Michael Jordan lo logró todo en el baloncesto de la NBA. Tanto, que cuando se habla de su vida sobre el tabloncillo también se menciona su “retiro” para convertirse en jugador de béisbol y tratar de cumplir su sueño de llagar a las Grandes Ligas.
Michael Jordan lo logró todo en el baloncesto de la NBA. Tanto, que cuando se habla de su vida sobre el tabloncillo también se menciona su “retiro” para convertirse en jugador de béisbol y tratar de cumplir su sueño de llagar a las Grandes Ligas.
La pasantía de Jordan en los diamantes sólo duró una temporada, pero hay quienes consideran que si se hubiese mantenido en el deporte de las bolas y strikes habría llegado a las Grandes Ligas.
“Lo tenía todo. Aptitud, ética de trabajo y habilidad. Fue muy respetuoso con lo que estábamos haciendo y considerado con sus compañeros de equipo”, dijo Terry Francona en “The Last Dance”, la serie de Netflix que revive la trayectoria deportiva de Jordan, sin dejar de tocar aspectos de su vida personal.
“Creo que con otros 1.500 turnos al bate, lo habría logrado”, dijo el ahora mánager de los Indios de Cleveland, quien dirigió en 1994 a Jordan en el equipo Birmingham Barons, filiar doble A de los Medias Blancas de Chicago. Los novatos no suelen ir a este nivel, pero la figura mediática de Jordan los obligó a llevarlo allí para poner atender a la prensa.
Sin embargo, la huelga de peloteros en 1994 que se suscitó por la intención de poner un tope salarial y se resolvió en la primavera de 1995, fue lo que hizo que Jordan regresara con los Bulls de Chicago, propiedad de Jerry Reinsdorf al igual que los Medias Blancas.
La exestrella de la NBA en su incursión en el béisbol dejó promedio de .202, con tres cuadrangulares, 46 anotas y 51 impulsadas en 127 juegos. En ese lapso, los 114 ponches y 11 errores dieron mucho de que hablar de Jordan.
Al terminar esa temporada, Jordan jugó en la Arizona Fall League, una liga en la que se encuentran los peloteros prospectos que se están desarrollando. Ahí jugó con los Scottsdale Scorpions, con quienes bateó para .252.
La primera temporada de Jordan en el béisbol profesional se puede comparar con la del venezolano Miguel Cabrera, el último en conseguir una triple corona ofensiva en las Grandes Ligas.
El ahora primera base y/o designado de los Tigres de Detroit, quien debutó en las Grandes Ligas con los Marlins de Miami, en su primer año en las menores bateo para .252, con dos jonrones, 28 impulsadas y 41 anotadas.
Hubo quienes anticiparon a un fracaso de Jordan en el béisbol por lo cual –según cuenta en el documental- se sintió ofendido debido a que Sports Illustrated publicó entonces una portada donde se le veía fallar en un swing y titularon: "Bag it, Michael", (empaca Michael), seguido de "Jordan and the White Sox Are Embarrassing Baseball" (Jordan y los Medias Blancas avergüenzan el béisbol".
“Nunca fui entrevistado para eso”, dijo Jordan en el documental. “Salieron y me criticaron criticarme. Sin entender cuál era mi pasión en ese momento. Si tenías una pregunta, pregunta. Y luego, si quiere escribir, entonces escribe. Está bien, no hay problema, esa es su opinión. Pero no me importa lo que la gente haga. Esto es lo que quiero hacer. No estoy haciendo lo que creen que debería hacer. Mi padre ya me dijo que estaba haciendo lo correcto, y lo hice”.
El padre de Jordan fue asesinada un año antes de la breve travesía en el béisbol, pero la exestrella de los Bulls asegura que había hablado de su salto a los diamantes con su progenitor.