivocadas. Cuando muchos leen algún libro de historia de los mundiales o buscan en Internet algo de Maradona se van a encontrar en muchas ocasiones con la referencia del doping y me parece una gran injusticia”, explica Levinsky.
“Maradona incurrió en la droga social y él reconoce que se drogó por muchos años, pero en su vida privada, vinculado a lo social. En 2001 lo dijo en su partido de despedida en la Bombonera: ‘Yo pagué por lo que hice y la pelota no se mancha’. Incurrió en la droga y bien caro lo pagó. Maradona pudo haber sido mucho más de lo que fue. La droga no lo benefició, lo perjudicó y jamás lo hizo jugar mejor y él lo asume. A la pelota no se le puede pegar mejor por el doping”, agrega el autor de Maradona, rebelde con causa.
Generoso con el juego y los futbolistas
Pese a su extravagante vida, en su momento Maradona también quiso luchar por la reivindicación de los futbolistas. “Cabe destacar que Maradona jamás se quedó callado ante el poder. Tuvo una personalidad notable como futbolista. Se enfrentó siempre a FIFA. Fundó el Sindicato de Internacional de Futbolistas, aunque no tuvo continuidad”, analiza Levinsky.
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“Maradona fue un deportista muy noble, fue muy generoso con el juego, con los espectadores. Siempre fue para adelante, siempre trató de agradar. Le han pegado mucho, nunca se quejó. Se levantaba y seguía. Alguna vez tuvo una reacción, pero no fue proporcional con todas las veces que le pegaron. Como contrapartida hubo muchos futbolistas correctos en su vida privada, pero fueron pésimos para el juego, pésimos deportistas. No debemos hundir a Maradona por su vida privada. Él es su dueño”, sentenció Barraza.
Cada persona analizará la figura de Maradona con dos vertientes: aquel de momentos únicos, jugadas mágicas y emblemáticas o la figura polémica, el enfermo, el adicto a las drogas, el que dice cualquier barbaridad que nada tiene que ver con su indiscutible calidad como jugador. La tarea es, sin duda, cuesta arriba.
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