jueves 22  de  mayo 2025
Deportes

Estrella del voleibol vuelve a dejar a la selección de Cuba

Robertlandy Simón, considerado como el mejor central del mundo, abandonó otra vez al combinado de Cuba, pero mantiene la esperanza de París 2024

LA HABANA.- Inconforme con los métodos de entrenamiento de la selección de voleibol de Cuba, el astro Robertlandy Simón volvió a dejar el equipo, sin renunciar al "sueño" de disputar con la isla sus primeros Juegos Olímpicos en París 2024.

Considerado el mejor central del mundo, el caso de Simón, de 36 años y 2,08 metros de estatura, es singular porque siempre ha dejado las puertas abiertas en un país marcado por las fugas en el deporte.

Emigró de Cuba en 2011 y fue readmitido en la selección en 2019, tras casi una década brillando en la liga italiana, la mejor del mundo.

En Italia, donde este padre de dos niñas vive con su novia cubana y dos perros: Paco y Cuba, primero fichó con el club Piacenza, al que retornó en 2022, después de jugar en las ligas de Catar, Corea del Sur y Brasil, y de "ganarlo todo" con el Lube Civitanova, también italiano.

"Preferí separarme" nuevamente este año de la selección cubana "porque entendí que me iba a seguir lesionando", y "regreso a mi club a hacer una buena preparación para tratar de tener una buena temporada", explica Simón, en una entrevista exclusiva con la AFP.

Al término de una sesión de entrenamiento en el deportivo José Martí, ubicado frente al malecón de La Habana, este gigante de trato muy noble destaca que su meta es llegar "en una forma lo más adecuada posible al inicio" de temporada italiana, en octubre.

Bajo la guía del preparador Yoel Carrió, quien ha trabajado con otras estrellas del deporte cubano como los campeones olímpicos Dayron Robles (atletismo) y Andy Cruz (box), Simón pone énfasis en fortalecer su espalda, para paliar una hernia discal que los médicos le aconsejaron no operar por el momento.

"Este año tuve lesiones en la espalda que nunca en mi vida había tenido por motivos de malos trabajos (de preparación) que había hecho en el pasado, por muchas cosas que hice con la selección de Cuba", se lamenta.

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Precisamente, ese padecimiento y sobre todo su desaprobación a la metodología de entrenamiento, motivaron su nuevo divorcio con la sexteta cubana, ahora obligada a buscar su clasificación para los juegos olímpicos de París 2024 sin su líder y estrella.

La Federación Cubana de Voleibol anunció el 2 de agosto en un comunicado la destitución del DT, Nicolás Vives, a consecuencia de una revisión a su método de trabajo y su reemplazo por Jesús Cruz, que estaba a cargo del equipo sub-23.

"Vamos a ver qué puede hacer Jesús", pero "siempre y cuando no mejoremos muchas cositas, va a ser difícil que podamos tener un equipo que pueda dar batalla", advierte Simón.

Para el subcampeón del mundo con Cuba en 2010, el problema mayor radica en la preparación física de los jugadores, materia en la que la isla tiene "años luz atrás".

"Todavía aquí necesitamos volvernos profesionales en muchos ámbitos", añade Simón y cita como ejemplo la preparación personalizada que reciben los jugadores de otras ligas.

Por eso, reclama que el voleibol cubano se actualice. "Modernizarnos significa traer un entrenador extranjero o mandar a nuestros entrenadores allá para que ellos vean cómo funciona", enfatiza.

Ganador desde 2007 de más de cuarenta premios individuales, incluido el MVP (jugador más valioso) de la copa italiana de voleibol en la temporada 2020-2021 y de la liga italiana en 2021-2022, Simón no renuncia a defender en París los colores de la bandera cubana.

"Es un sueño, sí, pero hay que tratar de cumplirlo. Simplemente estoy trabajando para eso" y "hasta que no se termine la candidatura de 2024 no dejaré de luchar", dice.

Ese sueño lo hizo regresar a Cuba en 2019.

"Regresé porque la posibilidad de clasificarnos a los juegos olímpicos es alta (...), lo único que necesitan (los voleibolistas cubanos) es una guía acorde", reitera.

Ante la pregunta de si su nuevo distanciamiento pondría en riesgo su propio sueño, responde: "no sé, pero tengo que pensar en mí, porque tengo 36 y físicamente el cuerpo lo siente. Tengo que recuperarme", acota.

A largo plazo, sus otros dos anhelos son "volver a jugar" en un repleto Coliseo de la Ciudad Deportiva, la meca del voleibol cubano, y llegar "rindiendo" a los 40 años, "la edad media de un jugador en Europa".

FUENTE: AFP

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