MADRID.- dpa
El serbio logró su quinto título de la temporada después de Doha, Australia, Indian Wells y Miami
MADRID.- dpa
El serbio Novak Djokovic venció este domingo al británico Andy Murray por 6-2, 3-6 y 6-3 en la final del torneo de tenis de Madrid para conquistar su vigésimo noveno título de Masters 1000 y alargar su dominio en el circuito.
El número uno del mundo levantó así su quinta corona de la temporada después de Doha, Australia, Indian Wells y Miami y confirmó que su derrota en Montecarlo en la segunda ronda fue un simple bache en la espectacular trayectoria que está escribiendo en 2016.
Con el Masters 1000 número 29 en sus vitrinas, el segundo en Madrid tras el que alzó en 2011, Djokovic supera en la lista histórica al español Rafael Nadal, que había empatado con el serbio hace unas semanas en Montecarlo. "Nole" ganó cinco de los últimos seis Masters 1000 y nueve de los últimos 13.
Y ese dominio avasallador se tradujo sobre la arcilla madrileña en el primer set a pesar de que entre Djokovic y Murray no hay prácticamente secretos. Este domingo fue su enfrentamiento número 32, con un balance de 23 victorias para el serbio y cuatro de cuatro sobre polvo de ladrillo.
Su primer cara a cara fue precisamente hace diez años en Madrid. En aquel 2006, cuando el torneo aún se disputaba sobre cancha dura y techada, los dos jugadores de 19 años se midieron en octavos de final y el duelo acabó con triunfo para Djokovic.
Una década después, son dos de los mejores jugadores del circuito, pero el tenis masculino tiene desde hace dos años un claro dominador.
Y los 30 minutos que duraron el parcial inicial fueron el reflejo de las diferencias que hay actualmente entre el número uno del ranking y el resto. Murray es el mejor de ese mundo paralelo al del serbio y hasta este domingo era el número dos de la ATP, un lugar de privilegio que perderá el lunes tras no poder defender el título en Madrid.
Dictaba el juego desde el fondo, no perdía apenas un punto con su saque y Murray parecía hundido, pero ni por esas Djokovic se relajó un ápice en el primer set. Incluso, se permitió domar a Murray con "drop shots", un golpe marca de la casa del británico.
Treinta minutos de final y los casi 12.000 aficionados que asistieron a la pista Manolo Santana, con el techo abierto aprovechando la tregua que dio la lluvia, ya vislumbraban a un ganador.
Murray, un espectador más en el primer set, despertó en el segundo y se procuró, con 2-1 a favor, sus dos primeras oportunidades de break. Falló la primera con un error no forzado de derecha, pero Djokovic entregó su servicio con una doble falta.
El partido cambió radicalmente en ese momento, Murray empezó a mejorar en todas las estadísticas y empezó a llevar la iniciativa en más puntos, sobre todo con su saque.
Confirmó el break con un juego prácticamente sin fallos por su parte y cerró el segundo set con un drop. Rugió el británico y rugió la Caja Mágica, que quería espectáculo.
Fue el primer set que perdió Djokovic en todo el torneo y el segundo en los últimos 15 partidos ante tenistas del "top ten", un dato que refleja su dominio ante los mejores jugadores. De los últimos 35 sets que jugó contra las diez primeras raquetas ganó 33 y entregó dos.
El número uno del mundo dio un golpe de efecto al inicio del parcial definitivo y rompió para ponerse 2-0 y servicio. Le sonreía de nuevo el encuentro al balcánico, pero una nueva doble falta le dio un break y aire a Murray.
Con los dos jugadores en un ritmo altísimo, sin un centímetro de regalo, el partido se decidió en las líneas. Djokovic rompió con un revés a la raya y ganó el juego siguiente buscando el blanco de la pista, casi la única forma de forzar el error de Murray.
El británico salvó un match point con un ace con 5-2 en contra y con 5-3 abajo disfrutó de siete pelotas de quiebre para seguir con vida en la final. Más de 13 minutos duró el juego en el que más tenis se vio, con puntos interminables, tácticos, mezclando paciencia y agresividad y llenos de emoción.
Murray no aprovechó ninguna bola de break y Djokovic, en su tercer match point, después de dos horas y seis minutos de batalla, cerró un encuentro que le otorga su primer título sobre polvo del curso y que le reafirma en su sueño de cerrar a principios de junio el "career Grand Slam" conquistando Roland Garros.
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